Santiago,
6 mar 2017 (IPS) - Desastres de menor escala pero mayor frecuencia
generan hasta la mitad de las pérdidas humanas producto de desastres
en América Latina y el Caribe entre 1990 y 2014, señaló este lunes
6 la FAO.
Según
un documento de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura) y UNISDR- Américas, elaborado para
servir como base para una estrategia regional de gestión de riesgos
para el sector agrícola de América Latina y el Caribe, en la región
ha ocurrido un incremento en las pérdidas asociadas con desastres de
pequeña escala, conocidos como “fenómenos extensivos”.
Se
trata de eventos de pequeña escala pero alta frecuencia que generan
menores pérdidas de vidas (menos de 25 víctimas fatales) y daños a
la infraestructura (menos de 300 viviendas destruidas), por lo cual
pasan comúnmente pasan desapercibidos en la opinión pública.
Los
fenómenos intensivos, en cambio, son aquellos que causan impactos
mayores y comúnmente atraen atención mediática, generando una
reacción de la comunidad humanitaria.
Entre
1990 y 2014, por cada evento intensivo hubo 177 eventos extensivos.
De manera acumulada, estos “desastres silenciosos” generaron más
de la mitad de pérdidas humanas: 22.400 personas. Más de 90 por
ciento de las personas que se vieron afectadas por desastres en dicho
periodo, lo fueron por eventos extensivos: un total de 115 millones
de personas.
“Este
tipo de desastres socavan la capacidad de recuperación de las
personas y de los sistemas agrícolas, incrementando su
vulnerabilidad con cada nuevo golpe”, explicó Anna Ricoy, oficial
de Gestión de Riesgo de la FAO.
La
región construye su estrategia de gestión del riesgo
Como
parte de su plan de erradicación del hambre -Plan SAN CELAC- los
países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños
solicitaron apoyo a la FAO para construir una estrategia regional de
gestión de riesgo de desastres para el sector agrícola y la
seguridad alimentaria y nutricional.
Desde
el 7 al 9 de marzo, expertos regionales, ministros y autoridades
gubernamentales trabajarán para sentar las bases de esta estrategia
durante un evento paralelo en la V Plataforma Regional para la
Reducción del Riesgo de Desastres en las Américas que se lleva a
cabo en Montreal, Canadá.
“Es
fundamental vincular la gestión del riesgo con la erradicación del
hambre”, explicó Ricoy, quien agregó que la estrategia regional
estará en línea con el principal acuerdo de políticas de esta
naturaleza a nivel global, el Marco de Sendai para la Reducción del
Riesgo de Desastres 2015-2030.
Clima
y cambio climático: la principal amenaza
Los
desastres vinculados al clima son los que más afectan hoy en día a
la región, totalizando 70 por ciento de las emergencias.
Se
prevé que el cambio climático incrementará la variabilidad
climática y la frecuencia y magnitud de los eventos extremos y según
el Índice de riesgo climático global, 5 de los 10 países con mayor
riesgo son de América Latina y el Caribe: Guatemala, Honduras,
Haití, Nicaragua y República Dominicana.
Por
ello, una de las recomendaciones de la FAO para la estrategia
regional de gestión de riesgos es la necesidad de articular los
esfuerzos de adaptación al cambio climático con la gestión del
riesgo de desastres.
Uso
sostenible de los recursos naturales
El
deterioro de los recursos naturales es un factor que incrementa el
riesgo, por lo que su gestión sostenible se vuelve una necesidad a
la hora de enfrentar los riesgos.
La
restauración de bosques y tierras degradadas, por ejemplo, favorece
el control de la erosión y la regulación de sequías o
inundaciones, contribuyendo a reducir el impacto de los eventos
climáticos.
Según
la FAO, la estrategia regional de gestión de riesgos de desastre
debe considerar la planificación territorial y el uso de suelos,
fomentando acciones de recuperación de recursos naturales
degradados.
Proteger
el sector agrícola y la agricultura familiar
El
sector agrícola es particularmente vulnerable a los desastres
naturales. Estos dañan los cultivos alimentarios y los recursos que
sostienen la seguridad alimentaria regional.
FAO
estima que entre 2003 y 2013, el 22 por ciento de las pérdidas y
daños causados por desastres de mediana y alta intensidad en países
en desarrollo afectaron al sector agrícola.
Esta
situación cobra especial importancia en una región productora de
alimentos como es América Latina y el Caribe, sector que sufrió el
13 por ciento de los daños causados por desastres, el cual emplea
prácticamente un tercio de la población activa.
Otra
de las recomendaciones de la FAO para la estrategia regional de
gestión de riesgos para los sectores agrícolas es focalizar la
atención en la agricultura familiar. “Es necesario adoptar
innovaciones tecnológicas y de gestión ajustadas a las necesidades
de estos productores”, explicó Ricoy.
Anticiparse
a los riesgos con un enfoque integral
Según
la FAO, los países deben pasar de responder a emergencias a
gestionar los procesos complejos que conducen a estas situaciones,
adoptando mayor énfasis en la reducción y gestión del riesgo de
desastre.
Esto
requiere adoptar un conjunto de prácticas interrelacionadas en todos
los sectores de manera integral y continua.
En
ese sentido, la estrategia regional de gestión de riesgos puede
convertirse en una herramienta fundamental en este proceso, ya que
dará una guía clara a los países de la región sobre cómo mejorar
su prevención, preparación, respuesta y recuperación.
Este
artículo fue publicado originalmente por la Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe. IPS lo distribuye por un
acuerdo especial de difusión con esta oficina regional de la FAO.
Revisado
por Estrella Gutiérrez
Fuente:
Pequeños desastres, grandes daños, 06/03/17, Inter Press Service. Consultado 09/03/17.
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