miércoles, 8 de febrero de 2017

Tenía 500 hectáreas de campo y hoy 470 están bajo agua

En Colonia Bremen, Marcelo Carletta resiste a la masa hídrica que se adueñó de sus tierras. Ya no tiene animales y el verde de los cultivos desapareció. “Tengo esperanzas, sólo hay que tener paciencia”, dijo.

Marcelo Carletta tenía 7 u 8 años cuando su papá, don Julio, adquirió un campo de 500 hectáreas a unos pocos kilómetros de Colonia Bremen.

Seguramente, para este trabajador su sueño fue dejarle el futuro asegurado a la familia, pero hoy la inundación que afecta el sureste borró parte del sacrificio de décadas.

Es que el campo “La Laguna”, nombre que parece haber presagiado lo que hoy se vive, está cubierto de agua. De las 500 hectáreas, unas 470 están sepultadas bajo la gran masa hídrica, y sólo hay unas 30 hectáreas que permanecen resistiéndose a desaparecer. Estas tierras históricamente retuvieron en su interior a la laguna “La Soba”, que ocupaba menos de 70 hectáreas y que era como un lugar que embellecía a las tierras ganaderas y agrícolas. Pero fue en 2004 cuando una primera inundación hizo crecer este espejo de agua, y en los últimos dos años, prácticamente éste se apropió de todo el campo.

Marcelo es hoy quien se resiste a dejar sus tierras, y confía en que el agua se retirará y volverán a florecer los cultivos. Sabe que deberá tener paciencia y esperar “unos 5 a 7 años”, para que estos suelos recuperen su productividad.

Mi padre compró estas tierras allá por el ‘72, cuando la estancia Las Martinetas puso a la venta una fracción. En esa época los campos no valían nada. Yo habré tenido 7 u 8 años. Era un campo de trigo y hacienda muy productivo. Pero en el 2004 tuvimos una primera inundación. Después lo superamos, pero una vez más en 2014 el agua avanzó y hoy estamos en esta situación”, detalló Marcelo a El Puntal de Río Cuarto.

Hoy me queda la casa y unas pocas hectáreas alrededor. El resto es toda agua. Los alambrados ya no existen; los estanques y bebederos quedaron bajo agua. Se me salvaron unas 30 a 40 hectáreas que aún están aprovechables”.

Sobre las causas que llevaron a esta situación sostuvo que el factor climático fue primordial, a lo que se sumó además la desidia. “Acá se habían hecho algunos canales, pero después de algunos años de sequía la gente comenzó a tirar cosas y se taponaron. También hubo quienes impidieron que se avanzara en obras, y ahora sufrimos esto”, admite este productor. “Acá no hay que echarle la culpa a la Provincia, porque se hicieron cosas, y hasta se habían colocado bombas para expulsar el agua, pero desaparecieron. Lo que pasa es que hay gente que no colabora, es el sálvese quien pueda”, aseguró Marcelo.

De vacas a patos
Uno se angustia porque si mira para atrás ve que allá por los años ‘90 y el 2002 se podía tener hacienda y cultivos, producción mixta. Y hoy vemos que el ganado vale pero tenemos un campo para criar patos. Esta es la angustia que uno tiene”.

Carletta supo tener más de 300 cabezas de ganado, hoy en su campo sólo se ven patos y hasta algún carpincho que se asoma en la laguna, cuya profundidad llega a los 6 metros.

Aún así, este productor se resiste a bajar los brazos y sigue luchando para que el campo que su padre le heredó vuelva a producir. “Tengo seis hijas. Ellas estudiaron, son profesionales. Yo les digo que deben buscar otras cosas. Uno no trata de desalentarlas, pero sí que busquen alternativas y que tengan esto como un complemento. Estamos en un país donde no se sabe con qué negocio se va a poder sobrevivir”, reflexiona.

El sureste provincial sufre la peor inundación de toda su historia. Así lo aseguran habitantes de más de 80 años. “Hay gente que vivió toda la vida para hacerse de tierras y luego disfrutar del descanso. Siempre menciono el caso de un vecino productor de 65 años de Colonia Bismarck que trabajó toda su vida, y en estos últimos años se hizo una casa en el campo para irse con su mujer a vivir allí y descansar. Tenía 200 hectáreas, le quedaron 20 y tiene más de 60 centímetros dentro de la vivienda. A esta edad ya no le quedan ganas de empezar de nuevo, se fue desprendiendo de herramientas, animales, de todo”.

Marcelo asegura que aún tiene esperanzas de que el agua se retirará, y que las obras que ahora ha encarado la Provincia permitirán aliviar la crisis hídrica. “Nos llevará unos 5 a 7 años, pero hay que armarse de paciencia”.

Consultado si las tierras volverán a ser productivas, aseguró que sí, pero dijo que es necesario llevar adelante un trabajo serio y con compromiso. “Que el agua se retire, se evapore, no termina con el problema. No hay que sacarla toda, estamos en la Pampa Húmeda, y si nos falta agua también nos perjudica. Hay que hacer obras como diques niveladores, pero no secar todas las lagunas”, sostuvo este vecino.

Además, dijo que desde el Estado se deberán aplicar políticas que incentiven la implantación de pasturas para ir recuperando las tierras.

Mientras tanto, uno se va comiendo lo que ha hecho en toda su vida. Y se resigna a esperar, a que pase el tiempo. Yo tengo esperanzas porque veo que ahora se están haciendo obras para aliviar la presión del agua, están canalizando, y si se toma conciencia y todos colaboramos vamos a salir adelante”, concluyó este productor.

Patricia Rossia
prossia@puntal.com.ar

Fuente:
Patricia Rossia, prossia@puntal.com.ar, Tenía 500 hectáreas de campo y hoy 470 están bajo agua, 05/02/17, El Puntal de Río Cuarto. Consultado 08/02/17.

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