lunes, 13 de febrero de 2017

Riesgo flotante en el lago Los Molinos

En un rincón de Potrero de Garay, una villa de balsas junta basura, cables pelados, óxido y desechos de varios tipos que van al agua.La jefa comunal se queja del problema; dice que advirtió de la situación a las autoridades y que hasta ahora no encuentra una solución. Abusos y apropiaciones en los lagos y ríos de todos. Concesión vencida, conexiones peligrosas y otras irregularidades.

por Héctor Brondo

En una ensenada de la costa oeste del lago Los Molinos, detrás de un bosque ralo de árboles autóctonos y pinos de distintas especies, una aldea singular se suma al paisaje serrano.

La villa en cuestión es muy diferente a las barriadas tradicionales de los valles de Paravachasca y Calamuchita, distinguidas por sus cabañas de techos en agua, madera abundante en la construcción, sombra tupida y aire puro.

Tampoco hay bungalós ni chalés de rasgos alpinos, sino decenas de balsas de estilos indefinidos boyando en el embalse o amarradas en la costa de la bahía que los lugareños conocen como El Pique, en el patio lacustre de Potrero de Garay, 70 kilómetros al sudoeste de la ciudad de Córdoba.

A este arrabal flotante no lo fundaron colonos berlineses seducidos por el faldeo de la montaña. Tampoco los descendientes de los primeros criollos que se asentaron sobre las márgenes de los ríos Los Reartes, Corralejos, San Pedro, Espinillo, del Medio u otros afluentes que nacen en las cercanas Sierras de Comechingones.

Lo armó, a los ponchazos, un grupo de socios del Club Argüello Juniors, en los ‘60.

De aquellos pioneros no queda casi ninguno. Y se conserva muy poco del encanto natural de ese recodo, ahora rancio, a seis kilómetros al oeste de Villa Ciudad de América, al que se llega por la ruta provincial 271.

De sueño a pesadilla
El sueño de un refugio propio, para el descanso y la pesca del pejerrey, se transformó en una pesadilla. “Hace como 15 o 16 años, nos desayunamos un día con la noticia de que teníamos que juntar los bártulos y marcharnos de aquí porque las casas y toda la infraestructura que habíamos levantado, desde la entrada que llamamos ‘lonja de Pedernera’ hasta unos 800 metros al norte, iban a ser arrasadas por topadoras. Estaban por debajo de la cota 769, donde no puede haber nada, según las normas de la (ex) Dipas (Dirección Provincial de Agua y Saneamiento)”, trae a la memoria Carlos Alberto Menardi, uno de los damnificados.

La orden salió del Juzgado de Primera Instancia y 19ª Nominación en lo Civil y Comercial de la ciudad de Córdoba, el 29 de septiembre de 2004. Fue el epílogo del expediente N° 637.853/36, caratulado “Superior Gobierno de la Provincia de Córdoba c/ Club Argüello Juniors”.

Fuimos estafados y la ilusión se redujo a escombros”, resume la desventura “Tito” Menardi, como lo conocen en la zona, mientras muestra un contrato de cesión de lotes en El Pique, fechado el 1° de abril de 1994.

El lanzamiento “de la entidad ocupante, como así también de las personas y cosas por ella puestas o que de ella dependan y/o de cualquier otro ocupante, con cualquier título (...), en el predio ubicado debajo de la cota 769 (en el perilago del dique Los Molinos, a la altura del barrio Las Residencias)”, se cumplió de manera parcial.

Varios lanchones quedaron fondeados en la caleta. Luego recalaron más y más y más...

Barrio anfibio
Hoy en la bahía de referencia hay unas 40 balsas que configuran una villa flotante. Algunas están habitadas de manera permanente. Otras se ocupan los fines de semana o durante las vacaciones. Varias con capacidad para entre cuatro y seis personas se ofrecen en alquiler a unos dos mil pesos la jornada.

Hugo Aramayo frecuenta el lugar desde hace varias décadas y se declara fanático de la pesca y del asado con amigos junto al lago.

Dice que solía alquilar balsas con otros pescadores pero que ahora “no vale la pena”. ¿La razón? El pejerrey prácticamente ha desaparecido del lago y los aficionados van a despuntar el vicio tirando la caña desde la orilla con la ilusión de que alguna carpa se trague el anzuelo.

También recuerda con nostalgia y pesar cómo eran este rincón serrano y su entorno. “Veinticinco años atrás, el agua del lago era muy limpia. Nos alejábamos en bote unos 20 o 30 metros de la costa y veíamos el fondo”, trae a la memoria.

En verano nos bañábamos durante horas sin problemas; mire en lo que se ha transformado esto ahora”, lamenta, e invita a hacer un paneo con la mirada.

Hoy el agua es turbia y hedionda. Pese a los carteles que invitan a los acampantes a colaborar con la higiene y dejar todo en bolsa, la margen del embalse está cubierta de desperdicios, de tachos plásticos y de chapas que son enormes criaderos de mosquitos.

También hay un par de embarcaciones abandonadas juntando óxido, colonias de almejas tóxicas y sanguijuelas por todos lados.

Y, detrás de una maraña de cables de electricidad tendidos en el suelo o que surcan a baja altura, del bosque de lo que queda del exclub El Pique, de antenas parabólicas y construcciones precarias, en el enorme charco degradado crece una villa flotante que contrasta con los encantos del paisaje de esa comarca turística.

Dolor de cabeza
La situación me causa dolores de cabeza, porque el predio del club El Pique representa un riesgo constante para todos. Hay basura y cables de electricidad por todas partes y nadie se hace responsable de esta barbaridad”, se queja Susana Minelli de Stabio, presidenta comunal de Potrero de Garay.

Me preocupa mucho porque justo en ese lugar tenemos la bomba extractora de agua para abastecer al pueblo y vemos a diario las descargas de desechos cloacales, combustibles y otros líquidos contaminantes directamente al lago”, expresó la mandataria.

Cabe recordar que en ese embalse también se capta agua para surtir a un tercio de los habitantes de la ciudad de Córdoba.

La jefa comunal asegura que los responsables de la Secretaría de Ambiente, del Ministerio de Agua y de la Policía Ambiental están al tanto del asunto, porque ella se ocupó en persona de hacérselos saber. “El tema me está complicando muchísimo, me causa dolores de cabeza constantes y le doy vueltas todo el tiempo para hallarle un solución y no la encuentro”, concluyó Minelli de Stabio.

Ninguno de los balseros presentes quiso hablar con este diario.

Qué dice la ley
Requisitos. La ley 8.264 es la norma que rige la actividad náutica en la provincia de Córdoba.

Quién. La Dirección de Seguridad Náutica es la dependencia del Ministerio de Gobierno de Córdoba encargada de regular y fiscalizar las normas y disposiciones que ordenan la actividad náutica donde la Provincia ejerce el poder de policía, incluyendo las actividades comerciales, deportivas, turísticas, industriales y/o particulares.

Cobertura. La ley comprende a embarcaciones, balsas, cruceros, yates y lanchones que funcionen a motor o vela y que posean camarotes o superficies cubiertas. También a clubes, embarcaderos, campings e instalaciones dentro de los límites de la línea de ribera de los ríos y espejos de agua.

Higiene. La ley exige la instalación de baños químicos en las embarcaciones y de cisternas de almacenamiento de líquidos cloacales, en coordinación con los municipios donde se localicen los clubes y embarcaderos.

Desechos. Prohíbe arrojar residuos desde las embarcaciones -sólidos o líquidos- y eliminar combustibles o lubricante y agentes que se usen para la limpieza.

Obligación. Los clubes o instituciones que posean fondeaderos y/o amarres de las embarcaciones están obligados a denunciar el incumplimiento de estas disposiciones legales.

Sanciones. Las infracciones se castigan con sanciones que van desde multas hasta la clausura definitiva.

Matriculación. En 2004 se suspendió la matriculación de embarcaciones nuevas.
 
Concesión vencida, conexiones peligrosas y otras irregularidades

Los datos están asentados en el informe que Policía Ambiental elevó el jueves al ministro de Agua, Ambiente y Servicios Públicos, Fabián López; y al de Gobierno, Juan Carlos Massei. Riesgo flotante en el lago Los Molinos.

La autorización para que el club El Pique ocupe el predio en la costa del lago Los Molinos, detrás de Potrero de Garay, está vencida hace años, y el tendido eléctrico evidencia irregularidades muy riesgosas, tanto para los balseros que aprovechan el lugar como para quienes visitan el campamento.

Los datos están asentados en el informe que Policía Ambiental elevó el jueves al ministro de Agua, Ambiente y Servicios Públicos, Fabián López; y al de Gobierno, Juan Carlos Massei.

Inspectores de esa repartición -encargada del control y la fiscalización en materia hídrico-ambiental y de los recursos naturales en Córdoba- se constituyeron en el lugar el martes de la semana pasada, cuatro días después de que La Voz estuviera en el predio y luego de requerir la información.

Los agentes “constataron la existencia de 34 balsas, todas con matrícula, y situaciones muy riesgosas por la existencia de cables tendidos en el suelo o a baja altura, como también tableros eléctricos e instalaciones en mal estado”, aseguró Claudio Vignetta, secretario de Gestión de Riesgo Climático y Catástrofes.

Según el funcionario, “en forma inmediata se notificó a Epec de las irregularidades”.

(Para ver el infográfico de manera completa, hacé click en el siguiente enlace)

Campo minado
La semana pasada, este diario había advertido a la empresa pública de energía sobre las instalaciones en el asentamiento.

Cables portadores de electricidad por el suelo y tableros improvisados en casillas de gas metálicas oxidadas, sin llaves térmicas y con prolongadores llevando luz a los lanchones amarrados en las cercanías son imágenes repetidas. La postal de peligros latentes se completa con plafones instalados en medio de los árboles pero sin tubos fluorescentes, y tomacorrientes a la intemperie.

Se le requirió a la compañía eléctrica información sobre dos medidores de su propiedad (N° 9077825 y 9088699) y acerca de una serie de postes de la red plantados en el exclub Argüello Juniors.

La respuesta oficial fue: “El gerente comercial de (Epec) de la zona envió una cuadrilla al club El Pique y detectó que los puntos de medición estaban en regla”.

Las derivaciones internas no (están en regla), por lo que se dio instrucciones para que corte el servicio a los dos suministros particulares, hasta que regularicen”.

Policía Ambiental “no detectó falencias de tipo ambiental (situaciones de contaminación) ni labró actas al respecto”, señaló Vignetta. Sí registró en el club la presencia de un depósito atmosférico donde las embarcaciones dispondrían los líquidos cloacales de sus baños químicos.

Una empresa privada recoge esa carga una vez por semana y la traslada hasta Alta Gracia”, precisó el secretario de Gestión de Riesgo Climático. También aseveró que personal de Seguridad Náutica constató en la última inspección que las balsas contaban con baños químicos o cisternas de almacenamiento en regla y cumplían con los requisitos de la ley 8.264.

No obstante, fue impreciso al responder a la consulta sobre la fecha del control. Manifestó que el de 2017 “todavía no debe haberse realizado”.

Por otra parte, Vignetta comentó que la concesión de quienes explotan El Pique “está vencida hace mucho tiempo, pero se ha presentado la documentación para que sea renovada”. Admitió que “el asunto de los balseros es histórico y controversial” y que “seguramente hay muchas cosas para corregir”.

Abusos y apropiaciones en los lagos y ríos de todos

Muchos clubes acatan las normas que los reglamentan, pero otros se transformaron en problemas. Riesgo flotante en el lago Los Molinos.

por Fernando Colautti

Los lagos y ríos son recursos del Estado y, como tales, propiedad de todos. Sus aguas y riberas no pueden ser de particulares. Sin embargo, Córdoba lleva décadas sin políticas que ordenen, de modo integral y permanente, el acceso a esos recursos naturales.

En nuestro Primer plano de hoy se pinta una escena de una situación irregular en un embalse cordobés. Es un caso puntual que, de todos modos, advierte la necesidad de un Estado más activo en la defensa de espacios que le son propios, y de una sociedad que no se aproveche de esos abusos.

El informe periodístico aborda un caso en el lago Los Molinos, de alto atractivo turístico y proveedor del agua potable para un tercio de los habitantes de la Capital.

La Provincia, desde el siglo pasado, ha concesionado costas de lagos a clubes e instituciones varias. No se trata de espacios privatizados, sino cedidos en uso precario.

Muchos acatan las normas que los reglamentan, pero otros se transformaron en problemas.

Un debate lateral es generado por las balsas, embarcaciones transformadas con el tiempo en casas flotantes de fin de semana. En ese caso, nuevas exigencias mejoraron las condiciones de impacto ambiental y seguridad náutica, aunque la discusión parece abierta.

En el fondo, lo que está en juego -más allá de casos que merecen la atención- es la preservación de los recursos naturales y turísticos que son patrimonio de todos, y asegurar el acceso a ellos sin apropiaciones ni usos indebidos.

En ese marco, reaparece la necesidad de políticas más integradas (y no ya con medidas aisladas según cada área) para evitar la apropiación privada o el uso abusivo de las riberas públicas y para reducir la degradación ambiental, en la que las balsas representan hormigas al lado de elefantes como localidades costeras sin tratamiento cloacal, agroquímicos derivados de campos cercanos o basurales junto a ríos y lagos, entre otros impactos.

Fuentes:
Héctor Brondo, Riesgo flotante en el lago Los Molinos, 12/02/17, La Voz del Interior. Consultado 13/02/17.
Concesión vencida, conexiones peligrosas y otras irregularidades, 12/02/17, La Voz del Interior. Consultado 13/02/17.
Fernando Colautti, Abusos y apropiaciones en los lagos y ríos de todos, 12/02/17, La Voz del Interior. Consultado 13/02/17.

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