El pasado martes
17, el Sindicato de Brigadistas denunciaba que “se hace un curso de
cuatro días de capacitación teórica (…) y eso se complementa con
una práctica de herramientas que no debe durar más de 60 minutos”.
por Domingo Lara y Paloma Vargas
La magnitud del
incendio
150 mil hectáreas
consumidas por el fuego arrasan un total de siete regiones del país:
Coquimbo, Valparaíso, Metropolitana, O’Higgins, Maule, Biobío, La
Araucanía y Los Lagos. ¿Cómo enfrentar el desastre?
El fuego en las
siete regiones del país da un panorama de un desastre de
proporciones con efectos destructivos, tanto para la biodiversidad,
como por la contaminación que genera; pero, también, el mismo hecho
ha dejado convulsiones políticas dentro de los partidos del régimen
ante el llamado de organizar y paliar los efectos del fuego.
Las forestales
son las responsables
El cambio
climático ha aportado en las variaciones de los grados celsius en
las zonas del centro y sur del país, pero la relación de la
devastación del bosque nativo por parte de las empresas forestales
con el Decreto Ley 701 del año 1974 -creado en plena Dictadura- ha
sido una de las principales causantes de la sequía en los bosques de
Chile- junto con el impulso del negocio forestal.
El Decreto Ley
701 del año 1974, conocido como la ley de fomento forestal consiste
en la promoción del Estado a los grandes empresarios: con un 75 % de
subsidio (es decir, le entrega millones) a las plantaciones de
monocultivos de Pinos y Eucaliptos, traduciéndose al porcentaje de
un 75 % de las plantaciones de pino radiata; un 15 % de eucalipto; y
sólo un 10 % nativo.
Estos
monocultivos son la expresión de un modelo productivo que causa la
destrucción del ecosistema de bosque, generando aridez en los suelos
y plantaciones de escasa humedad, propensas a incendios, generando el
despoblamiento de fauna y flora nativa de la zona.
La precariedad de
Conaf y sus brigadistas
En el Chile
neoliberal no existe un sistema de prevención y de combate contra
los incendios, resultando ser un sistema muy precario e insuficiente
basándose en un cuerpo de brigadistas que arriesgan sus vidas sin
tener ninguna seguridad, ni implementación adecuada, ni contrato
estable, como tampoco preparación permanente.
El pasado
miércoles, murió un joven bombero de 27 años rescatando a una
familia en la región del Maule, engrosando a casi una decena de
víctimas del fuego.
Mientras que la
discusión política nacional se centra entre qué partido del
régimen logra capitalizar la crisis del incendio, por un lado, con
la derecha a través de Chile Vamos criticando la “planificación
del Estado” con los polémicos dichos del candidato presidencial de
la derecha, Sebastián Piñera; y por otro, el apoyo crítico del
gobierno de la Nueva Mayoría hacia las empresas forestales que se
han retirado en pleno incendio dejando a vecinos y trabajadores
apagando el fuego por sus propios medios, donde en realidad ambas
coaliciones son las responsables.
¿Cómo enfrentar
este desastre?
Claramente, es un
sistema entero el que está fallando; para frenar esta catástrofe, y
buscando aportar a las ideas y soluciones, planteamos algunas de las
acciones que vemos necesarias al calor de la crisis:
1- Fortalecer un
cuerpo de brigadistas. El pasado martes
17 de enero, el Sindicato de Brigadistas denunciaba: “se hace un
curso de cuatro días de capacitación teórica (…) y eso se
complementa con una práctica de herramientas que no debe durar más
de 60 minutos”; esto con sueldos muy bajos que no superan los 380
mil pesos por arriesgar la vida, donde ya hay denuncias de
voluntarios que han sido despedidos por ausentarse del trabajo
mientras están apagando incendios.
Es necesario que
todo brigadista, transitorio y voluntario, pase a ser contratado por
el Estado, y que se le asegure estabilidad.
2- Abastecimiento
de agua y alimentos básicos para los brigadistas y para quienes han
tenido que huir de las llamas. Los sindicatos, federaciones
estudiantiles, juntas de vecinos, deben transformarse ya en puntos de
acopio, como hoy es la FECH (Periodista José Carrasco tapia 9);
mientras que los supermercados y grandes cadenas, debiesen distribuir
alimentos básicos y agua de forma gratuita a los lugares afectados;
y como esto no será del gusto de los empresarios, tienen que ser los
trabajadores los que se pongan a la cabeza de administrar, coordinar
y organizar.
3- Las empresas
forestales debieran ya poner todos sus recursos para apagar los
incendios, que se detengan las faenas y que desde los sindicatos
forestales se organicen brigadas para apagar los incendios. Sumado a
esto, se debe poner término al negocio de las familias Matte y
Angelini, que hoy tienen más de 2 millones de héctareas que
deberían estar nacionalizadas.
4- Una política
de albergues, pues los damnificados ya suman más de 256, hay 136
personas albergadas y 146 viviendas han sido destruidas por el fuego;
es urgente que se habiliten lugares para acoger a quienes han tenido
que escapar de las llamas, que debe complementarse con un plan de
reconstrucción de las viviendas perdidas, por parte del Estado,
financiado por las multimillonarias forestales.
Una salida de
fondo ante esta crisis
Pero, no son sólo
estas medidas las urgentes. Es necesario terminar ya con el Decreto
701, heredado de la Dictadura, que las forestales devuelvan estos
recursos e indemnicen a todos los afectados; debemos terminar con el
sistema de monocultivo intensivo, es fundamental la reconversión de
este sistema productivo a uno que no sea un riesgo para nuevos
incendios. Las grandes forestales se negarán a estos cambios; de ser
así deberían ser expropiadas. Además, es muy importante que se
impulse un plan nacional de emergencia, imponiendo grandes impuestos
a las empresas para enfrentar esta situación.
Por otro lado,
llueven las críticas contra el actuar del Gobierno y la
institucionalidad de CONAF. Es muy importante que deje de ser una
entidad ambigua entre privada y estatal, ya que se presta para todos
estos abusos contra sus trabajadores. Que sea estatal, con un
funcionamiento democrático e independiente de los gobiernos, que las
autoridades sean electas por sus trabajadores, quienes deben ser
funcionarios públicos bien preparados, tanto para apagar incendios,
como para reforestar y asegurar el cuidado de los parques nacionales.
Entradas reacionadas:
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Los peores incendios de la historia de Chile
Fuente:
Domingo Lara, Paloma Vargas, Una respuesta ante el incendio neoliberal de las forestales, 26/01/17, La Izquierda Diario. Consultado 28/01/17.
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