25 de enero de
2017. Ubicado en el extremo norte de Brasil, donde el río Amazonas
se encuentra con el mar, el arrecife de coral abarca 9500 mil
kilómetros cuadrados -equivalente a 44 veces la Ciudad de Buenos
Aires- y se extiende desde la Guyana Francesa hasta el estado
brasileño de Marañón.
De acuerdo con
los científicos que anunciaron su descubrimiento en abril de 2016
(1), este ecosistema podría ser uno de los hallazgos más
importantes de las últimas décadas en biología marina por sus
inusuales características: sobrevive en aguas salobres y turbias,
mientras que la mayoría de los arrecifes se ubican en aguas saladas
y claras. Además, su salud ofrece información sobre cómo los
ecosistemas de coral pueden responder a la aceleración del
calentamiento global.
A pesar de que el
equipo de 30 biólogos marinos sólo reveló el 5 % de este sistema
conformado por corales, rodolitos y esponjas, las empresas petroleras
Total y BP -esta última responsable del derrame más grande en la
historia de Estados Unidos (2)- tienen planeado empezar a explorar
en los próximos meses. Se estima que las reservas son de
aproximadamente 15 billones de barriles.
"Debemos
defender el arrecife y toda la región de la boca del río Amazonas
de la codicia corporativa que pone las ganancias por delante del
medio ambiente", dijo Soledad Sede, miembro del equipo de
campañas de Greenpeace Andino. Uno de los bloques de Total está a
sólo 8 kilómetros del arrecife, y los procesos de concesión de
licencias ambientales ya están en marcha.
"Tras
ratificar el Acuerdo de París, el Presidente brasileño Michel Temer
declaró que la cuestión climática es una obligación para todos
los gobiernos. Si el compromiso de su gobierno es serio, Brasil debe
impedir la exploración de petróleo en la región. Es necesario
mantener los combustibles fósiles en la tierra si queremos evitar
catástrofes climáticas", agregó Sede.
Perforar en esta
zona significa un riesgo constante de derrame. El Parque Nacional de
Cabo Orange alberga el mayor ecosistema de manglares del mundo y no
se conoce tecnología capaz de limpiar petróleo en un lugar de estas
características. Además, los riesgos en esta área son mayores
debido a las fuertes corrientes y sedimentos que acarrea el Río
Amazonas. Hasta el momento, allí se perforaron 95 pozos de los
cuales 27 fueron abandonados por accidentes mecánicos y el resto
debido a la ausencia de gas y petróleo.
La cuenca del
Amazonas también es hábitat del manatí americano, la tortuga
amarilla del río Amazonas, jaguares, delfines, y las nutrias de río
que ya están en peligro de extinción según la lista de la Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) de 2014.
Una parte de la población, tal como las 80 comunidades Quilombolas y
ribereñas que viven ahí, dependen económicamente de la pesca.
El primer indicio
de que aquí podrían existir corales data de 1977 (3), cuando
algunos investigadores observaron peces en la zona. Para conocer más
acerca de este bioma, el barco de Greenpeace Esperanza, está
navegando la zona junto a científicos y expertos. "Vamos a
reunir gente de todo el mundo para decirle a las compañías que
cancelen sus planes de hacer perforaciones cerca del arrecife",
dijo Sede.
Actuá para
defender el arrecife del Amazonas, participá haciendo click aquí.
Notas:
Fuente:
Tesoro amazónico amenazado por empresas petroleras, 25/01/17, Greenpeace Argentina. Consultado 26/01/17.
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