sábado, 23 de julio de 2016

Buenos Aires y la deuda ambiental

Gestión de la basura, calidad de aire, contaminación de los cursos de agua, movilidad y los efectos del cambio climático son algunas de las amenazas bajo las que se encuentra la gran metrópoli argentina, la Ciudad de Buenos Aires.

por Laura Rocha

Aunque la actual gestión, que ya lleva nueve años frente al distrito más poblado de la Argentina, impuso el sello de Ciudad Verde las erráticas políticas respecto de los temas ambientales dejan a la capital en deuda.

Para ser justos hay que señalar que es una de las pocas ciudades que ha incluido la ecología en su agenda; sin embargo, las acciones no son suficientes. La gestión de residuos puede evaluarse de dos formas: si se mira la reducción de material que se entierra que se genera en la ciudad es una buena noticia; en apenas cuatro años ha disminuido casi el 40 %. Sin embargo, poco se ha conseguido a partir de separación y reciclado y del aumento de la conciencia ambiental de los habitantes. En la última década se han anunciado once planes de reciclado que incluyen a las cooperativas de cartoneros: contenedores sí; contenedores no; dos contenedores; un contenedor; bolsa verde, bolsa negra. Confusión. Los vecinos todavía no saben qué hacer con sus residuos.

Calidad del aire: la ciudad tiene una posición privilegiada, geográficamente hablando. Los vientos hacen que la contaminación que generan los vehículos se disipe. Sin embargo, no sabemos cuánto. A pesar de las promesas sigue siendo una deuda el monitoreo sistemático de la calidad del aire de la Ciudad. Según la OMS, 7 millones de personas en el mundo mueren por la contaminación atmosférica.

La ciudad de Buenos Aires también ostenta el orgullo de tener dos de los cursos de agua más contaminados de la región: el Riachuelo y el borde costero del Río de la Plata. En el primero se trabaja en un plan de saneamiento hace ocho años pero la calidad del agua sigue igual. Del segundo no hay mediciones.

Sobre la movilidad qué se puede decir; se fomenta el uso de la bicicleta y el plan Prioridad Peatón en el centro ha ganado premios internacionales. Sin embargo, los embotellamientos y la casi imposibilidad de circular en horas pico en las avenidas muestra que algo no está funcionando. A algunas arterias llegó el Metrobus como solución; pero no debería ser la única. A pesar de las promesas, el subte avanza muy lentamente.

Buenos Aires es una ciudad costera. Las simulaciones de los expertos en materia climática advierten sobre los peligros que corre la urbe si la temperatura subiera 4°C; incluso con 2°C se haría sentir. Por el momento, las políticas para adaptarse a este fenómeno global son desconocidas; a no ser que construir y avanzar sobre el río sea la respuesta porteña. Los conflictos ambientales deben abordase holísticamente; tal vez esta es la mayor deuda pendiente.

*La autora es periodista especializada en ecología en el diario La Nación y miembro de la Asociación de Periodistas Ambientales.

Fuentes:
Laura Rocha, Buenos Aires y la deuda ambiental, 22/07/16, La Izquierda Diario.
La obra de arte que acompaña esta entrada es un óleo de Pío Collivadino, que muestra los reflejos de la lluvia sobre el empedrado de la avenida Paseo Colón en 1925.

No hay comentarios:

Publicar un comentario