Las
encuestas dicen que el 55,3 por ciento de los ciudadanos rechazan las
nucleares, mientras que el 36,9 por ciento apoya ese tipo de energía.
El
sentimiento antinuclear nipón se ha reavivado tras los dos potentes terremotos
de hace unos días en la isla de Kyushu, donde está la única central nuclear
operativa del país, en un escenario que ha recordado a los japoneses la
catástrofe de Fukushima.
En
los últimos días se han intensificado la recogida de firmas y las convocatorias
de manifestaciones exigiendo al Gobierno japonés el cierre de la planta de
Sendai, que se ubica a escasos 140 kilómetros de los epicentros de los sismos
de 6,5 y 7,3 grados registrados los pasados jueves y viernes.
La
ONG FoE, que promueve el apagón nuclear, entregó hoy más de 100.000 firmas a
miembros del Parlamento japonés y está prevista una gran manifestación
antinuclear mañana ante la sede en Tokio de Kyushu Electric Power, la
propietaria de la central de Sendai.
El caso de esta planta, con dos reactores
operativos en la actualidad, ha hecho rememorar a la sociedad japonesa el
traumático desastre de Fukushima, del que el mes pasado se cumplió el quinto
aniversario.
Entonces,
un seísmo de 9 grados en la escala de Richter y posteriormente un tsunami
golpearon la planta de Fukushima Daiichi desatando la mayor crisis nuclear
desde la de Chernóbil en 1986.
Cinco
años después de Fukushima
Cinco
años después unos 74.200 japoneses siguen sin regresar a sus hogares en un
radio de entre 10 y 20 kilómetros alrededor de la planta y, a consecuencia del
accidente, el medio centenar de reactores nucleares que operaban fueron
suspendidos.
Japón
despertó del letargo nuclear el pasado mes de agosto con el encendido de la
central de Sendai bajo la nueva regulación post Fukushima.
El Gobierno de Shinzo Abe ha abogado por la vuelta a la energía nuclear frente a quienes defendían el apagón definitivo de las centrales, que operan en el archipiélago desde 1966.
Con
esta polémica decisión, el Ejecutivo busca hacer más competitiva la economía
japonesa, lo que requiere un suministro abundante y barato de energía.
Las
encuestas
Sin
embargo, los japoneses miran con recelo los planes de reapertura de las
centrales nucleares.
Según
las últimas encuestas, más de la mitad de los ciudadanos (el 55,3 por ciento)
rechazan que las plantas vuelvan a funcionar por miedo a una nueva catástrofe
radiactiva, mientras que el 36,9 por ciento apoya ese tipo de medidas.
En las localidades japonesas en las que se
ubican las centrales, cuya economía depende en gran parte de su funcionamiento,
el apoyo a las mismas es mayoritario, según los sondeos que la agencia Kyodo
realizó recientemente con motivo del quinto aniversario de la tragedia de Fukushima.
Por
otro lado, la Justicia nipona también se ha manifestado respecto a este asunto.
El pasado mes de marzo un tribunal ordenó la detención de la central de
Takahama, la segunda planta puesta en marcha tras Sendai, atendiendo la demanda
de un grupo de vecinos, que argüían que ponía en peligro la seguridad de la
región.
A
la orden judicial contra Takahama y al rechazo popular se suman ahora los
potentes terremotos, una nueva amenaza para la pervivencia de las centrales
nucleares japonesas que promueve el Gobierno de Abe.
Fuente:
Fuente:
Los fuertes seísmos reavivan el sentimiento antinuclear en Japón, 21/04/16, EFEverde. Consultado 22/04/16.
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