martes, 2 de febrero de 2016

Otra crecida del río Paraguay impide a los desplazados volver a sus casas

El río volverá a subir a niveles históricos a mediados de este mes y durante todo marzo, alertan las autoridades. El afectado por leptospirosis, también llamada “fiebre del cieno”, evoluciona de forma favorable.

Una nueva crecida del río Paraguay ha obligado a las autoridades de Asunción a exhortar a los 100.000 desplazados de la capital a seguir en los campamentos donde buscaron refugio, mientras se ha informado que se ha detectado un caso de leptospirosis, entre los evacuados.

Desde diciembre unas 100.000 personas abandonaron sus hogares por el desbordamiento del río, a otras zonas de Asunción, donde han levantado precarias construcciones de madera que les sirven de refugio temporal.

Sus expectativas eran una bajada del nivel del río en Asunción, que este lunes se situó en los 6,46 metros, lejos del récord de finales de diciembre, cuando alcanzó los 7,88 metros, pero todavía por encima de su nivel crítico, marcado en los 5,5 metros, según la Dirección de Meteorología e Hidrología.

Pese a ese comportamiento descendente las autoridades advirtieron de que, a mediados de este mes y durante todo marzo, el agua volverá a subir a niveles históricos, informaron a Efe fuentes de la Alcaldía asunceña y de la Secretaría de Emergencia Nacional  (SEN).

“Hay gente que quiere volver a sus viviendas pero la Municipalidad les pide que no vaya de vuelta a sus casas todavía porque es engañoso, en realidad en la segunda quincena de febrero y en marzo habrá lluvias pronunciadas que harán que el río torne a casi los mismos niveles que llegamos hace poco”, dijo el portavoz de comunicación de la Municipalidad, Andrés Granje.

Según el funcionario, la situación aún es “crítica” y si la gente vuelve a sus casas ahora será mucho más difícil volver a reorganizar la asistencia y ayudas de emergencias a los afectados.

La Alcaldía de Asunción junto a la SEN siguen asistiendo a los damnificados, limpiando las zonas donde están acampados e intentando mejorar las precarias condiciones de vida de los afectados.

La mayoría han tenido que instalarse en casetas de madera y techos de chapas metálicas o con coberturas plásticas en los 143 refugios al aire libre establecidos por el Gobierno o en cualquier lugar de la vía pública que estuviera libre.

“Indudablemente las condiciones son muy difíciles, pero apelamos al sentido común. De nada sirve ir a vivir bien una semana a casa si luego hay que trasladar todo otra vez, volver a conseguir un lugar, levantar tu refugio”, expresó Granje.

El Niño y la deforestación
El Gobierno paraguayo ha reconocido que las intensas lluvias registradas en Paraguay desde el pasado diciembre se atribuyen al fenómeno climático de El Niño.

Según expertos, la pérdida de masa boscosa en Paraguay, sexto país del mundo con mayor deforestación, y la aceleración de los efectos del cambio climático conforman un cóctel explosivo que agrava las consecuencias de las inundaciones.

Primer caso de leptospirosis entre los evacuados
Además, el Ministerio de Salud Pública de Paraguay confirmó hoy la detección en Asunción de un caso de leptospirosis, una enfermedad transmitida por el contacto con aguas contaminadas por una bacteria, en una persona desplazada por las inundaciones.

El paciente afectado por esta enfermedad evoluciona favorablemente, informó el ministro de Salud, Antonio Barrios, en un comunicado.

La leptospirosis, también conocida como “fiebre del cieno”, es una enfermedad provocada por una bacteria presente en la orina de animales infectados, como roedores, perros, vacas o cerdos, y se contagia por el contacto directo con esta orina o con agua contaminada por ella.

La bacteria sobrevive en lugares húmedos y protegidos de la luz, por lo que el riesgo de contraer la enfermedad aumenta si se producen inundaciones, o al desarrollar actividades recreativas en ríos, lagos, lagunas o arroyos, según el Ministerio de Salud.

Prohibido jugar en zonas inundadas
Como medidas de prevención, el Ministerio de Salud recomienda evitar sumergirse en zonas con agua estancada y zonas inundadas, así como impedir que los niños jueguen en charcos o en barrizales.

También insta a combatir a los roedores, que son los principales transmisores de la enfermedad, a través de la limpieza de patios y la retirada de escombros y malezas que puedan servirles de refugio.

El agua acumulada tras las inundaciones es también el medio en el que se reproduce el mosquito Aedes agypti, vector de virus como el dengue, el chikunguña o el zika, que mantienen a Paraguay en alerta epidemiológica. 

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