La lluvia saturó la red sanitaria y los reclamos por desbordes se duplicaron. Al problema lo generan las conexiones pluviales clandestinas al sistema.
Durante el aguacero del fin de semana, más de un vecino habrá notado que en medio de los ríos en los que se convirtieron las calles emergían chorros de agua a la superficie. Este efecto “fuente” contenía aguas servidas de la red de cloacas.
La situación se da porque hay muchos desagües clandestinos conectados a la red sanitaria, lo que provoca un caudal de líquido mayor al que los caños pueden soportar, un consecuente aumento de presión en el sistema y finalmente estas “aguas danzantes”.
Según explicó Oscar Basáez, delegado de los trabajadores de la Dirección de Redes Sanitarias de la Muni, el problema se da en sectores donde el “boom” inmobiliario tuvo auge en los últimos años: Cofico, Alta Córdoba, General Paz, Centro y Nueva Córdoba.
“Muchas de estas nuevas construcciones conectan los desagües pluviales a la red de cloacas y eso lleva a que se sature el sistema en todos los caños, los colectores y los troncales. Lo que se ve en la calle es uno de los problemas. Lo peor se da dentro de las viviendas, porque cuando el agua no encuentra salida emerge desde los baños”, explicó el delegado.
Ante este inconveniente, el número de reclamos por desbordes en la ciudad se duplicó durante el fin de semana: de los 35 casos que se dan por día se pasó a 80, según el seguimiento de los empleados.
Para Basáez, el problema es grave porque no hay nada por hacer cuando esto se produce: “No hay maniobra para ejecutar ante esta situación. Sólo esperar a que disminuya el caudal de agua”.
Desde el Palacio 6 de Julio explicaron que este colapso del sistema es alimentado por otro inconveniente: por la presión que llevan los caños, las tapas de las cámaras de inspección vuelan, lo que genera que además ingrese a la red el agua de la calle.
“La manera afrontar este problema es con inspecciones, que frecuentemente se hacen, pero es difícil detectar una conexión clandestina”, explicó Omar Gastaldi, secretario de Infraestructura.
Se hundió la Bunge. El hundimiento de la calle Bunge al 2.700 fue otro de los problemas que se registró durante el aguacero. En el lugar, la Muni inauguró el año pasado un nuevo desagüe.
Gastaldi informó que el fenómeno se produjo probablemente por una filtración de agua debajo de la carpeta asfáltica, lo que provocó que cediera la calzada.
El funcionario indicó que la obra se encuentra en garantía y que la empresa contratista se hará cargo de las reparaciones. Además, aseguró que los caños del desagüe no sufrieron daños.
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Fuente:
Córdoba: el agua reventó las cloacas, 09/02/16, Día a Día Córdoba.
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