domingo, 12 de abril de 2015

El pueblo donde siembran hasta en la calle

Loteo. Danilo, un vecino de Villa Quillinzo, muestra el mapa catastral. Donde debieran verse las calles, hay superficie sembrada

Villa Quillinzo está junto al lago Embalse. La soja y el maíz avanzan sobre terrenos urbanos, y algunos hasta usurpan las costas del lago, que son públicas. El jefe comunal promete que “es el último año en que se siembra en terrenos y calles”.

por Carina Mongi

Villa Quillinzo. Cualquier turista distraído, de lejos, podría pensar en el manto verde que crece en una franja pegada al lago Embalse como un buen marco para una fotografía. Pero si se acerca comprobará que no es más que un sembradío de soja, a metros del dique más grande de la provincia. En terrenos costeros, fiscales y de usufructo público, algunos hacen su negocio. Además, el cultivo implica el uso de agroquímicos pisando los patios de viviendas y a metros del agua del lago.

Esto pasa en Villa Quillinzo, una muy pequeña localidad sobre la costa sur (la menos conocida y visitada) del Embalse, en Calamuchita.

La culpa no es de la soja sino del descontrol existente sobre el uso del suelo y de la anarquía que se observa en cuanto a la delimitación de propiedades.

Los cultivos aparecen entre las casas del pueblo, sobre sitios baldíos, la costa del lago y hasta ocupando calles públicas.

Con unos 200 habitantes estables, el pueblito se ubica entre las desembocaduras de los ríos Quillinzo y Grande en el lago, en un sitio de enorme potencial turístico. Bajo las actuales condiciones, se comprende por qué sigue siendo sólo potencial.

Danilo Grazzani es el dueño de un corralón ubicado sobre el camino principal. Procedente de Buenos Aires, se radicó cuatro años atrás en Villa Quillinzo. Ya realizó numerosas presentaciones para que cese el cultivo de soja y maíz que prácticamente rodea a su vivienda y a otras cercanas. Plantea el riesgo por las fumigaciones pero además el uso de tierras usurpadas y hasta de espacios públicos. Su hermano presentó denuncias ante el Ministerio de Agua, Ambiente y Servicios de la Provincia y días atrás sumó otra en la Fiscalía General de Córdoba.

“Tengo soja en el frente y en el fondo, a muy pocos metros de mi casa. La zona de atrás es un loteo que existe hace 40 años, pero está sembrada hasta en las calles, que ya no se ven”, señaló. También se observan lotes de sorgo y maíz, entre las casas dispersas.

“Será la última”
Gilberto Sthaler es el jefe comunal desde hace 12 años. En el comercio polirrubro familiar que atiende, aseguró a este diario que ya tomó cartas en el asunto y que “este año será él último que se siembre en terrenos y calles”.

“Hasta hace unos años, se plantaba al borde de la escuela”, reconoció sobre el descontrol a la vista. “Hay campos que son privados y no hay una ley que diga que no se puede fumigar o sembrar en un campo privado. Pero donde hay escorrentías hacia el lago, lo tenemos que manejar nosotros desde la comuna y es lo que estamos viendo. Si quieren sembrar que siembren, pero que no fumiguen en esos casos”, respondió.

La duda que salta es qué capacidad de control, sin auxilio provincial, puede tener una comuna de este tamaño, casi sin personal.

El jefe comunal, del PJ, reconoció que quedan sectores sembrados sobre terrenos y calles urbanas. “Los alquilan los dueños, la comuna de eso no recibe un centavo”, aclaró.

Sthaler aseguró que dictó una resolución que prohíbe cultivar en esos ámbitos. “Establece que es el último año que se siembra. Levantan esta cosecha y no habrá otra”, prometió.

Asimismo, advirtió que los propietarios (o usurpadores en caso de calles y costas del lago) no tributan en la comuna.

Sobre tierras fiscales

- ¿Qué pasa con los terrenos con soja pegados al lago?

- Son terrenos fiscales, que tampoco se van a volver a sembrar.

Sthaler manifestó que los explota “un productor de La Cruz” y reconoció que la situación “no es correcta”, pero aclaró que le prohibió fumigar. “Vean que están llenos de yuyos, más altos que la soja, porque no se le permitió fumigar”, apuntó.

El jefe comunal está finalizando su tercer periodo de gobierno y asegura que el problema con los sembradíos descontrolados “viene desde siempre”.

“Diferente es la situación de los campos en zona rural. Ellos vienen y presentan una planilla del Senasa y pueden fumigar recién a 100 metros de las casas. Nosotros establecimos esa regla y se cumple”, marcó.

El funcionario cuestionó, de paso, a los que denuncian la cuestión: “Hacen problema donde ya no existen, porque es la última cosecha; todo el mundo está informado”, concluyó.

Documentos para descargar
Grafico Ubicacion.pdf (74.27 KB)
Fuente:
Carina Mongi, El pueblo donde siembran hasta en la calle, 12/04/15, La Voz del Interior. Consultado 12/04/15.

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