martes, 23 de diciembre de 2014

Ya se mide la energía mareomotriz en las costas de Santa Cruz

Desde principios de diciembre, un grupo de técnicos liderados por Y-TEC fondeó dos boyas, lo que constituyó el inicio de un ambicioso programa que busca evaluar la potencialidad mareomotriz de toda la costa patagónica. La primera fue colocada en el interior del estuario de Río Gallegos; la segunda, frente a Cabo Vírgenes.

por Irene Stur

La energía mareomotriz, basada en el aprovechamiento de la marea de un área, es algo de lo que hace años se viene hablando como posible en la extensa costa patagónica, sobre todo la austral, por la intensidad del viento y las corrientes.

Incluso fue parte de la gira de negocios que emprendió el Ministerio de Planificación Federal hace un tiempo atrás por Rusia y China, buscando inversiones de empresarios en el área de energía para hacer posible este desarrollo y otros emprendimiento. Hubo interés sobre todo en el primer país.

Cabe destacar que la primera experiencia sobre energía mareomotriz tuvo lugar en La Rance, Francia, hace más de 50 años.

Así se conoció que el 2 y 3 de este mes, científicos argentinos que viajaban a bordo del buque Lenga, de la naviera Antares, fondearon las dos primeras boyas de un ambicioso programa para evaluar la potencialidad mareomotriz del mar austral argentino. Datos que serán registrados vía satélite por el Inmarsat-C y el Iridium.

El buque partió de Punta Loyola. El proyecto “Pampa Sur” concentra muchos meses de trabajo de más de 50 investigadores y tecnólogos de diferentes centros del Conicet, como el Centro Nacional Patagónico (Cenpat) y el Centro Austral de Investigaciones Científicas (Cadic), de la Universidad Tecnológica Nacional Regional Santa Cruz e Y-TEC, el centro tecnológico de la empresa YPF, entre otros. También participan la Prefectura y la Armada.

“Argentina busca el autoabastecimiento energético”, dijo en la presentación del proyecto, realizada en la sede de la petrolera, el presidente y Ceo de YPF Miguel Galuccio. “Hasta ahora la energía mareomotriz ha sido muy poco explorada”, agregó. Las dos boyas, que fueron fondeadas en diciembre, permitirán medir corrientes marinas, olas, y parámetros meteorológicos y serán parte de una iniciativa para explorar y utilizar el mar como fuente de energía eléctrica en el futuro.

Las boyas
Una de las boyas fue colocada en la desembocadura del Río Gallegos por el buque Lenga. Se trata de la boya Axys de fabricación canadiense y está diseñada para aguas poco profundas. La zona de colocación (el interior del estuario), según se estima, brindaría condiciones casi sin igual en el mundo para producir electricidad renovable y no contaminante por la velocidad de las corrientes marinas.

“Al día siguiente el barco siguió navegando y se fondeó la otra boya en Cabo Vírgenes”, contó la ingeniera química Norma De Cristófaro, que es profesora e investigadora de la Universidad Tecnológica Nacional en Río Gallegos y fue repatriada a través del programa Raíces, del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MINCYT). Se había ido del país en 1991 y estuvo trabajando como investigadora en Italia.

Esta segunda boya es la Wavescan de origen noruego y está diseñada para aguas profundas.

Ambas contienen instrumentos y sensores que permitirán medir corrientes, olas, mareas y parámetros meteorológicos. Durante los próximos tres años las boyas se irán desplazando para estudiar la potencialidad energética marina en zonas diferentes. Los datos que vayan recopilando se guardan en las mismas boyas y se envían por satélite. “Los datos serán estandarizados y estarán disponibles en el sistema nacional de datos para que cualquier emprendedor pueda usarlos para obtener energía a partir del mar” dijo De Cristófaro, y agregó que investigadores en ecología del Centro Nacional Patagónico les avisarán los lugares para explorar sin que se afecte la migración de la fauna local.

Por su parte el director de Y-TEC, Gustavo Bianchi, explicó que “hay tres tipos de energía mareomotriz: la producida por las olas, las mareas y las corrientes”, y que enfrente a Santa Cruz se medirán estas dos últimas. El ejecutivo aseguró que esta fondeadura “es un hito, porque dejamos de hablar sobre esta forma de producir electricidad para empezar a trabajar en el tema”.

Quien también habló del tema, al presentar el inicio del proyecto, fue Miguel Galuccio, director ejecutivo de YPF, quien aclaró la participación de la petrolera en este emprendimiento: “en la búsqueda del autoabastecimiento tenemos que perseguir un horizonte mucho más amplio; en este caso, aprovechar la energía del mar”.

La búsqueda de energía mareomotriz tiene que atender a otro interrogante, el de los ecosistemas sensibles. Por eso, en el proyecto trabajan biólogos marinos, oceanógrafos y ambientalistas, con el objetivo de reunir datos sobre la migración de fauna marina y el movimiento de las dunas en el lecho marino, para saber dónde colocar las turbinas.

De ahí la participación del Conicet en este proyecto, que ya insumió 2,5 millones de dólares, es vital: dado que las mejores regiones se encuentran en zonas con estos ecosistemas y es necesario tener en cuenta estudios realizados durante décadas por los científicos del área que aportarán sus conocimientos para ayudar a delimitar los escenarios más aptos.

Otras mediciones
Para el segundo semestre del año 2015, se prevé instalar una turbina hidrocinética de 4 kilovatios de potencia, diseñada por Invap para evaluar la eficiencia (el factor de carga) de la producción de energía eléctrica a partir de la fuerza del mar. Según comentó Bianchi, las primeras estimaciones en la zona, donde las corrientes alcanzan una velocidad de cinco nudos, la sitúan en torno del 80 %; es decir, que la turbina estaría funcionando ocho de cada diez días. “Estamos explorando no sólo la producción, sino también el almacenamiento de energía”.

“Una vez que tengamos eso, podemos plantar turbinas más grandes, arriba de 25 megas. Nuestra zona de energía del mar es muy alta. Los estudios podrán confirmar estos datos”.

Cabe aclarar que se trata de un proyecto de largo plazo que podría demandar más de una década, pero que podría generar el 15 % de la energía que hoy necesita el país. “Estamos estimando gran cantidad de energía porque en todo nuestro gran estuario toda la zona de energía del mar es muy alta, y estamos hablando de 10.000 megavatios de potencia que podríamos llegar a instalar”, estimó Bianchi tras el acto, en el que también estuvo el titular del Mincyt, Lino Barañao, y el presidente del Conicet, Roberto Salvarezza.

El presupuesto para el momento inicial de la compra y la instalación de las boyas fue de 2,5 millones de dólares, y a mitad del año próximo comenzará la instalación de la turbina para establecer a qué altura hay mayor flujo de agua.

En tanto que se destacó que para generar la energía que la humanidad necesita es necesario buscar alternativas y una de ellas es aplicar tecnología. Los involucrados aseguraron que el Proyecto Pampa Azul invita a un cambio de mirada sobre las fuentes de energía y su desarrollo.

Fuente:
Irene Stur | irenestur@hotmail.com, Ya se mide la energía mareomotriz en las costas de Santa Cruz, 21/12/14, La Opinión Austral.

No hay comentarios:

Publicar un comentario