lunes, 29 de septiembre de 2014

Dinamita sobre la historia de la provincia

Arrasan con valiosas cuevas y pictografías milenarias en el departamento Minas para extraer granito. El 90 por ciento de ese sitio arqueológico cordobés está en riesgo de desaparición. Graves problemas con los explosivos que se utilizan.

por Sergio Carreras

Es, quizá, el mayor golpe ecológico y cultural que está ocurriendo en el centro del país. Y se continúa repitiendo y agravando todos los días, frente a la mirada pasiva de las autoridades, que no reaccionan ante la violación cotidiana de las leyes.

En el departamento Minas, en el oeste de la provincia, cada día se detonan docenas de explosivos que contribuyen a la destrucción y desaparición de pinturas y grabados que, en algunos casos, tienen miles de años de antigüedad y son parte del más valioso patrimonio histórico, arqueológico y cultural que conserva este sector del continente.

A metros de los aleros
Este diario recorrió el lugar hace pocos días y pudo ver cómo las empresas de extracción de granito están detonando explosivos y maniobrando maquinaria pesada apenas a dos o tres metros de los aleros y cuevas con pictografías, que no cuentan con protección alguna y ni siquiera están señalizadas.

Esos mismos muros de piedra, que sobrevivieron durante siglos a la acción del agua y el viento, han sufrido en estos últimos años el vandalismo de personas que escribieron sobre los dibujos milenarios, los rasparon con herramientas, hicieron fuego bajo los aleros o los utilizaron como baños.

Las pictografías de la zona incluyen figuras de animales como llamas, cóndores, ciervos, lagartos y ñandúes, la mayoría de las veces acompañadas con guardas y motivos geométricos.

Los arqueólogos, basándose en los hallazgos de puntas de flechas, raspadores o morteros en los alrededores de los aleros y bajo las cuevas, creen que fueron realizadas por grupos de diferentes épocas.

Algunas pictografías serían la evidencia de la presencia de pueblos de cazadores precerámicos, y otras, más nuevas, de los pueblos agroalfareros que encontraron los conquistadores españoles cuando llegaron a esta región del continente varios siglos después.

Cada día que pasa, este patrimonio se va deteriorando y desapareciendo. Según un relevamiento hecho en la década de 1970 por el arqueólogo Carlos Romero, en la zona existen 60 sitios con pinturas y grabados.

Hasta el día de hoy, la provincia de Córdoba jamás cartografió los lugares. En un relevamiento más reciente realizado en 2006 y 2007 por los antropólogos Alfonso Uribe y Soledad Ochoa, sólo se alcanzaron a detectar 43 aleros (con 450 figuras), de los cuales apenas 19 estaban registrados en la Agencia Córdoba Cultura. Esta zona arqueológica tiene una superficie aproximada de 21 kilómetros cuadrados.

Lugar descuidado
Hoy, la situación no sólo no ha mejorado, sino que sigue empeorando. El área de Patrimonio Cultural de la Provincia ni siquiera cuenta con un simple relevamiento vía GPS para saber cuántos son y dónde están los lugares que deberían haberse protegido desde hace décadas.

El encargado actual del área, Fernando Blanco, dijo que el Gobierno proyecta organizar un corredor cultural en el área y que, como parte de esa iniciativa, se apuntaría a revalorizar el patrimonio arqueológico.

La misma iniciativa había sido anunciada hace siete años, en 2007, pero no se llevó a 
cabo.

La responsabilidad por esta situación, junto con el área de Patrimonio, es de la Secretaría de Minería de la Provincia.

Esa secretaría está a cargo de Darío Luna, quien explicó a este diario que hace sólo seis meses que está al frente del área y que en este tiempo comenzaron un relevamiento en el que participa el antropólogo Uribe, “para llevar adelante la demarcación y el amojonamiento de las pictografías y obligar a todos los mineros a que realicen un trabajo georreferencial previo de los bienes arqueológicos de cada zona. La idea es que esto sea obligatorio”.

En ninguna de estas dos áreas de gobierno parecieron tener conocimiento de que existe una ley nacional y un decreto provincial que prohíben específicamente la continuidad de esa actividad extractiva junto al patrimonio arqueológico.

La necesidad de actuar sobre el lugar es urgente, ya que hace siete años, cuando Uribe y Ochoa hicieron su relevamiento, ya se encontraba en riesgo directo el 88 por ciento de los sitios arqueológicos de esa zona, porque se situaban en las proximidades de las explotaciones mineras.

Antes de que comenzara la extracción del granito, todos estos “sitios exhibían un grado de conservación aceptable”, dijo el dúo de antropólogos en su trabajo sobre las representaciones rupestres en el noroeste de Córdoba, publicado en el sitio Arqueoweb en 
2008.

Habitantes de la zona de La Playa contaron a este diario que una de las cuevas con pictografías, que incluía el dibujo de una serpiente grande, fue usada para el estacionamiento de camionetas de empleados de una de las empresas mineras, hasta que un día cedió y se partió en pedazos.

“Los mineros andamos como delincuentes”

Uno de los dueños de las canteras de la zona se quejó por las condiciones de trabajo.

El día que este diario recorrió la zona arqueológica donde se extrae granito con explosivos, se encontró con varios propietarios de canteras. Algunos estaban en el lugar en ese momento y otros llegaron a gran velocidad, en sus camionetas, luego de que fueran alertados por sus empleados sobre la presencia de “extraños” en la zona.

Uno de esos dueños, Cristino Díaz, cuyos empleados detonaban explosivos y extraían granito a sólo 20 metros de un alero y de una pequeña cueva con numerosas pictografías, se quejó por las condiciones en que deben desarrollar su actividad.

“Desgraciadamente -contó Díaz-, andamos como delincuentes viendo cómo podemos comprar explosivos, porque no nos autorizan para hacerlo, o reuniéndonos de noche, a escondidas, para ver si traen material desde Córdoba para poder seguir trabajando. Hasta hay polvorines ilegales, porque no se nos da la posibilidad de ordenar nuestra actividad”.

Otro dueño de cantera, cuyos empleados también estaban trabajando a pocos metros de una gran roca con pictografías, es Miguel Díaz, exjefe comunal de La Playa. Díaz recordó que la explotación del granito en la zona comenzó en 1978 y que hoy hay unas 10 canteras en actividad en la franja donde está la de él.

“Es cada vez menor el material bueno y va quedando más del amarillento, que chupa agua y no sirve”, señaló.

Díaz dijo que, en su caso, cumple con la firma de contrato, tiene cedulones e informe de impacto ambiental, y también admitió, como su colega, que el tema de la compra de los explosivos es vidrioso. “Puede que uno esté inscripto, pero ese es el que distribuye a los demás”. Dijo que no quería seguir hablando del tema, porque es “meterse en problemas”.

En todos los casos, los dueños de las canteras se quejaron de la desatención que dicen sufrir por parte de la Secretaría de Minería y dijeron que hace años que ningún funcionario del área se llega por el lugar a ver la precariedad en la que se trabaja.

“Vienen sólo para actos políticos, a entregar cosas, y nunca pasan de la sierra para este lado”, dijo el propietario de una cantera, que lleva más de 20 años trabajando en el lugar.

Vulnerar la ley, una vieja costumbre

La Constitución de Córdoba, una norma nacional y un decreto provincial no son tenidos en cuenta. Reclamos por la propiedad de las tierras. No hay controles.

La actividad minera en la zona de la localidad de La Playa, en el oeste de Córdoba, se lleva adelante ignorando y violando varias leyes, sin que los estados provincial y nacional se decidan a intervenir.

Además, esa afrenta legal se desarrolla sobre tierras que están en disputa, sobre las cuales se superponen escrituras y reclamos.

En el contexto de actividad minera, este tema pasa a ser principal, porque para explotar las canteras los mineros deben establecer acuerdos de explotación y alquiler con los dueños de las tierras, y esto pasa a ser un tema difuso y fuente de conflictos.

Las actuales autoridades provinciales, tanto del área minera como de patrimonio cultural, no hacen cumplir el artículo 65 de la Constitución Provincial, que establece que el Estado es el principal responsable de la conservación, el enriquecimiento y la difusión del patrimonio cultural, en especial el patrimonio arqueológico, histórico, artístico y paisajístico. En el caso de La Playa, se están agrediendo los cuatros tipos de patrimonio que detalla la Constitución.

El mismo texto constitucional repite, en su artículo 68, que la explotación de los recursos naturales debe hacerse preservando el patrimonio arqueológico. ¿Son artículos olvidados?

A nivel nacional, el Código Minero, cuando habla de las condiciones en que deben hacerse las explotaciones, en su sección segunda tiene un extenso articulado referido a la protección del patrimonio cultural y ambiental. Estas disposiciones tienen como fuente el artículo 41 de la Constitución Nacional, que determina el derecho a un ambiente sano y habla de la preservación del patrimonio cultural.

El artículo 251 del Código obliga a cada minero a presentar, antes del inicio de su explotación, un informe de impacto ambiental. ¿Qué ha hecho todos estos años la Secretaría de Minería de Córdoba, que no puede ignorar que se está extrayendo granito y detonando explosivos en una de las más valiosas zonas arqueológicas de la provincia? ¿Qué dicen, si se presentaron, los informes de impacto presentados por todas las canteras de La Playa? ¿Mencionan que están usando explosivos a metros de cuevas y aleros con pictografías, como está sucediendo en estos días? ¿De quién es la responsabilidad penal por esta destrucción del patrimonio arqueológico y natural? ¿Cuántos controles o clausuras se han efectuado en la zona en los últimos años?

La total ausencia del Estado en la zona, ya que ni siquiera hay señalización o protecciones de los aleros, ha sido un elemento facilitador.

Todo esto pese a que la provincia de Córdoba tiene aprobado el decreto 2.897, desde hace 28 años, por el cual el área arqueológica de La Playa se encuentra incluida en el régimen de la ley 5.543, que tiende a la protección de los bienes culturales de la provincia y que fue reglamentada por el decreto 484/83.

Ese marco legal específico que protegería la zona es de la época del gobernador radical Eduardo Angeloz. Diversos proyectos con similar objetivo, que fueron presentados durante las diferentes administraciones de José Manuel de la Sota para proteger a La Playa y a otras zonas arqueológicas, no alcanzaron aprobación.

En definitiva, como se dijo al principio, la explotación minera que se hace en la zona arqueológica de La Playa, con la aprobación o frente a la pasividad de las autoridades, viola leyes nacionales y cordobesas. Hasta ahora nadie ha mostrado interés en aplicarlas, con el resultado conocido.

Tierras en disputa
Jesús Andrada es una de las personas que lleva años reclamando para que se respete el derecho de propiedad de su familia sobre una fracción de 10.400 hectáreas, que abarca el territorio donde está emplazado el pueblo de La Playa y los lugares donde ocho canteras explotan el granito, sin reconocerlos como dueños ni pagarles el derecho que correspondería.

María Elisa Díaz, prima de Andrada y que ha pasado toda su vida en una casa junto al camino que lleva a La Playa, contó que su abuelo, Domingo Díaz, fue quien compró el campo en 1916.

Pero otros habitantes de la zona señalan que, a su vez, hay otras escrituras que también abarcan parte de esa fracción, por lo cual es complicado saber con certeza quién es el dueño de cada lugar. Esto favorece acuerdos de palabra y arreglos entre las canteras y personas que dicen ser dueñas de determinados lugares y otorgan tierras en alquiler para que exploten el granito.

La precariedad registral también se ve reflejada en el terreno laboral. En los últimos tiempos, la explotación del granito ha producido muertes y heridos graves, y los trabajadores han quedado expuestos a la pérdida del trabajo y sufrido discapacidades físicas importantes, mientras sus empleadores los mantenían en negro y no contaban con seguros de riesgo. Tampoco se ha visto la presencia del Ministerio de Trabajo en esta zona.

Documentos a descargar
Gráfico: El reino del granito gris mara (98.79 KB)

Fuentes:
Sergio Carreras, Dinamita sobre la historia de la provincia, 28/09/14, La Voz del Interior. Consultado 29/09/14.
“Los mineros andamos como delincuentes”, 28/09/14, La Voz del Interior. Consultado 29/09/14.
Vulnerar la ley, una vieja costumbre, 28/09/14, La Voz del Interior. Consultado 29/09/14.

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