miércoles, 16 de abril de 2014

El ex Greenpeace que le pavimentó el shopping a IRSA

Villalonga dejó el movimiento Los Verdes por la agencia ambiental del gobierno del PRO. Su primera gran decisión favoreció intereses a los que antes hubiese tildado de especuladores inmobiliarios. Se complica su eventual vuelta al ambientalismo.

La necesidad tiene cara de hereje, podría decirse. Lo cierto es que en el primer dilema crucial -desde el punto de vista de los principios que presuntamente encarnaba- el ex Greenpeace y ex impulsor de la agrupación política Los Verdes, Juan Carlos Villalonga, justificó por qué el gobierno de Mauricio Macri lo honró con la presidencia de la Agencia de protección Ambiental. Villalonga accedió a aprobar el estudio de impacto ambiental que valida la puesta en funcionamiento del shopping de la empresa IRSA en Los Arcos, en aquellos antiguos solares bajo el ferrocarril sobre la avenida Juan B. Justo.

La justicia había detenido la inauguración real del shopping, pese a que su inauguración formal ya se había concretado, por ausencia de un certificado de aptitud ambiental otorgado por el organismo que ahora preside Villalonga.

Según algunos medios, Villalonga se refugió en su condición de ex combatiente verde para mantener el suspenso acerca de su decisión final. “Lo corren por izquierda y por derecha”, sostuvo el portal La Política Online, dando a entender -con claridad- que si Villalonga siguiera en el llano de la batalla ambientalista hubiese estado del lado de los opositores al proyecto comercial, en una zona en la que todo emprendimiento es visto como un posible potenciador de las inundaciones en una zona francamente vulnerable. Además, se sostiene, Villalonga hubiese cuestionado la finalidad de la cesión, y seguramente hubiese condenado la frivolidad del emprendimiento cuando la ciudad podría empujar hacia un uso más social de dichos predios bajo las elevadas vías del tren. Claro que nada de esto último le es posible argumentar al frente del organismo porteño que otorga “apenas” (ni más ni menos) los certificados de aptitud ambiental.

Dice La Política Online:
El shopping bautizado como "Distrito Arcos", situado en Paraguay entre Godoy Cruz y Juan B. Justo, iba a abrir sus puertas en diciembre del año pasado pero fue clausurado por orden del juez Aurelio Ammirato, tras un amparo presentado por ambientalistas que reclamaban la falta de un estudio de impacto ambiental. Luego de la paralización, la empresa Irsa presentó el estudio de impacto ambiental al gobierno porteño. A fines de febrero se realizó la audiencia pública para debatir sobre el impacto ambiental de la obra. Y si bien la mayoría de los asistentes se opusieron a la apertura del shopping, la audiencia no tiene carácter vinculante. El titular de la Apra se demora en dar su veredicto puesto que está en una encrucijada: le está haciendo perder la paciencia no sólo a la empresa sino al propio Mauricio Macri al mismo tiempo que es asediado por las agrupaciones ambientales que supo tener de su lado cuando dirigía Greenpeace. Villalonga está en la incómoda situación de defender la gestión de Macri que destrozó cuando militaba en Greenpeace (antes de formar su propia ONG Los Verdes) y a la que incluso le organizaba marchas en contra. Días atrás, cuando Macri presentó el avance del contrato más grande que tiene en todo el mundo la multinacional holandesa Philips, para iluminar el 70 por ciento de la Ciudad con la tecnología LED, Villalonga recibió un gesto inesperado de parte del jefe de gobierno. “Nos rompiste tanto las pelotas que lo tuvimos que hacer”, fue la durísima respuesta de Macri luego de que “Cali” elogiara el plan de luces LED. Todos en la sala se rieron, menos el jefe de gobierno y el propio Villalonga. Pero lo que jaqueó la posición de Villalonga en el gabinete macrista no fue ese dato anecdótico sino una declaración que hizo recientemente a la Revista Claves 21, que salpica a sus propios compañeros del Ejecutivo porteño. “La empresa ha cometido un ilícito fenomenal y no entiendo cómo pasó”, dijo Villalonga en relación al avance de las obras de Irsa, avalado por el gobierno porteño. “Yo todavía no estaba acá pero claramente la empresa avanzó con una obra sin seguir los procedimientos que establece la Ley”, agregó “Cali”. Esta última declaración cayó pésimo tanto en el gobierno de Macri como entre los ambientalistas. Mientras en el Ejecutivo no pueden creer que Villalonga haya acusado al propio gobierno, los ambientalistas creen que esa es su manera de preparar el terreno para aprobar el estudio de impacto ambiental: culpar a sus antecesores para lavar su imagen y no quedar pegado a Irsa. Los ambientalistas aseguran que Villalonga quiere echar a Hernán Alonso, director general de Evaluación Técnica de la Apra que avaló la construcción del shopping sin estudio de impacto ambiental, como para justificar la luz verde al shopping. “Este es el gran examen de Cali: si avala el shopping, no tiene retorno en el mundo ambientalista”, dijo un reconocido dirigente ambiental.

Parece ser que el examen resultó favorable al macrismo pero no a la cofradía ambiental, que ya miraba con recelo su aceptación de ocupar un cargo de tanta exposición y responsabilidad institucional en el gobierno del cual había sido febril adversario. Villalonga finalmente, tras fuertes presiones, decidió avalar el estudio de impacto ambiental y dar el aval para que el shopping comience a funcionar. Apenas si argumentó, con poco énfasis, que las amenazas al ambiente eran escasas puesto que no se han agregado metros cuadrados a la edificación original y que los riesgos vinculados al tránsito y las inundaciones serán contemplados por la empresa IRSA. Quizás si Villalonga hubiese tenido a mano en su memoria el antecedente del mismo grupo empresario con las inundaciones del barrio Mitre producto del funcionamiento del shopping DOT, no habría sido tan complaciente.

Es bastante posible que la pertenencia –al menos ideológica- de Villalonga al mundo de los ambientalistas sufra una lesión de gravedad. Aunque quizás haya que revisar si su decisión personal de pasar al bando de la política más pedestre no significó de parte del ex Greenpeace un mensaje claro respecto de abandonar el barco en el que navegó un par de décadas. Sus seguidores más fieles, que casualmente lo acompañan en la gestión al frente de la Agencia de Protección Ambiental, siguen creyendo que en el criterio de “entrismo” que supone hacer desde “adentro” lo que antes se pregonaba desde “afuera”, aún cuando el reciente fallo en relación al shopping de IRSA pueda desmentirlo.

En cambio, la mayoría de los integrantes de peso de Los Verdes, que ostentan en la mayoría de los casos una trayectoria profesional -incluso en el Estado- intachable y destacada, ya habían dictaminado negativamente respecto del paso dado por quien auspició la creación de ese movimiento político ecologista. Cuando Villalonga accedió a presidir la Agencia Ambiental del gobierno del PRO se difundió que, aun cuando fuese una decisión particular, el movimiento Los Verdes acompañaba o al menos no rechazaba dicha decisión. No parece, en verdad, haber sido de este modo.

El portal Medio y Medio difundió esta semana, casualmente, una carta que en el momento del pasaje de Villalonga de su lugar de militante a su condición de funcionario parece haber sido acallada. En dicha carta, la mayor parte de los integrantes de la Junta Directiva de Los Verdes manifiesta su desconcierto y animadversión por la decisión de Villalonga y la evalúa como el fin de ese movimiento.

Dice así:
En virtud de los acontecimientos desencadenados a partir del nombramiento del entonces presidente de la Junta Directiva de Los Verdes, Juan Carlos Villalonga, miembros del Consejo Asesor (CA), de la Junta Directiva (incluyendo a los que oportunamente renunciaron a alguno de estos órganos) y militantes de base se dirigen a Los Verdes con el objeto de hacer llegar las siguientes reflexiones:

Interpretamos la aceptación por parte de Juan Carlos Villalonga de un cargo político en la actual administración de la Ciudad de Buenos Aires cae en la esfera de las decisiones privadas. No obstante, el contexto en el que se enmarca dicha decisión posee implicancias particulares a las cuales deseamos referirnos con especial detenimiento, poniendo por delante nuestro compromiso y anhelo por construir una fuerza política basada en los principios de la ecología política para la Argentina. En esta línea, deseamos comunicar lo siguiente:

1. Nuestro profundo desacuerdo con la decisión inconsulta de hacer público el apoyo y acompañamiento al nombramiento de Villalonga al frente de la Agencia de Protección Ambiental de la Ciudad de Buenos Aires y al mismo tiempo, incorporarlo al CA de Los Verdes.
2. Nuestro completo rechazo a la forma en la que un grupo de asociados definió la conformación de la nueva Junta Directiva (JD).
3. Nuestra disconformidad con las acciones desarrolladas a posteriori para evitar un debate abierto con quienes reclamamos las explicaciones del caso.

El 20 de noviembre de 2013 muchos de nosotros, miembros del CA y de la JD de Los Verdes, nos enteramos por un comunicado publicado en la página Web que la organización acompañaba el nombramiento de Juan Carlos Villalonga y que le brindaba el apoyo, en tanto ello significaba que se estaba “promoviendo la generación de espacios para el desarrollo de políticas públicas bajo los principios de la Ecología Política plasmados en el documento ‘Nuestra Visión’”. El comunicado puntualizaba además que se había evaluado positivamente la designación por “el gran potencial de profundización y ampliación de las políticas ambientales que existen en el ámbito porteño”.

A lo anterior se agregó la noticia de que Elba Stancich sería la nueva presidenta de la JD y que Juan Carlos Villalonga pasaría a formar parte –simultáneamente- del CA.

Solo para puntualizar, quienes adscribimos a este comunicado consideramos que la ideología política del PRO es pública y notoria y -objetivamente- no podría estar más alejada de la ecología política tal como está expresada en la Visión de Los Verdes.

En este escenario creemos fundamental analizar las razones que hicieron posible que, en un solo paso, se haya puesto en tensión uno de los mayores capitales políticos de Los Verdes: su credibilidad, adoptando formas y manejos propios de los modelos de aquellos partidos políticos que nuestra agrupación critica tan profundamente.

Desde nuestro punto de vista la situación en cuestión pone en evidencia que en Los Verdes existe un grave déficit de instancias orgánicas transparentes, democráticas y participativas para la toma de decisiones. Esta situación incluye tanto a las decisiones de carácter programático como a aquellas relacionadas con el manejo de los medios informáticos y las listas de distribución de correos. Aquí es importante destacar que todo el proceso relacionado con la renuncia del hoy ex presidente se desarrolló sin intervención de los miembros de la JD y sin conocimiento de los asociados, comenzando por los miembros del organismo creado con el objeto de asesorar a la JD, según las pautas definidas por propia decisión de los miembros.

En este punto es conveniente recuperar algunas afirmaciones provenientes del documento “Nuestra Visión” en el cual Los Verdes sostuvimos que entre los valores que nos guían se encuentran la democracia participativa y el respeto por la diversidad. Pues bien, estos valores se encuentran hoy seriamente amenazados al interior de nuestra organización, en tanto la democracia participativa fracasa ante una actitud que premeditadamente restringió la participación de integrantes de la JD y CA, para favorecer un determinado entorno de poder sujeto al culto a la personalidad.

Solo a modo de recordatorio y a propósito de este momento que atraviesa nuestra organización, algunos puntos de la Visión de Los Verdes sostienen que:
· Luchamos por una democracia en la cual todos tengan el derecho de expresar sus puntos de vista y sean capaces y libres de participar directamente en las decisiones.
· Lamentamos el fortalecimiento de los personalismos que provocan más crisis partidarias y desnaturalizan el sistema democrático.
· Abogamos por una auténtica democracia participativa en la que todos los interesados puedan discutir y decidir.
· Apoyamos la participación en todos los niveles del proceso de toma de decisiones y de las herramientas constituidas con este objetivo.
Es lamentable que todas y cada una de las afirmaciones arriba enumeradas hayan sido sistemáticamente ignoradas y violadas en la sucesión de hechos que nos ocupan. La gravedad de los mismos puede puntualizarse de la siguiente manera:

1. No se ha respetado ni la letra ni el espíritu de la carta fundacional hacia la orgánica interna de Los Verdes, y lo que es aún más delicado, no se ha respetado el propio estatuto de la organización como entidad civil, ni los derechos de los asociados y de quienes han contribuido a construir Los Verdes.
2. Se ha actuado y decidido sin contar con los acuerdos operativos de los miembros de la JD, según las Actas en las que consta el procedimiento seguido y que en el caso de decisiones complejas como las que se adoptaron, se hubiera requerido de Asambleas Ordinarias o Extraordinarias antes de difundir públicamente o actuar en nombre de Los Verdes.

Todo lo anterior no es una mera formalidad, sino una búsqueda por poner en marcha mecanismos democráticos para efectivizar los acuerdos que, en el caso que nos convoca, han sido expuestos como basados en un consenso que no se procuró en tiempo y forma y por lo tanto, no existió.

Con todo, es posible preguntarse lo siguiente:
¿Puede representar genuinamente a quienes defienden la ecología política en la Argentina, una organización política que elige a dedo a quienes ejercen sus cargos directivos?
¿Puede representar los valores de la ecología política una organización cuya conducción se va encerrando en un núcleo hermético, donde las ideas se imponen sin respeto por las discrepancias y menos aún por los discrepantes?

Nuestra convicción está puesta en que Los Verdes no pueden permitirse evolucionar (o más bien involucionar) hacia una organización autoritaria y piramidal.

Si bien el carácter fuertemente personalista de la conducción ha definido todas y cada una de las decisiones que se han adoptado hasta hoy, la cuestión ideológica no resulta un tema menor a partir de la renuncia de Juan Carlos Villalonga. Pareciera que en la conducción de facto que se ha establecido en Los Verdes desde entonces no existe un real convencimiento sobre la ecología política como método para interpretar la realidad. Esto explicaría que la organización haya adoptado una actitud “pragmática”, reduciendo su visión a una decisión basada en el oportunismo.

Esto explica además que Los Verdes puedan reivindicar como propia una gestión bajo cualquier estructura política preexistente, independientemente de la distancia ideológica que los separe de ella, antes que posicionarse como una opción autónoma y propia.

Creemos que la ecología política debe albergarse dentro de una forma política inédita, que pueda realmente llevar a cabo una transformación radical de nuestra sociedad. Los partidos políticos tradicionales se han anquilosado en un modelo cerrado y con el correr de los años, se han transformado en dique de contención de aquellas ideologías que plantean cambios radicales y en consecuencia, no puede resultar la forma organizativa que permita expresar políticamente la ideología del ecologismo.

Estamos convencidos de la necesidad de una organización política nueva y diferente, capaz de promover los principios de la ecología política, de diseminar ideas y propuestas desde esa plataforma ideológica para producir contenidos políticos, difundirlos y establecer los métodos para designar candidatos y aprobar estrategias socio-políticas que los respalden. Nuestra idea de organización política verde apunta a transformar las burocracias que actúan de arriba hacia abajo, impartiendo directivas hacia aquellos que únicamente obedecen, monopolizando la opinión y la información. La organización Verde que está en nuestro horizonte es aquella que se construye de tal manera que haga inviable la imposición de ideas por la fuerza, sin respeto por los que piensan diferente. En esa organización las personas deberán estar al servicio de las ideas y no de la acumulación de poder de los dirigentes.

Por todo lo mencionado es que hacemos un llamado a la reflexión para corregir el rumbo y abrir un proceso de reorganización que asegure la transparencia a través de mecanismos realmente participativos.

Tal como lo decíamos en “Nuestra Visión”: queremos hacerlo posible; y queremos hacerlo juntos. Por eso pensamos que es necesario abrir un proceso de reorganización y caminar juntos hacia los objetivos compartidos.

Entre otros firman Jorge Daneri, Luciano Guaglianone, Victoria Lichtschein, Manuel Ludueña, Carlos Merenson, Roque Pedace y Enrique Schwarz.

Es factible que la reciente postura tomada por Villalonga desde su cargo a favor de IRSA, visualizado como ícono de la modelación urbana en base a la especulación inmobiliaria, termine de consolidar dicha percepción.

Fuente:
El ex Greenpeace que le pavimentó el shopping a IRSA, 14/04/14, Contaminación Cero. Consultado 16/04/14.

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