miércoles, 4 de septiembre de 2013

Provincia hará nuevas mediciones para controlar el caudal que ingresa del río Dulce

Por la sequía, los canales clandestinos o pequeñas represas naturales el río Dulce perdió mucho caudal

El secretario de Recursos Hídricos de Córdoba anticipó que este jueves o viernes se tomarán muestras en dos puntos.

Miramar. La Secretaría de Recursos Hídricos de la Provincia concretará este jueves o viernes sendas mediciones para comprobar si los caudales que ingresan del río Dulce son los correctos en función de los convenios firmados con Santiago del Estero o si han disminuido hasta casi desaparecer como asegura el fotógrafo Santiago Barra.

“Santiago del Estero tiene la obligación de liberar un determinado caudal anual de agua del río Dulce para que llegue a Córdoba y desemboque en la laguna de Mar Chiquita. El año pasado se cumplió ese convenio sin problemas. Ahora vamos a controlar con dos aforos si el volumen de líquido que llega a Córdoba es el correcto o si ha disminuido”, destacó el titular de la Secretaría de Recursos Hídricos, Marcelo Cámara.

Santiago del Estero tiene la obligación de liberar un volumen anual determinado de agua del río Dulce para que llegue a Córdoba.

El funcionario aseguró que la sequía reinante en todo el territorio provincial es aún mayor en Santiago del Estero y eso puede haber afectado sustancialmente el caudal del principal afluente que tiene la laguna de Mar Chiquita.

“Leímos la nota del diario y las afirmaciones de Badra. Ahora vamos a verificar los caudales controlando en los mismos puntos en donde habitualmente se hacen las mediciones, al ingreso del río en la Provincia y también en el acceso a la laguna. La semana próxima tendremos los resultados y podremos tener un panorama definitivo sobre la cuestión”, precisó el responsable de Recursos Hídricos.

A nivel nacional funciona desde hace años el Consejo Hídrico Federal (Cohife) integrado por todas las provincias argentinas. Éstas discuten y se ponen de acuerdo o no sobre la regulación y uso de todos los ríos y lagunas del país, sobre todo de aquellos que atraviesan distintos territorios.

Múltiples discusiones
El río Salí-Dulce que es compartido por Tucumán, Santiago del Estero y Córdoba siempre ha sido objeto de múltiples controversias por el mal manejo de la cuenca que realizan las provincias norteñas. No sólo se contamina el curso de esta corriente de agua sino que se le extrae agua de manera indiscriminada a través de canales de riego ilegales destinados a abastecer diferentes campos, especialmente en Santiago del Estero.

En el informe que se hizo público en Miramar, Badra sostiene que actualmente ha dejado de ingresar agua a la laguna de Mar Chiquita y que ésta ha perdido cuatro metros en los últimos meses.

El fotógrafo que recorre desde hace años la región pudo comprobar con distintas imágenes como el mencionado río prácticamente no aporta más caudal al Mar de Ansenuza. Adjudica esta situación a los canales clandestinos que extraen líquido para riego y también a la formación de diques naturales de contención generados por la acumulación de árboles, ramas y otros materiales de sedimentos.

Badra se ofreció públicamente a mostrar a los técnicos de Recursos Hídricos la situación en la zona, ya que según él las imágenes aéreas no permiten determinar con precisión la magnitud del problema puesto que se confunden los bañados con la etapa final del curso del río Dulce. También pidió a los municipios de la región que exijan la intervención de las autoridades competentes.

Mar Chiquita sigue generando nubes de sal

La laguna pierde caudal desde 2003 y se agranda la superficie de costas con sal. En días de viento, se dispersa a largas distancias.

Los días de viento, que en las últimas semanas se acrecen­taron, volvieron a poner en escena el fenómeno de las nubes de sal en parte del mapa cordobés. Nacen de las costas de la laguna Mar Chiquita, en el noreste de la provincia, pero impactan hasta a cientos de kilómetros de distancia.

Las “nubes” se forman por el efecto que generan las ráfagas de viento que levantan la sal que se dispersa en las costas de la Mar de Ansenuza, la quinta laguna salada más grande del mundo. La sal en el aire salta a la vista por donde pasa y es observable en las imágenes sate­litales, que -como este diario mostró en varias ocasiones- muestran formaciones blancas que desde la laguna se dispersan hasta largas distancias.

En ocasiones, el viento norte de cierta intensidad las ha hecho llegar hasta las zonas de Villa María y Bell Ville, ya en el sudeste provincial. 

El fenómeno se ve acrecentado desde el año 2003, cuando se empezó a observar una merma paulatina pero constante en el caudal de agua de la laguna. El achicamiento del espejo de agua deja mayores superficies de costas con sal, que las ráfagas de viento luego dispersan.

Desde hace años, sectores dedicados al estudio y la conservación de la Mar Chiquita vienen advirtiendo sobre el impacto que sobre ese ecosistema tiene la merma de ingresos de aguas de sus ríos afluentes.

Más que en los aportes de los ríos cordobeses Suquía y Xanaes (Primero y Segundo), se viene advirtiendo el menor caudal que entra a la laguna desde su principal tributario (el río Salí-Dulce), que allí desemboca tras su paso por Tucumán y Santiago del Estero.

En los últimos años se han sumado denuncias y reclamos por el aprovechamiento supuestamente excesivo de la cuenca Salí-Dulce, con extracciones de agua del cauce generalmente no autorizadas, que le quitan caudal. Muchas de ellas serían tomas para riego clandestino.

En las últimas semanas, incluso, hay voces que advierten que el caudal que ingresa a la laguna, en el marco de una prolongada sequía, se ha reducido a la mínima expresión.

Provincia hará nuevas mediciones para controlar el caudal que ingresa del río Dulce, 03/09/13, La Mañana de Córdoba. Consultado 04/09/13.
Mar Chiquita sigue generando nubes de sal, 03/09/13, La Voz del Interior. Consultado 04/09/13.

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