Nota periodística de Adrián Simioni cuestionando estudio de
salud colectiva en Bº San Antonio afectado por planta de bioetanol de Porta
Hnos. A continuación Carta del Dr. Avila Vazquez, Coordinador de la Red Universitaria
de Ambiente y Salud / Médicos de Pueblos Fumigados, RESPONDIENDO artículo
periodístico de Adrian Simioni que los ataca por su estudio de daño a la salud
colectiva por planta de Bioetanol de maíz transgénico.
Nota de La Voz
Adrian Simioni, La
Voz del Interior, 16 de agosto de 2013
Miércoles al mediodía. Radio Nacional Córdoba. Entrevistan a
una médica de la Red
Universitaria de Ambiente y Salud.
El tema: la instalación de una planta de bioetanol en la
ciudad de Córdoba, donde un grupo de vecinos expresa su rechazo y preocupación.
Hace menos de un año que la planta funciona.
La médica cuenta que han relevado la salud en las manzanas
residenciales adyacentes a la fábrica. En términos generales, describe una
situación que parece grave, pero en concreto lo que encontraron son “muchos
casos” de conjuntivitis y dolores de cabeza.
La profesional no deja de decir, cada vez que puede -y el
entrevistador también- que la fábrica produce bioetanol “de maíz transgénico”.
Como si el bioetanol de maíz no transgénico fuera distinto. O como si a excepción
de México en algún lugar del mundo se produjera a estas alturas, en cantidades
significativas, maíz no transgénico. Como si la polenta que se come en ese
barrio, en todo Córdoba y en general en cualquier lugar del mundo, no fuera
fabricada con maíz transgénico. Como si millones y millones de pollos y
chanchos en todo el planeta no fueran alimentados con maíz transgénico.
El adjetivo “transgénico” parece ser clave para lograr un
efecto que se busca. Hay palabras capaces de obrar milagros.
La médica dice que lo que hallaron, además de dolores de
cabeza, es una “población apesadumbrada” (y entrevistas como éstas sin duda
ayudan).
Dice que los niveles de cefalea son más altos que los
promedios indicativos de la Organización Mundial de la Salud. Pero no aclara
que las enfermedades no se distribuyen uniformemente en el mundo, sino que se
concentran por tipos de población, hábitats y demás. No dice que el
relevamiento de este barrio no está acompañado por un relevamiento de control -un estudio testigo- que debería hacerse, por ejemplo, en un barrio de
características socioeconómicas parecidas, situado también sobre la
circunvalación de Córdoba, pero en el que no haya una fábrica de bioetanol. De
esa forma sí podría saberse si la industria está teniendo algún efecto o no.
Tampoco dicen que la planta cuenta con todas las
autorizaciones de los distintos niveles del Estado, que ya antes producía
bioetanol sólo que en menor escala, que estudios realizados por instituciones
universitarias han mostrado que no hay contaminación del aire.
Es más, la médica admite que no conoce los estudios, pero
igual dice que en el aire hay dos ácidos y dióxido de carbono. Y sí. Estamos en
la ciudad de Córdoba. Si se fija en el centro de la ciudad, donde no se fabrica
bioetanol pero hay muchísimo tránsito, encontrará seguramente muchísimo más
dióxido de carbono que en este barrio.
En un momento, en lugar de decir “hemos recabado datos”,
dice “hemos recaudado datos”. La médica.
Uno se queda con la sensación de que ambientalistas eran los
de antes. ¿Les habrán modificado el gen de la solidez?
Hacia el final, el locutor insiste y pregunta, palabras más,
palabras menos: “¿Encontraron algo que los sorprendiera?”
Y la médica responde: “Encontramos exactamente lo que fuimos
a buscar”.
No más palabras, su señoría.
–
Respuesta de Medardo Ávila Vázquez miembro de REDUAS
Hola Adrian,
Te escribo por tu nota “Ambientalistas Genéticamente
Modificados”, que publicaste en La
Voz del Interior el 16 de agosto 2013.
Al principio me calenté un poco y me pareció que eran
chicanas bajas. Después pensé que era mejor escribirte y comentarte lo que
pensamos porque seguramente que estás mal informado. En esta época con tanta
información, la gente sólo lee los encabezados y repite consignas como: “se
puede tomar un vaso de glifosato y no pasa nada” (frase preferida de Lino
Barañao concebida por Monsanto). No, en serio, pienso que por lealtad entre
nosotros nos tenemos que comunicar y que conozcas nuestra posición, porque la
sostenemos y es lo que nos llevó a esta especie de militancia actual.
El trabajo en Porta es un análisis médico de Salud
Colectiva, es como abordar un paciente individual, pero en este caso un
conjunto de personas que viven en el mismo lugar. En primer lugar, el grupo de
vecinos se contactó con nosotros después de que varias familias fueran al
Hospital de Clínicas (UNC) a ver a la Dra. Dozzo , jefa de Alergia e inmunología, o a mí
en el Servicio de Pediatría de la
Cátedra en el mismo Hospital.
Después, como grupo, nos comenzaron a contar los que les
pasaba y realizamos durante 10 días entrevistas con distintos vecinos y médicos
de la zona. En ese momento hablamos con la empresa Porta y nos dijo, como vos
insinúas, que al acetilaldehido es provocado por los autos que pasan por la Circunvalación. Esa
era una de las hipótesis de afección en la salud, sin embargo teníamos un grupo
de padecimientos que parecían tener un comienzo simultáneo con la puesta en
funcionamiento de la planta, pero que había que cuantificar y ubicar en la zona
para reconocer los niveles de exposición.
Para eso hicimos una encuesta epidemiológica, para ver que
la extensión de los padecimientos y si los mismos eran los normales de una
población sana. Desgraciadamente, los padecimientos encontrados son los de una
población muy enferma.
Según tu nota, que te duela la cabeza todos los días en tu
casa, que no puedas dormir de noche y que te despiertes como recién acostado
fueran nimiedades, síntomas menores (y lo son con respecto al Cáncer), pero la
cefaleas persistentes están presentes en el 43 % de la población investigada y
la tasa mundial es sólo del 3 %. No es correcta tu consideración de que la tasa
mundial puede considerar lugares donde no exista ni un caso o lugares como este
que tienen 1200 % más casos que la tasa normal. El análisis en epidemiología no
se realiza de esa manera.
El asma no es un problema menor y los vecinos tienen una
tasa del doble que en la ciudad de Córdoba donde es de 15 % y en San Antonio es
de 33,17 % (34 % en niños menores de 15 años). Ya tres familias se tuvieron que
mudar por indicaciones de otros pediatras, no mías. Las conjuntivitis tampoco
son un detalle. Casi el 35 % de los vecinos las padecen fuera de la época de
alergia y no se resuelven, vuelven a los pocos días.
No te voy a explicar más datos médicos, si te interesa los
podés leer en el informe, con las citas correspondientes.
Con respecto al maíz transgénico, lo importante es destacar
que NO ES IGUAL QUE EL ORGÁNICO, a pesar que la empresa que los lleva a visitar
los EEUU diga lo contrario. Ellos afirman que existe una regla mágica que se
llama “Equivalencia sustancial” y si parece maíz es maíz. Estos granos con
resistencia a glifo y ahora a también a glufosinato son maíces mutantes y el
grano con Bt (sobre todo el recientemente aprobado por el Gobierno Nacional con
tres Bt) los convierte en maíces venenosos y monstruosos que en pocos años sólo
serán utilizados para generar bíocombustibles.
Estudios franceses demuestran que el maíz Bt no es seguro,
que los ratones alimentados con él desarrollan cáncer después de los 150 días
de vida (Monsanto hizo los trabajos de seguridad en 40 días de vida). Además,
la investigación indica que la toxina Bt se detecta en sangre humana cada vez
en mayor cantidad, que no es inocua, y que genera alergias y trastornos
inmunológicos. Holanda y Dinamarca no comprarán mas maíz ni soja transgénica a
partir de 2014 porque las piaras de cerdos de sus criaderos tienen tasas de
abortos del 30m% y los chanchos nacen con malformaciones, al igual que nuestros
pacientes (incluso algunos hijos de productores).
El polvo que se desprende de los granos cargados de
pesticidas vuelan por todo el barrio (ya los mandamos a analizar, pronto
tendremos los datos de cuanto glifo, atrazina y clorpirifós tienen). No es
porque le tengamos bronca porque sí a estos productos, les tenemos bronca
porque enferman y no son seguros.
Vos decís que hay que hacer un estudio de casos controles
(medir en otros barrios similares) porque según vos lo que supuestamente
encontramos aquí es igual en todos lados donde no está la planta. Sí, sería muy
bueno, excelente, nos daría mucho más consistencia a nuestra evidencia. Tomamos
tu idea, pero por supuesto que la fábrica tiene que dejar de funcionar hasta
que se compruebe que ella no es la que produce la contaminación. La prueba acá
es al revés y se rige por Principio precautorio.
Pero hay que tener claro también y no creer (como cree tu
compañera Laura González) que este fue un estudio científico de un grupo del
Conicet, ni que estamos en una línea de desarrollo de conocimiento e
investigación destinado a generar un paper en un journal. Pero sí es una
investigación científica porque los médicos ante cada caso, individual o
colectivo como este, hacemos un análisis científico y lo fundamentamos con la
información previa.
Además, lamento decirte que afortunadamente en ningún lado
de la ciudad hay un cluster de vecinos con estas afecciones y este nivel de
impacto. Creeme, conozco todos los dispensarios de la ciudad, a muchísimos de
sus médicos con los que trabajamos permanentemente, y no pasa nada de esto.
Como tampoco pasaba nada parecido a Ituzaingó. Es increíble cómo los
empresarios, los ingenieros agrónomos, los productores y los periodistas
vinculados al agronegocio creen que nosotros o los vecinos inventamos daños a
la salud. ¿Por qué nos meteríamos en este quilombo sino fuera cierto? Qué acaso
la URSS nos paga
esta lucha antiimperialista? A los oficialistas sus patrones también los tienen
comprados. Tenemos a todos en contra.
Otra cosa, en el equipo de la Red somos personal de Salud. Podés decir que
somos “ambientalistas” si querés pero nosotros estamos en esto exclusivamente
por la salud de la gente. Personalmente me siento también “ecologista”, que es
un concepto que integra nuestra mirada por la salud y los equilibrios
biológicos.
Lo de que “recaudado” o “recabado” es una pésima chicana y
tendrías que pedirle perdón a la Dra. Ruderman. No somos una ONG, no tenemos
financiamiento, tomamos estos trabajos como nuestra tarea natural, y
responsabilidad como médicos y como egresados de la Universidad pública.
Perdemos mucho tiempo y dinero en esto pero sentimos que es una tarea que hay
que hacer porque hay intereses muy fuertes que se imponen sobre derechos que
como Sociedad tenemos que priorizar.
La planta tiene estudios de impacto ambiental y mediciones
realizadas y, no sé, pero creo que está autorizada. Aceptanos un poco de
escepticismo al respecto de este punto ya que Don Porta era Ministro de
Industria de la Provincia
cuando puso la planta en un lugar poblado donde los vecinos estaban desde hace
40 años. Además, fíjate un poquito en las imágenes satelitales. Hay 30
imágenes de plantas de bioetanol, sólo dos en lugares poblados (las de acá),
todas las otras se encuentran en medio del campo.
Los estudios señalaron que hay contaminación (¿De dónde
sacaste que decían que no había?). Nuevamente, el estudio está a tu
disposición, o pedíselas a tus contactos empresariales. Claramente hay
emisiones de sustancias tóxicas detectados en niveles “que no traerían”
consecuencias según los autores de la auditoría ambiental, pero según el
informe ambiental brindado por Porta, la autorización queda supeditada a ver
qué sucede, y nosotros vimos qué pasa. Esa planta no puede estar allí.
También encontramos cuadros de apunamiento (mal de las
alturas) y pudimos medir el oxígeno del aire en las calles (incluso en el
barrio Las Cañitas, del otro lado de la circunvalación) y estaba muy bajo,
desplazado, creemos nosotros por el CO2 que elimina la chimenea principal.
Hicimos mediciones los mismos días a las mismas horas en
plaza San Martin, Cañada y 27 de abril (el peor lugar según estudios de
transito). Allí el CO2 nunca bajó de 21 % en el aire ambiente. El aire de la
atmósfera tiene una increíble capacidad de mantener estable la cantidad de
oxígeno entre 20,8 – 21,2 %. Por la mezcla de todos los gases del aire, nunca se
sale de este porcentaje, salvo que los hombres metamos otro gas como el CO2.
No es correcto creer que puede haber otros lugares más
contaminados en la ciudad, por los autos que todos manejamos. Los autos
contaminan pero no con la magnitud de la contaminación que genera Porta: por
cada 1000 kilos de maíz que entran tiran 300 kilos de CO2 (según datos del
INTA).
Bueno Adrián, discúlpame la extensión. Te adjunto los
informes (de salud del barrio y un análisis de cómo funcionan estas plantas). Y
creenos que nadie nos paga, y creenos que la gente se enferma. Creele el dolor
de la gente, porque no es un invento, no lo dibujamos, está sucediendo ahora.
Ahí afuera.
Pásame tu celular que los vecinos del barrio quieren
invitarte a concurrir una de estas tardes cuando se pone especialmente espeso
el aire del sector.
Un abrazo
Medardo Avila Vazquez
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Respuesta de REDUAS al artículo periodístico de Adrián Simioni, 24/08/13, ECOS Córdoba.
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