martes, 12 de junio de 2012

Importantes definiciones al comienzo del juicio por las fumigaciones en barrio Ituzaingó Anexo


Las partes no ahorraron recursos en la apertura de la audiencia por fumigaciones con agroquímicos. Los acusados se abstuvieron y sus defensores no pudieron recusar al querellante Ávila Vázquez.

Si bien no hubo episodios contundentes, la primera jornada del juicio por contaminación dolosa en barrio Ituzaingó Anexo planteó un fuerte debate, sin que las partes ahorraran recursos para avanzar en sus posiciones. Una firme participación tuvieron defensores, jueces, acusadores y querellante, marcando la cancha para lo que será una controversia de alto voltaje que promete seguir en las próximas audiencias.

La abstención de los tres acusados, que negaron los hechos, un intento de recusar al querellante Medardo Ávila Vázquez por parte de la defensa y la cruda declaración de éste como testigo describiendo la situación epidemiológica del barrio, fueron las principales aristas de una jornada tan extensa como intensa.

En el banquillo de los acusados por “contaminación dolosa reiterada” hay dos productores agropecuarios, Francisco Rafael Parra y Jorge Alberto Gabrielli, y el piloto aeroaplicador Edgardo Pancello. El juicio es por dos hechos puntuales de fumigación, en 2004 y en 2008, y en ambos está implicado Parra. En el segundo están acusados Gabrielli y Pancello, con la distinción de que el aviador está imputado como autor y los productores responden como instigadores.

El juez Lorenzo Rodríguez condujo el debate que se inició con el planteo de Juan Manuel Aráoz (defensor de Parra) para recusar al querellante Ávila Vázquez por considerar que ya no es más el secretario de Salud de la Municipalidad de Córdoba, por no representar a los vecinos y por no vivir en esta ciudad. Los defensores de Gabrielli, Carlos Hairabedian y Sebastián Becerra, adhirieron y argumentaron en igual sentido, al igual que Alejandro Pérez Moreno que representa a Pancello. También señalaron que el querellante podría ser imputado en la “causa madre” (contaminaciones entre 2002 y 2004) y por esto no podía ser parte en este otro juicio.

El fiscal de Cámara Marcelo Novillo Corvalán, entre otros argumentos, sostuvo que el planteo era extemporáneo. Por si hacía falta, el instructor Carlos Matheu señaló que era imposible que Ávila Vázquez fuera imputado en la causa madre porque en esa época no era funcionario municipal. Al final, el tribunal rechazó el planteo.

Luego, Ávila Vázquez, ingresó para declarar como testigo. Hasta ese momento, por ser querellante no podía ingresar a la sala (ver Las caras... ).

Mientras, fuera de Tribunales II y desde temprano, más de un centenar de vecinos del barrio, dirigentes sociales y representantes de organizaciones como “Paren de fumigar” se congregaron para manifestar ante el inicio de un juicio que es el primero de carácter penal en el país. Miguel Baronetto dijo que es importante este juicio por el precedente que puede sentar, pero aclaró que además se deben involucrar los otros poderes -el legislativo y el ejecutivo- en la problemática.

Por su parte, Irina Santesteban, titular de los empleados del Poder Judicial (Agepj), mostró su preocupación porque al recinto no pudieron ingresar las madres y familiares de las víctimas del barrio y, en cambio, entraron allegados a los acusados. La sala de debate se vio rebasada en su capacidad por el público y por la prensa.

El calor se fue haciendo más evidente a medida que transcurría la jornada, no sólo por el sol sino también por la presencia de público y una movida que se completó con una carpa, minirrecitales y una olla popular. El debate proseguirá hoy con una nutrida ronda de testigos, entre los cuales se destaca la vecina y denunciante Sofía Gatica. Por su trabajo sobre el cáncer y las fumigaciones en Ituzaingó, la vecina recibió este año el Premio Goldman otorgado en Estados Unidos.

Las caras del horror

Ávila Vázquez declaró más de dos horas y marcó el aumento de los casos de cáncer y su vinculación con las fumigaciones.

Con un mapa exhibió que la mayor concentración de casos se daba en las casas ubicadas cerca de los campos de soja. Tras hablar del efecto nocivo que tienen el endosulfan, el DDT y el glifosato, el médico se quebró cuando el fiscal Novillo Corvalán le preguntó si además de cáncer había malformaciones. “Nos ha tocado ver que algunos padres tienen culpa como consecuencia de un problema que ellos les han transmitido” a hijos que sufrieron efectos teratogénicos o murieron por esos problemas. “Es una verdad injusta, porque es algo que no es culpa de ellos sino de algo que está pasando”, dijo con voz quebrada y aludiendo al agente ambiental.

Los defensores no le perdieron pisada y marcaron, acaso, cómo será el debate con el querellante. Por un estudio, dijo que se determinó que las enfermedades se deben a los agroquímicos y no al agua contaminada ni al PCB de los transformadores de la Epec. Tras los hechos de febrero de 2008, los productores fueron a hablar con Ávila Vázquez para reanudar el cultivo. La jueza Susana Cordi Moreno hizo una pregunta clave y determinó que ambos sabían que las fumigaciones estaban prohibidas y que nunca tramitaron permisos.

El tema dividió aguas en la Federación Agraria

Un grupo de productores nucleados en la filial Córdoba de Federación Agraria Argentina (FAA) llevaron a cabo días pasados un “tractorazo” para apoyar a los imputados en la causa por las fumigaciones en barrio Ituzaingó Anexo.

En Tribunales Federales I, los productores se manifestaron contra la investigación porque además temen que se pueda crear un antecedente en contra de la actividad. Así se lo explicó Agustín Pizzichini, presidente de la filial cordobesa de la FAA a La Voz del Interior.

Sin embargo, el Consejo Coordinador de Entidades de Base de la misma entidad salió a repudiar esa manifestación.

En un comunicado que firma su presidente, Carlos Bergia, fundamentaron su postura alegando que “dichas acciones individuales tienen un carácter de inobservancia de las leyes socialmente convalidadas, ajenas al campo de la acción de defensa gremial de nuestra institución”.

“A la Federación Agraria Argentina le corresponde (y en este sentido obramos) bregar por un juicio justo, pero jamás tratar de torcer la mirada de los jueces para que en este caso, queden excluidos de la ley personas supuestamente culpables de haberla infligido, por el solo hecho de ser colegas nuestros”, agrega.

“Las banderas federadas no pueden ser levantadas si no para fomentar la conservación del suelo, para mejorar la situación de la familia agraria y de todos los argentinos”, apunta el documento.

Piden considerar las fumigaciones como “delitos de lesa humanidad”

Lo anticipó el abogado de la querella, Miguel Martínez. Fundamentará la solicitud en que son ilícitos cometidos por grandes pooles y grandes corporaciones, en pos de maximizar su rentabilidad económica.

La querella del juicio que se sustancia desde hoy por las fumigaciones en barrio Ituzaingó pedirá que esos hechos sean considerados como “delitos de lesa humanidad”. Miguel Martínez, quien representa a esa parte, fundamentó la estrategia diciendo que son ilícitos en los que participan grandes corporaciones, para maximizar su rentabilidad económica.

“Voy a pedir que se declare a los hechos con agrotóxicos como delitos de lesa humanidad, por ser cometidos por las grandes corporaciones económicas”, dijo el abogado.

“Saben que son productos tóxicos, pero igual los usan para que la soja crezca sana. Es un problema en el que se enfrentan la salud versus el dinero”, apuntó Martínez, que actuó en resonantes juicios por los crímenes de la última dictadura militar.

Por otro lado, señaló que todas las partes involucradas en el conflicto de Ituzaingó están al tanto del peligro que representan los agroquímicos. “Los que hacen saben que son peligrosos, los que lo fumigan y los que lo reciben”, dijo.

“Queremos que dejen de fumigar”
Por otra parte, Martínez fue claro en cuáles son los objetivos a los que se apunta con el juicio.

“Lo que queremos es que se deje de fumigar con agrotóxicos”, apuntó el abogado.

En este sentido, la querella pedirá ante el tribunal que se respete el “principio precautorio” a las fumigaciones.

Esto es, que se demuestre que los productos químicos o biológicos no son nocivos para la salud antes de habilitar su uso.

“En nuestro país se gastan 5 mil millones de dólares por año únicamente en glifosato”, dijo Martínez, con la intención de mostrar la dimensión del problema en Argentina.

Las imputaciones
La causa de barrio Ituzaingó Anexo, en la que uno de los abogados querellantes es Miguel Martínez, tiene tres imputados por el presunto delito de violación a la ley de residuos peligrosos, un “delito de peligro” para la salud de las personas del barrio.

A la vez, el fiscal Matheu investiga si las fumigaciones pudieron haber provocado cáncer y muertes entre los vecinos del sector, al sudeste de la ciudad de Córdoba.

“Es un delito de peligro: comprobada la actividad, no importa si realmente tuvo un efecto tóxico o no”, precisó Martínez.

Además, puntualizó que la pena estipulada -de 3 a 10 años de cárcel- tiene el sentido de evitar la reincidencia en el delito.

Fuentes:
La Voz del Interior, 12/06/12, Fuerte debate en el comienzo del juicio por Ituzaingó Anexo, por Francisco Guillermo Panero. Consultado 12/06/12.
La Voz del Interior, 12/06/12, Las caras del horror.
El Puntal de Río cuarto, 11/06/12, El tema dividió aguas en la Federación Agraria.
El Puntal de Río cuarto, 11/06/12, Piden considerar a las fumigaciones como delitos de "lesa humanidad".

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