viernes, 30 de septiembre de 2011

Ley de bosques: dudas sobre su aplicación

Un decreto del Gobierno provincial define los alcances para producir aun dentro del monte. Ambientalistas y académicos lo cuestionan, mientras que a los productores ganaderos no les queda claro la aplicación.

La nueva ley provincial de bosques nativos sigue generando controversias. El año pasado fue el debate por el texto de la norma, que terminó aprobada por mayoría en la Legislatura, con la conformidad de los sectores ruralistas y fuertes cuestionamientos de grupos ambientalistas e investigadores universitarios ligados al tema.

Ahora, la polémica se reinstala al definirse la reglamentación para la aplicación práctica de esa ley. Días atrás, mediante el decreto 1476, el Gobierno provincial creó la Unidad Ejecutora, con facultades para decidir si autoriza proyectos de producción presentados por dueños de campos que tengan aún monte autóctono.

Los productores ganaderos de áreas con bosques señalan su conformidad aunque apuntan dudas respecto de cómo se traducirá en la práctica real.

Los sectores ambientalistas cuestionan abiertamente la norma y señalan que es el tiro de gracia para la conservación del muy escaso bosque autóctono que queda en Córdoba.

La ley, y su posterior reglamentación, permite “el rolado de bajo impacto” sobre los bosques, para trabajar el suelo y erradicar pastizales y arbustos autóctonos (pero no árboles), para uso ganadero. También habilita la siembra de pasturas exóticas, siempre que cuente con autorización de la Unidad Ejecutora, que estará a cargo de un funcionario a designar por el Gobierno provincial, con delegaciones departamentales.

“Cada vez peor”. “Con estas normas, Córdoba está igual o peor que con la ley anterior, y en vez de proteger los bosques nativos, se pasa a legalizar la continuidad de su decadencia”, señaló Gustavo Peyrotti, uno de los voceros de lo que fue la Comisión de Ordenamiento Territorial de Bosque Nativo (Cotbn), que con criterio ambientalista elaboró en 2010 un anteproyecto de ley que finalmente no resultó aprobado.

“Queda claro que el sector ganadero le torció el brazo al Gobierno provincial. Este decreto ratifica que dentro del bosque, incluso en zonas consideradas rojas, se podrá hacer rolado, lo que afectará el sotobosque, es decir pastos y arbustos nativos. Eso lo prohíbe expresamente la ley nacional de bosques, que esta norma provincial no respeta, por lo que la consideramos inconstitucional”, marcó Peyrotti.

“La lógica indica que si no se permite la renovación del bosque, se atenta contra él. Y eso ocurre”, apuntó, tras advertir que las consecuencias de seguir perdiendo masa boscosa serán “la agudización de la crisis hídrica, la erosión de más suelos y la pérdida de flora, fauna y biodiversidad”.

En tanto, el biólogo Raúl Montenegro, de Funam, consideró que “el rolado, la extracción de vegetación nativa y la siembre de pasturas exóticas, amputan partes esenciales de un ecosistema que sólo funciona bien cuando está completo, con su biodiversidad original. Desprovisto de sus cientos de especies vegetales y animales, el bosque nativo deja de fabricar suelo y de conservar agua”. También opinó que “por ignorancia o mal asesoramiento el Gobierno cree, equivocadamente, que los bosques son solamente árboles”, sostuvo.

“Se puede”. Distinta opinión tienen las entidades rurales que no avalan que los bosques nativos remanentes sean intocables. Marcos Mc Hardy, presidente de la Sociedad Rural de Jesús María, admitió que el sector estuvo de acuerdo con la ley sancionada, pero que mantiene “algunas dudas” respecto de su aplicación. “De este decreto, nos parece bien que diga que si un productor presenta una carpeta sobre lo que quiere hacer con su campo y en 10 días no se le responde, queda habilitado para ejecutar el trabajo”, señaló. También defendió que se ratifique la posibilidad del rolado y siembra de pasturas exóticas en esos ámbitos.

“Lo que nos deja dudas es que el peso de cada decisión recaerá en esa Unidad Ejecutora, que dependerá de la Secretaría de Ambiente”, marcó. “Si ese funcionario que debe resolver cada pedido de productores tiene una mirada ambientalista, la visión productivista estará en el horno. Dudamos si será equilibrado ese criterio”, dijo.

Mc Hardy consideró que “la explotación ganadera cuidada, sin sobrepastoreo, no destruye el bosque” y remarcó que “está claro y fuera de discusión” que no se podrá ya desmontar nada para reemplazar bosque por siembra de soja u otros cultivos.

Mientras, el ministro de Agricultura, Carlos Gutiérrez, sostuvo que la Unidad Ejecutora “actuará con equilibrio y será dotada de recursos tecnificados” para llegar a cada predio con el mapa de ordenamiento territorial que definió la ley para establecer rangos de conservación.

Fuente:
La Voz del Interior 30/09/2011

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