La cuarta parte de las intoxicaciones que se registran en la provincia son provocadas por agroquímicos y la mitad de esos casos corresponden a niños. Técnicos del INTI realizan tareas de concientización en escuelas rurales.
Según el Departamento de Toxicología de Mendoza, “casi un cuarto de las denuncias por intoxicaciones que se reportan en la provincia son provocadas por agroquímicos”, y de ellas, “el 49 % la padecen niños”, alertó Maximiliano Caballero, técnico del Laboratorio de Plaguicidas de la sede mendocina del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). El reporte de esos datos llevó a que en el organismo comenzaran a trabajar con escuelas rurales en la concientización del peligro que implica el manejo irresponsable de sustancias tóxicas aplicadas a la producción agropecuaria. Con ese objetivo, desde hace tres meses, un grupo del INTI recorre unas 25 escuelas de la zona de Luján de Cuyo. “Los chicos no tienen que estar en contacto con agroquímicos, pero la realidad muestra otra cosa. Entonces necesitamos que conozcan los riesgos de su utilización”, explicó el técnico. Desde el ente estatal esperan que este tipo de iniciativa “dé pie a una política más fuerte” en la erradicación de estas situaciones que vulneran la salud de los niños.
Las otras informaciones que alarmaron al instituto surgieron del Reporte Epidemiológico de Córdoba –Nº 670-20/05/2011–, realizado por los servicios de infectología de cuatro instituciones médicas de la provincia mediterránea. Allí se advierte que en 2010 se registraron en Argentina 103 casos de intoxicación derivados del contacto con plaguicidas. Lo preocupante es que 49 casos correspondieron a la provincia de Mendoza.
La otra fuente a la que recurre el INTI es un informe de Naciones Unidas de 2004, que pone énfasis en la vulnerabilidad de los niños de zonas rurales ante esa situación, producto de su desconocimiento de la temática y de sus propias actividades infantiles como los juegos al aire libre.
La actividad propuesta por el INTI-Frutas y Hortalizas consiste en un taller en el que, apoyados por el uso de diapositivas, los técnicos explican a chicos de 6º y 7º grado, en general hijos de jornaleros, una serie de recaudos. “Se enseña que los colores de los envases varía según el nivel de toxicidad del producto, y que si son de color rojo intenso, no deben tocarlos. También se hace hincapié en que se deben leer las etiquetas y en que no se tienen que trasladar los productos de un recipiente a otro, como se suele hacer al cargar botellas. Se aclara que no hay que usar los bidones de agroquímicos para cargar agua ni para poner plantas, algo que a veces se hace”, describió Juan Carlos Barrera, responsable de Extensión del INTI mendocino.
Otras situaciones que viven los niños todos los días en sus casas son por ejemplo la falta de higiene personal o la falta de recaudos al introducir al hogar la ropa luego de haber realizado la aplicación del agroquímico, contó Barrera. Además, agregó Caballero, se les dice a los chicos que si encuentran un envase tirado “no lo toquen, no lo entierren ni lo prendan fuego”. También ocurre que a veces los padres hacen una aplicación mientras fuman o comen, por lo cual se concientiza acerca del peligro de esas conductas al trabajar. Y sobre situaciones más ingenuas, como la costumbre de muchos chicos de tomar frutas de las fincas sin saber que tal vez hayan recibido una fumigación reciente.
La otra pata de las charlas apunta a la toma de conciencia respecto de los daños que puede provocar el uso irracional de agroquímicos tanto a nivel sanitario como ambiental. “Los plaguicidas son necesarios, pero no deben utilizarse en forma indiscriminada, porque así se matan otros seres vivos que forman parte del equilibrio ecológico”, es el mensaje que les dan a los alumnos. Asimismo, se les muestran fotos explicativas sobre afecciones que van desde irritaciones en la piel hasta tumores causadas por la exposición a las sustancias utilizadas para obtener mejoras en la producción del agro.
En la escuela rural Fray Cayetano Rodríguez, de la localidad de Agrelo, en Luján de Cuyo, el taller “resultó espectacular”, ya que allí “no hay mucha conciencia respecto del cuidado que hay que tener con los materiales que se usan en las fincas”, dijo Carmen Cozzolino, directora de la institución. Aunque durante el ciclo lectivo los chicos “pasan todo el día en la escuela, están todo el año en contacto con la vida rural, y en vacaciones suelen ayudar a sus familias con algunas tareas”.
“Esperamos que esta iniciativa lleve a que todos los gobernantes empiecen a trabajar en el tema”, expresó Barrera. En el mismo sentido, Caballero dijo que la tarea que encaran “es un inicio”, y que sin duda “debería haber una política más fuerte” en esta dirección.
Barrera también le apuntó al sector privado: “Desde una ferretería que te vende un frasco de forma ilegal sin etiqueta hasta las grandes empresas de agroquímicos”, que a pesar de facturar cifras millonarias, “no brindan información adecuada o no entregan material de protección como guantes o máscaras de forma gratuita, tiene que haber otra actitud”. “Ojalá incentivemos a pensar que nada es tan caro como la pérdida de una vida”, concluyó.
Fuente: Página 12 27/06/2011
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