sábado, 16 de octubre de 2010

Recordando el siniestro hídrico 7


Para que los vecinos del sur de Embalse no nos olvidemos de lo vulnerable a las inundaciones que es el lugar donde vivimos. Repasemos los relatos de la tragedia que hicieron algunos vecinos del barrio Escuela:

Gisela que vive con su esposo e hija, en la calle Manuel Belgrano, declaró: “La verdad que fue un susto porque yo estaba acostada y mi marido me decía: mira gorda pasa el agua en la calle. Así que me levante y estaba entrando agua por todos lados. Cerramos las puertas con llave, mi marido tenía la puerta del patio y yo tenia la puerta de adelante. Y cada vez era más y más agua, en un momento explotó la puerta de atrás y entró con todo. Así que fui a agarrar la gorda, todo rápido, y ya el agua estaba llegando a la cama... A las 3 y algo, después que se terminó todo apenas empezó a bajar el agua nosotros nos fuimos a la plaza que había poca agua, y ahí estábamos con frío re mojados. Fuimos a la casa de una vecina que nos ayudó, nos socorrió y nos prestaron ropa para la Sabri (su hija) que estaba desnudita. Y ahí empezó a bajar el agua. Ya una vez que bajo cerramos todo con llave, y nos fuimos a la casa de mi mamá, a las 8. Obviamente esa noche nadie durmió”.

Walter tiene su comercio sobre la misma calle Manuel Belgrano, relató lo siguiente: “Normalmente estábamos acostumbrados a ver agua pero hasta el cordón de la vereda. Y de repente empezó a subir acá al piso y en menos de cinco minutos vino una avalancha de un metro de agua más o menos y por negligencia o por miedo abrimos las puertas y bueno, nos llevo mercadería. Pasamos momentos muy feos, tenemos dos bebes gemelas, las cuales no sabíamos que decisión tomar. Se le mojaron las frazaditas que teníamos en la mano en ese momento para ellas y estaban pasando frío... Todos hemos sido dañados, moralmente en primer orden, y luego económicamente. Porque uno tiene que seguir afrontando esto todos los días en adelante, y bueno siempre con ese miedo”

Nilda Aranda, vecina de la calle Malvinas Argentinas, dijo: “Las chicas me llaman por la ventana, y me dicen: hija no se asuste, pero salga que es inundación. Yo pensé que estaría ahí para verse, eso era la una de la mañana. Y digo yo voy a ver. Estaba rezando para que se cortara la tormenta. Cuando bajo los pies así de la cama, el agua me llegaba a la rodilla. Me dicen que salga por la puerta del pasillo, porque yo también soy operada de la rodilla. Y quiero abrir esta puerta y el living ese que esta en la cochera ya estaba haciéndome fuerza ahí y no me dejaba abrir la puerta. Yo tenía miedo de caerme. Salgo ahí y estaban las chicas. Bueno yo me largue a gritar, y me olvide de mi marido. Viene mi nieto y me dice: ¿y el tío? (así le dicen) ah me olvide de él”

Fuente:
Corresponsal Embalseño, 19/12/2009, "Lo que el agua se llevó".

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