El oficialismo rechaza la iniciativa por los glaciares
acordada en conjunto por la oposición y por el senador kirchnerista Daniel
Filmus; los diputados de Pro, en contra de algunas medidas, son determinantes;
el derrotero de un debate que comenzó con el veto de Cristina Kirchner y aún
perdura.
por Iván Ruiz
1. Diferencias dentro del kirchnerismo. Pese a que el
oficialista Filmus, principal defensor de la preservación de los glaciares en
el Senado, acordó con la oposición en Diputados un proyecto en común, el
kirchnerismo no acompañó su decisión. Tras pedir 15 días de prórroga para
estudiar el tema, el oficialismo votó en contra del acuerdo que selló un
legislador de su misma fuerza en la última sesión. En diálogo con lanacion.com,
el diputado Daniel Tomas ratificó la negativa del Frente para la Victoria en la votación
de esta tarde. "No vamos a apoyar lo acordado porque el concepto de área
periglaciar no es válido. Se va al extremo de prohibir toda la actividad
industrial en nuestra zona", afirmó. El oficialismo intentará introducir
modificaciones en la iniciativa.
2. Pro, en contra. Si bien el bloque macrista apoyó el
acuerdo en la votación en general, su postura es negativa con respecto a los
artículos polémicos que prohíben la actividad industrial en la zona
periglaciar. "Vamos a votar en contra", aseguró a lanacion.com el
jefe de esa fuerza en Diputados, Federico Pinedo. "Esos lugares de agua
congelada que menciona el proyecto como zona periglaciar es la totalidad de la
cordillera. Si van a prohibir cualquier industria, obviamente no lo vamos a apoyar",
explicó.
3. Cuentas. "No les dan los números", dijeron
fuentes oficialistas a este medio, entusiasmados por la negativa de Pro a los
artículos más polémicos. Del otro lado, aseguran que juntan los votos para
aprobar la iniciativa: el Acuerdo Cívico, el Peronismo Federal y los bloques de
centroizquierda la apoyan. Por eso, se niegan a concretar un nuevo acuerdo con
el kirchnerismo.
4. La minería, eje del debate. La discusión por la
preservación de los glaciares pone en agenda la discusión sobre la minería a
cielo abierto. La negativa del kirchnerismo en la Cámara baja está vinculada,
entre otras disidencias, a ese tema. "La sanción de este acuerdo perjudica
el desarrollo de proyectos mineros, porque la mayoría de las minas funcionan
con suelo congelado en invierno", dijo Tomas. La oposición, en cambio, se
manifestó en contra de cualquier tipo de actividad industrial en la zona
periglaciar. "Sostenemos la prohibición de las actividades que generen
impacto sobre los glaciares", dijo la diputada Fernanda Reyes (Coalición
Cívica) a lanacion.com.
5. Artículos polémicos. Existen diversos temas que
despiertan polémica en torno a la protección de los glaciares. El artículo 2,
ya aprobado en particular por la oposición (sin el apoyo del kirchnerismo ni de
Pro), es determinante para los intereses de ambas partes. En ese apartado se
define el concepto de glaciar y de área periglaciar. Como el oficialismo ya no
puede modificarlo, apuntará al artículo 6, que prohíbe la exploración y
explotación minera en el área periglaciar definida en el artículo 2. El
kirchnerismo considera excesiva la zona delimitada por el proyecto conjunto y
planteará que los apartados polémicos sean reemplazados por los del proyecto
aprobado en el Senado, iniciativa que rechaza la oposición. El debate
continuará con el artículo 15, en el que se discuten las disposiciones
transitorias para las minas en funcionamiento. La oposición propone que la
auditoría ambiental que determina si una mina contamina sea realizada 180 días
después de la sanción de la ley. El kirchnerismo, en cambio, pedirá que el
estudio sea ejecutado en el mismo plazo, pero luego de la culminación del
inventario que desarrolle cada jurisdicción, en plazos que no son determinados
dentro del proyecto.
6. El veto. Tras obtener un apoyo unánime en el Congreso, la
ley de glaciares fue vetada en 2008 por Cristina Kirchner. En los fundamentos
expuestos por el Ejecutivo, se cuestiona que la ley "no puede limitarse a
la absoluta prohibición de actividades" y se considera "excesivo prohibir
la actividad de minería o perforación petrolera en los glaciares y en las áreas
que bordean los glaciares". Además, el Gobierno admitió que
"gobernadores de la zona cordillerana han manifestado su preocupación con
lo dispuesto por la norma sancionada" porque afectaría inversiones y
puestos de trabajo.
7. El acuerdo. Luego del veto, la Presidenta impulsó la
presentación de un nuevo proyecto en el Senado, a través de Filmus. La
iniciativa fue aprobada por unanimidad en la Cámara alta. Pero en Diputados no contó con el
mismo apoyo. La oposición introdujo considerables cambios en el proyecto
original, lo que motivó un fuerte debate entre el diputado Bonasso y Filmus.
Finalmente, los legisladores limaron las diferencias y acordaron un proyecto
conjunto que, curiosamente, no fue votado por el FPV.
8. La foto. El encuentro que mantuvo en Canadá Cristina
Kirchner con el CEO de Barrick Gold, Peter Munk, despertó la ira opositora.
Durante el almuerzo de negocios organizado para promover las inversiones
mineras en el país, la mandataria recibió los elogios del empresario por
"mantener las reglas de juego" para los capitales del sector.
"Las reglas no cambiarán y eso es muy importante para una inversión de
largo plazo", asintió ella.
9. Las acusaciones. Desde el veto de la Presidenta , la
oposición vinculó la decisión presidencial con los intereses de las empresas
mineras. Los diputados Bonasso y Reyes presentaron una denuncia ante la Justicia en la que se
acusa a funcionarios kirchneristas por incompatibilidades entre la función
pública y el vínculo que supuestamente mantienen como empresarios con empresas
mineras. La relación del Gobierno con Barrick Gold es el principal argumento
que esboza la oposición para explicar el rechazo oficial de aprobar al proyecto
que había sido aprobado por unanimidad. Los apuntados fueron el senador
kirchnerista César Gioja y el secretario de Minería, Jorge Mayoral. "Están
defendiendo negocios particulares, como en el caso de Gioja y de Mayoral, que
tienen vínculos con Barrick", acusó Bonasso ante lanacion.com.
10. La última sesión. Cuando el acuerdo parecía sellado, el
oficialismo sorprendió en el recinto con un pedido de prórroga por 15 días para
estudiar el tema. El arco opositor se negó y le torció el brazo: el
kirchnerismo votó en contra, pero el proyecto fue aprobado en general. En plena
discusión artículo por artículo, la oposición se quedó sin quórum y postergó su
aprobación hasta que se reanude la actividad legislativa, la semana próxima.
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