A tres años del escape químico que dejó dos muertos, se
dieron algunos pasos, pero hay otros pendientes.
Río Tercero. Aunque algunas mejoras se han generado, la
aplicación del anunciado plan integral de control ambiental y de actuación ante
emergencias en Río Tercero luce demorado.
El 12 de junio de 2007, dos operarios que trabajaban dentro
de la planta de Petroquímica Río Tercero fallecieron por un escape de gas
fosgeno. Ese hecho -por primera vez había muertos por un escape en esta ciudad
con tres grandes industrias químicas- generó un fuerte impacto en la ciudad y
motivó reacciones y anuncios de nuevos planes desde el municipio en materia de
seguridad ambiental.
Además, la
Secretaría de Ambiente nacional por primera vez puso su
atención en el polo industrial de esta ciudad. Mientras, fue casi nula la
reacción de Ambiente de la
Provincia.
A tres años de aquel hecho, algunos aportes y medidas
anunciadas se concretaron y otros siguen en espera.
Lo que quedó. Aportes comprometidos. La Secretaría de Ambiente
nacional envió al municipio 1,3 millón de pesos para comprar equipos de control
ambiental, y 350 mil pesos para formar un equipo de profesionales en ese rubro.
En aquellos días de 2007 con la ciudad movilizada, el
Ministerio de Planificación Federal había prometido al municipio un aporte de
más de cuatro millones de pesos para infraestructura para actuación ante
emergencias, que nunca fueron enviados.
Centro de Monitoreo Ambiental. Se creó en el edificio
municipal una oficina desde la que se debe monitorear, las 24 horas, si ocurren
escapes en el polo químico que integran las industrias Atanor, Petroquímica y
Fábrica Militar.
Mediante cámaras y sensores de productos químicos se envía
información en tiempo real a computadoras. De esos sensores y cámaras faltan
los que debe colocar Fábrica Militar en su perímetro. Las otras dos plantas ya
cumplieron ese paso.
Estación móvil de control. Con el aporte de Ambiente
nacional se montó una estación móvil de monitoreo, usada para medir calidad del
aire y del agua del río. Está en funcionamiento. Se suma a estaciones fijas
instaladas en los años `90.
No es útil para prevenir incidentes pero sí para determinar
características una vez ocurridos y para trazar diagnósticos.
Sirenas para emergencias. Con aportes de las industrias, se
compraron en Estados Unidos dos sirenas de grandes dimensiones, que se suman a
una tercera menor, que se usarán para avisar a la población en caso que un
escape químico sea de alto riesgo para la zona urbana.
Hasta ahora no hubo ningún caso de esa característica. El
riesgo mayor en la ciudad es el de una escape de gas cloro, elemento que
almacenan Atanor y Petroquímica. Están instaladas dos. El municipio promete
dejar colocada la tercera en junio.
Capacitación a la población. No se desplegó aún un programa
de concientización contundente para que la población sepa cómo reaccionar ante
una emergencia química en la zona urbana.
El principio general es que haga "protección bajo
cubierta" (encerrarse herméticamente en el sitio donde cada uno se
encuentre) y no evacuarse. Pero el comportamiento casi instintivo es el de la
evacuación, que supone riesgos aun mayores.
Se prometió que se informaría casa por casa. Esa tarea sería
desarrollada por bomberos voluntarios. La población aún no sabe cómo debería
reaccionar en caso de que se accionen esas sirenas.
Tampoco aparece aceitado el mecanismo de información pública
a la comunidad, a través de las radios, para asegurar precisión y rapidez en
los datos, tras un suceso.
Personal especializado. Un aporte de algo más de 300 mil
pesos de la Nación
le alcanzó al municipio durante un año para pagar los sueldos de 12 técnicos y
profesionales en temas ambientales y afines.
Ese aporte no fue renovado el año pasado y el gobierno
municipal decidió reducir a siete ese plantel. Hoy plantean bajarlo a cinco.
Ese personal es clave para sostener activo el sistema de
monitoreo diseñado.
El intendente Luis Brouwer de Koning confió que la Nación estaría a punto de
autorizar 1,6 millón de pesos.
De concretarse, serán destinados a la compra de insumos y a
sueldos de técnicos que podrían reincorporarse al acotado plantel actual.
Atención médica especializada. El Ministerio de Salud de
Córdoba se comprometió a crear en el hospital local, hace tres años, un
servicio de toxicología.
Se trata de una especialidad de la que carece esta ciudad a
pesar de su perfil industrial químico.
Aseguran que se hacen auditorías a las industrias
Desde aquel trágico episodio de 2007, técnicos municipales y
de las áreas ambientales de la
Nación y la
Provincia realizan auditorías.
Las hacen dos veces por año a las tres industrias más
grandes, para relevar las medidas de seguridad industrial y ambiental que se
van exigiendo. Eso asegura el secretario de Protección Civil y Ambiente del
municipio, Carlos Siccardi. "Esos controles semestrales nunca se dejaron
de hacer desde entonces", señaló, tras plantear que se perciben mejoras
que involucran a las plantas pero también a sus efluentes y al destino de los
residuos peligrosos que generan. Dijo que los resultados de esos relevamientos
son públicos y que hay otras mejoras pendientes y previstas,
Según Siccardi, tras esas auditorías, Petroquímica y Atanor
fueron cumpliendo los puntos que se les marcaron y Fábrica Militar registra
algunas demoras. Un plan de inversiones prometido hace tres años para el sector
químico de la planta estatal para mejorar su seguridad se sigue aplicando,
aunque con demoras respecto del anuncio original.
Fuentes:
La Voz del Interior, 02/05/2010, "El plan de seguridad ambiental no se completó".
La Voz del Interior, 02/05/2010, "Aseguran que se hacen auditorías a las industrias".
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