Presionado por el rechazo de una región a un megaproyecto
aurífero y la oposición de mineros informales a los controles del gobierno, que
dejaron tres muertos, el presidente de Perú se enfrenta a su peor conflicto
desde que asumió el poder.
La minería, el motor de la economía en Perú, se convirtió en
el mayor problema para el presidente Ollanta Humala.
Actualmente, el Ejecutivo afronta un total de 229 conflictos
sociales, de los cuales 152 se encuentran en calidad de activos y 77 en estado latente,
la mayoría derivados de problemas socioambientales en relación a la actividad
minera, según el último informe de la Defensoría del Pueblo.
Esta situación se presenta en el segundo mayor productor
mundial de cobre y plata, sexto de oro, y en un país donde la minería
representa el 59,1 % de las exportaciones totales.
"Esos conflictos son bombas de tiempo que en cualquier
momento pueden estallar y generar explosiones en cadena en todo el país",
alertó el analista Luis Benavente, de la Universidad de Lima.
Benavente advirtió que "los conflictos sociales son el
mayor obstáculo, actualmente y a futuro, para la gobernabilidad, para el
sistema político y para las inversiones".
Tres personas murieron y 55 resultaron heridas en la región
selvática de Madre de Dios en protestas de mineros informales que rechazan una
norma del gobierno que crea el delito de minería ilegal y que busca formalizar
esta actividad para evitar la depredación de bosques amazónicos.
El primer ministro, Oscar Valdés, afirmó que el presidente
Humala se comprometió a "hacer las grandes cosas que el Perú necesita,
como el de la minería ilegal que muchos gobiernos no se decidieron a enfrentar,
o si entraron a la cancha, se volvieron a salir".
"Nosotros vamos a estar en la cancha, con una posición
muy firme", añadió el mandatario.
Mientras en esa región los mineros informales defienden su
labor extractiva, en la región norandina de Cajamarca varias comunidades
indígenas rechazan la ejecución del proyecto aurífero Conga, donde la
estadounidense Newmont proyecta invertir 4.800 millones de dólares.
La oposición de Cajamarca radica en que ese proyecto
destruiría el medio ambiente y las cabeceras de cuenca que proporcionan agua a
esa zona del país, argumento que es rechazado por Newmont.
Carlos Santa Cruz, vicepresidente de Newmont para
Sudamérica, dijo que Conga es un proyecto "estratégico" para Perú que
no afecta el medio ambiente y que abre las puertas a inversiones superiores a
15.000 millones de dólares en los próximos diez años en esa región.
Ese conflicto se mantiene en un compás de espera hasta que
peritos internacionales contratados por el Ejecutivo revisen el estudio de
impacto ambiental de Conga, tras el que el gobierno tomará una decisión sobre
su ejecución.
El problema es que el gobierno "no cuenta con
operadores políticos para contrarrestar la efervescencia" de los que se
oponen a los proyectos mineros a gran escala, advirtió Benavente.
A ello agregó que "no hay mecanismos de diálogo y los
pocos que hay están obstruidos; por tanto al no haber diálogo y no haber un
sistema eficiente de partidos políticos la solución de los conflictos es
bastante difícil", subrayó.
En esa misma dirección opinó César Guzmán Barrón, del centro
de análisis y resolución de conflictos de la Universidad Católica ,
quien declaró al diario El Comercio que en el caso de Madre de Dios
"parece evidente que el gobierno falló en tres aspectos fundamentales:
prevención, diálogo y creatividad".
"Los diversos sectores que protestan en el país han
llegado a la triste conclusión de que la violencia es la única forma de hacerse
escuchar", acotó Guzmán Barrón. El diario económico Gestión editorializó
que los dilemas del gobierno "en parte son producto de la falta de
claridad en los mensajes y de la ambigüedad que a veces muestra en diversos
temas; no se puede estar bien con Dios y con el diablo".
Fuentes:
Observador Global.com, 17/03/12, Perú: ¿qué hacer con la minería? El gran dilema de Ollanta Humala. Consultado 17/03/12.
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