A 36 años del golpe militar, una de las cumbres más genuinas
del sistema democrático ocurre cuando la sociedad puede definir su destino. Un
caso paradigmático desde la recuperación democrática ha sido el de Esquel,
donde el 23 de marzo de 2003 se realizó un plebiscito que rechazó por un 81 % la
minería a cielo abierto. Sin embargo hoy, 9 años después, empresas y gobiernos
insisten en hacer lo que la gente no quiere, por lo que en el multitudinario
acto de Esquel para celebrar aquel plebiscito, los oradores leyeron estas
palabras de la Asamblea
de Ciudadanos Autoconvocados:
“Les decimos a los
megamineros, a sus socios, a sus protectores políticos y a sus gerentes de todo
tipo: no descansaremos, señores, no bajaremos los brazos, aquí nos tendrán,
inagotables, hasta que su sordera oiga, hasta que se dignen a respetar al
pueblo. Porque en este pueblo, señores, por si no lo recuerdan, la dignidad ya
fue plebiscitada, y ganó por mayoría.”
El plebiscito de 2003 declaró a Esquel “municipio no tóxico”
y de “ambiente sustentable”. El cumpleaños encontró a esta movilización de
3.000 personas en medio de jornadas plagadas de maniobras y avances de las
mineras que Marta Sahores, una de las asambleístas, definió a lavaca como
“subrepticias y secretas”, aunque los propios vecinos se han encargado de
dejarlas al desnudo.
Grinpis y la ballena
En la misma provincia donde la prohibición de minería a
cielo abierto es ley, hay 135 proyectos mineros que operan gracias a una serie
de prestidigitaciones legales (que ahora plantean que los recursos no son
provinciales sino nacionales, por ejemplo) avaladas por los gobiernos pero no
por la gente, como lo demostró aquel plebiscito y lo ratifican las encuestas
actuales.
Se aclara al gremio periodístico que se trata de vecinos, y
no “ambientalistas”, como lo plantean con humor en una de las banderas que utilizan: “No somos
Grinpis, somos la ballena”.
Canadienses antimineros
Los actos y movilizaciones contaron con la presencia de
vecinos, chicos de las escuelas primarias, representantes de pueblos aledaños,
artistas provinciales, hubo radios abiertas, juegos, barriletes, caminatas y
discursos.
Del otro lado del continente hubo una manifestación
paralela: canadienses solidarios con la causa se manifestaron en Toronto frente
a las oficinas de Yamana Gold, la empresa que amenaza Esquel y otras ciudades
sureñas.
“Nos apoyan desde hace mucho, incluso han sacado
declaraciones en el Congreso para que lo que se prohíbe hacer en Canadá, se
prohíba también en el resto del mundo”, cuenta Sahores sobre el intercambio que
permite un link de acciones entre Esquel y Toronto.
Cuando a Esquel le cambiaron el nombre
Primero fue Meridian Gold la que intentó explotar la mina El
Desquite. Hoy la empresa que busca más de lo mismo -oro- se llama Yamana Gold:
“Desde hace un año y medio que están instalados en Esquel pero jugando a las
escondidas”, cuenta Sahores a lavaca. Se trata de una serie de denuncias e
informaciones que han corrido estos días sobre la instalación de oficinas de
Yamana en la ciudad. “No hay certificaciones oficiales pero apareció el dato de
una oficina de la madre del guardaespaldas de un gerente de la minera, donde
parece que están operando”. Para más datos el sitio de noticias Puerta Edifundió la dirección de la oficina, en la calle Libertad 647 de Esquel.
Más allá de los guardaespaldas y sus señoras madres, hay más
ejemplos de las atravesadas acciones de estas empresas: en la propia página web
de la minera anunciaban un mega emprendimiento de similares condiciones al de
Esquel pero en la ciudad de “Shuray”. Cuenta Sahores: “Empezamos a averiguar y
resulta que era un seudónimo que pusieron a la ciudad de Esquel para ocultar el
proyecto. Lo denunciamos y hasta tuvieron que ir a pedir disculpas al Concejo
Deliberante”.
La provincia: 135 proyectos
El mismo 2003, después del fallido intento de instalación
del proyecto minero para la explotación de la mina El Desquite, entonces
impulsada por Meridian Gold, fue sancionada la ley 5001 que prohíbe la
explotación minera metalífera y la utilización de cianuro en la provincia de
Chubut. Desde la
Legislatura de Chubut amenazan revisar la ley constantemente,
así como los gobiernos locales alientan a la “minería responsable”. Pero más
allá de la legislación provincial, la actividad en todo el país está regida por
el Código de Minería, una norma legal de fondo que establece los sistemas de
dominio de las sustancias minerales y regula los procedimientos de la
industria, o al menos eso declara.
Como principio general, el dominio originario de las minas
pertenece al Estado, siendo la explotación de “utilidad pública” que prevalece
sobre los derechos de propiedad común. Así, es el Estado quien otorga las
concesiones de explotación, al cumplimiento de las “órdenes vigentes”, siendo
las minas –de acuerdo al régimen legal nacional- una propiedad distinta de la
del terreno en la que se encuentran.
El Código Minero así descripto se mantiene vigente desde
1886, con algunos cambios. Es bajo estos pretextos legales que se pasan por
alto una propia ley provincial que prohíbe la minería metalífera a cielo
abierto y la utilización de cianuro en sus procesos. Según la web oficial del Ministerio
de Ambiente y Desarrollo Sustentable, el listado actualizado de proyectos
mineros en estado de prospección y exploración cuenta en Chubut con 135
emprendimientos desarrollados por 36 firmas, 105 de ellos en “etapa de
prospección” (que significa reconocer qué minerales hay) y los restantes 30
explorando (determinando los lugares específicos de las futuras explotaciones).
La geografía chubutense indica que, mientras los primeros
mapas mineros concentraban la actividad en el sector cordillerano, en la
actualidad el interés minero se fue desplazando hacia el centro de la
provincia. Y que en muchos casos los proyectos abarcan más de un departamento o
sector: el departamento de Escalante, por ejemplo, agrupa 6 iniciativas
mineras, el de Cushamen otras 5, 4 en Viedma y 3 en Futaleufú.
¿Plebiscito?
Los modos operativos de las mineras se repiten de manera
similar en toda la provincia: disfrazados, a través de mentiras o
medias-verdades. “Se están preparando porque quieren derogar la ley 5001” , interpreta Sahores.
Otra de las lecturas de la asamblea esquelina es que el gobierno intentará
lanzar un plebiscito a nivel provincial: “Creo que si lo largan en toda la
provincia (al plebiscito) nos va a resultar mucho más difícil llegar a la gente
con información, a pesar de lo que venimos haciendo hace un año. Estamos yendo
a la meseta, hace una semana nos juntamos con gente de Trelew”, cuenta. La idea
de un plebiscito en el que participe gente no directamente afectada, o que vive
lejos del lugar, con el aparato estatal y clientelístico usual en estos casos,
parece sumarse a las vergonzosas estrategias que vienen esgrimiendo gobiernos y
mineras.
Otras palabras
Mientras tanto, los vecinos
difundieron una información que plantea la siguiente mirada: “Con la
misma potencia que rechazan las pretensiones de Yamana Gold/Minas Argentinas,
durante los festejos los vecinos de esta ciudad del oeste de la provincia de
Chubut insistieron en reclamar al gobierno provincial, a cargo de Martín Buzzi,
que no modifique ni derogue la ley 5001 que prohíbe la explotación minera
metalífera a cielo abierto y el uso cianuro en toda la provincia. Se unen en la acción a vecinos de muchas localidades
de Chubut que defienden las fuentes de
agua, la tierra y las actividades económicas verdaderamente sustentables”.
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Fuente:
- lavaca, 24/03/12, Esquel celebra, pero las mineras quieren El Desquite.
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