Milei, en su discurso celebratorio de su primer año de gobierno, anunció la actualización del Plan Nuclear Argentino, decisión que incluye la reapertura de la negociación con China por la compra de un reactor nuclear.
Por Juan Vernieri
Finalizamos el capítulo anterior señalando que el contrato firmado por Nucleoeléctrica, el 1 de febrero de 2022, con una empresa china por la compra de un reactor Hualong One estaba en suspenso, porque aparentemente ninguna de las dos condiciones que incluía el contrato, fueron satisfechas. La obra debería iniciarse comienzos de 2023 y durante 7 años, pero en agosto de 22 ya eran evidentes no pocas dudas de si el contrato llegaría a buen fin.
En un encuentro televisivo en TN, con la conducción de Carolina Amoroso, cuatro especialistas plantearon interrogantes sobre el financiamiento y la transferencia de tecnología. Participaron Mario Mariscotti, Jimena Latorre, Emilio Apud y Daniel Montamat.
Quedó claro que muchos detalles sobre su construcción estaban irresueltos y sembraban interrogantes sobre el contrato llave en mano, presupuestado en ocho mil trescientos millones a pagar en 20 años.
En el documento inicial, como dijimos, se estipulaba una financiación del 85% por parte de bancos chinos, pero apenas transcurridos dos meses de la firma, las autoridades nacionales pidieron extender la financiación al 100%.
En la oportunidad la diputada nacional y secretaria de la Comisión de Energía Jimena Latorre dijo: “Sabemos menos de lo que deberíamos sobre Atucha III”, poniendo en evidencia la poca información que Nucleoeléctrica brindaba a los legisladores.
Por entonces al contrato, que no había suscrito el país con China, sino entre empresas estatales, empezaba a llamársele preacuerdo. En ese se estipulaba que la Argentina empezaría a devolver el crédito una vez que la central entre en funcionamiento. El repago estaba considerado con base en la venta de la energía que genere durante los 12 años siguientes a que empiece a funcionar.
Apud expresó que veía bien que se iniciara las amortizaciones una vez que el reactor empezara a producir, pero “Hay que evitar que el Estado comprometa al país con inversiones de 20 años, pero en 20 años vamos a tener que pagar” dijo.
“Esto no es una inversión, es un préstamo, la inversión sería en estas asociaciones público-privadas”, exclamó por su parte Mario Mariscotti, al tiempo que agregó: “CNEA y NASA tienen mucho para aportar, pero no están para hacer negocios…”. En la misma línea Montamat consideró que: “la nueva central puede tener factibilidad técnica y ambiental, pero la económica no cierra”.
Muchos son los científicos y técnicos que expresan su oposición a la compra de este reactor, entre ellos el eminente científico nuclear Dr. Alfredo Caro, egresado y ex director del Instituto Balseiro y actual profesor de investigación en la Universidad George Washington, de California Estados Unidos, quien dijo: “La oferta de China de financiar centrales nucleares a la Argentina puso la disponibilidad de un producto antes de que se determine su necesidad”.
El profesor Caro, con los datos a su alcance calculó que por 12 años la energía eléctrica producida por el Hualong va a costar unas 3,5 veces más que el promedio, generando un déficit de 1300 millones de dólares por año. A partir de 2042 el costo va a ser similar a las centrales actuales. Eso sin incluir los costos de la disposición final de los residuos radiactivos, ni del desmantelamiento de las centrales al final de su vida útil.
Continuará.
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