Documentos
desclasificados por la Casa Blanca arrojan luz sobre la relación
ambigua con la dictadura.
El Gobierno de
Estados Unidos conocía las desapariciones forzosas llevadas a cabo
durante una etapa de la dictadura de Jorge Rafael Videla en Argentina
(1976-1981) y la generalización de las torturas contra los detenidos
clandestinos. Así consta en el borrador del reporte anual sobre
derechos humanos de la embajada estadounidense en Buenos Aires de
1980, desclasificado el lunes. "Creemos que los detenidos son
habitualmente torturados como parte del interrogatorio y
eventualmente ejecutados sin juicio", indica uno de los cables
americanos confidenciales fechado también en ese año.
La Administración
de Jimmy Carter (1977-1981) ejerció una creciente presión
diplomática para lograr el cese de las violaciones de los derechos
humanos en Argentina, pero los esfuerzos se vieron limitados por
intereses geopolíticos, entre ellos el deseo de frenar el avance de
la URSS en Sudamérica, según el Plan de acción para Argentina
1980/81, que ocupa 11 de las 1.081 páginas desclasificadas.
El dilema entre
el palo y la zanahoria fue una constante en la política de Carter
hacia el régimen argentino. Los documentos difundidos por
Washington, correspondientes al periodo 1977-1980, revelan el
progresivo conocimiento de las atrocidades cometidas por los
militares. El primer encuentro al más alto nivel entre los
mandatarios de ambos países tuvo lugar en Washington en septiembre
de 1977. En el acta de esa reunión se señala que Carter expresó a
Videla "su admiración por los logros obtenidos por el Gobierno
argentino en su lucha contra el problema del terrorismo y la
reconstrucción de la economía argentina". Además, le preguntó
"qué pasos adicionales podrían darse para aliviar la
preocupación en Estados Unidos [que Carter planteó que podía ser
'exagerada'] sobre la situación de los derechos humanos en
Argentina".
La capacidad de
Videla para engañar a la comunidad internacional se ve también en
un perfil confidencial redactado por las autoridades estadounidenses
cuatro meses después. El texto lo presenta como "un devoto
padre de familia y devoto católico" de carácter moderado que
"parece genuinamente aborrecer los excesos de los que son
culpables algunos militares". El dictador más cruel que jamás
haya conocido Argentina, que murió en la cárcel en 2013 sin haberse
arrepentido de nada, era descrito en 1978 como un líder que
intentaba evitar la confrontación y, por eso, "dado que la
mayoría de líderes militares reclamaban medidas duras contra el
terrorismo, él tenía dificultades para oponerse al consenso".
La imagen del
líder argentino sufrió un cambio radical a medida que comenzaron a
salir a la luz los asesinatos, robos de bebés y todo tipo de
vejaciones perpetradas bajo sus órdenes. El demoledor informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos tras su visita a Buenos
Aires en 1979 hizo imposible mirar hacia otro lado y acrecentó el
debate entre las distintas instituciones estadounidenses. "El
Departamento de Estado presionó con mucha fuerza a favor de
políticas de derechos humanos mientras que el Consejo de Seguridad
Nacional fue mucho más cauto a la hora de quemar puentes con los
militares argentinos", dice a EL PAÍS Peter Kornbluh,
investigador del National Security Archive (Archivo Nacional de
Seguridad), con sede en Washington.
Repercusión en
los tribunales
Tanto el Gobierno
argentino como organismos de derechos humanos han expresado su
confianza en que los documentos desclasificados ayuden a esclarecer
cuánto sabía el Gobierno estadounidense sobre los abusos perpetrados por la dictadura y aporten también nueva información en
los juicios en curso por delitos de lesa humanidad. "Lo
importante es trabajar los documentos. Esto no es un material muerto,
sino que se va a hacer todo un trabajo de inteligencia alrededor",
señala el secretario de Abuelas de Plaza de Mayo, Abel Madariaga.
El material
puesto a disposición del público se suma a los cerca de 4.000
cables ya desclasificados en 2002 por Estados Unidos y a los
facilitados por la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) el pasado mayo. El
presidente estadounidense, Barack Obama, se ha comprometido a sacar a
la luz aún más información en los próximos meses. "Creo que
esta desclasificación alentará a la comunidad de derechos humanos
de Argentina respecto a que Estados Unidos va en serio en su
compromiso de abrir sus archivos secretos de inteligencia. Estos
documentos son más de políticas y de procesos, pero los documentos
que se desclasificarán en el futuro, los de la CIA, serán realmente
documentos de inteligencia.
Kornbluh cree que
la importancia de algunos de los informes traspasa fronteras. Cita
como ejemplo el cable de la embajada estadounidense en el que se
admite que "las desapariciones son aún la táctica estándar de
las fuerzas argentinas de seguridad con los terroristas capturados"
y hay pocas esperanzas de que se detengan "porque funcionan".
Para el experto del NSA, "los argumentos usados en estos
documentos resuenan hoy en día en la discusión sobre las
atrocidades cometidas por Estados Unidos en nombre de la lucha contra
el terrorismo, que fueron muy similares, aunque a una escala menor,
que las cometidas por los argentinos (en esa época)".
Fuente:
Mar Centenera, Silvia Ayuso, EE UU conocía las ejecuciones en la Argentina de Videla, 09/08/16, El País. Consultado 10/08/16.
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