El gobierno ha anunciado su intención de esparcir por todo el país hasta 14 millones de metros cúbicos de tierra contaminada con radiactividad, para la construcción de carreteras, proyectos de construcción e incluso para la construcción de terrenos agrícolas.
Por Juan Vernieri
Hace cuatro años, el diario indio The Hindu informó de que había 20 millones de metros cúbicos y que, a principios de 2019, su recogida y envasado había costado a Japón 27.000 millones de dólares.
Según una evaluación de la Unión Europea de Geociencias (EGU) de 2019 sobre el trabajo de descontaminación, publicada en la revista Soil, la lluvia radiactiva de cesio de Fukushima contaminó más de 9.000 kilómetros cuadrados de bosques, tierras de cultivo y áreas residenciales.
The Hindu informó en enero de 2020 que los autores de la EGU advirtieron: “No se planean actividades de descontaminación para la mayoría de las áreas forestales, que cubren alrededor del 75 % del área contaminada principal”, y que “los trabajadores al aire libre en la zona especial de descontaminación [un área de 1.117 kilómetros cuadrados] pueden, como grupo, estar expuestos a más del límite de radiación a largo plazo sugerido por el gobierno”.
Los desechos contaminados con cesio deberían almacenarse en contenedores y mantenerse fuera del medio ambiente durante hasta 300 años (después de que el cesio se haya desintegrado en otros elementos). Pero el gobierno ha decidido arbitrariamente que se permitirá cierta cantidad de contaminación con cesio-137 en el “relleno” para la construcción de carreteras y otros proyectos.
Para poder concretar este insólito objetivo, irresponsablemente el gobierno ha aumentado en 80 veces la contaminación “permitida” de cesio en el suelo recolectado, provocando así la contaminación del público con la radiactividad en las obras públicas y la agricultura.
Hajime Matsukubo, del Centro de Información Nuclear de Tokio, ha advertido de que el estándar de contaminación del suelo era anteriormente de solo 100 becquerelios por kilogramo (Bq/kg).
El nuevo límite de 8.000 Bq/kg va “en contra de sus propias recomendaciones”, según Matsukubo, quien dijo: “Mi temor es que una vez que relajen esta regla, puedan seguir adelante y suavizar todo tipo de otras reglas”.
Ya sucedió con los vertidos de aguas contaminadas al mar. El debilitamiento de las normas de radiación, acortó la lista de materiales radiactivos que medirá en el agua de mar, cerca del sitio de liberación de aguas residuales contaminadas de Fukushima.
El 5 de diciembre, el diario Yomiuri Shimbun informó de que los ministros estudiarán la posibilidad de utilizar tierra “como base para el asfalto en la construcción de carreteras, tras tomar medidas para impedir que la radiación se propague”. El periódico señalaba que Tokio había probado el uso de tierra contaminada en campos agrícolas, “recogiendo pepinos y rábanos daikon en campos donde la tierra [contaminada] se había cubierto con tierra normal y utilizándola para elevar el nivel del suelo”.
La lluvia que se desplaza a través del suelo contaminado con cesio transportará, por supuesto, el material radiactivo de larga duración a las aguas subterráneas.
No hay dudas, este gobierno de Japón, como anteriores, se muestra increíblemente inconsciente e irresponsable y el OIEA lo apoya en esta actitud.
Entrada relacionada:
El gobierno japonés continúa irresponsable en materia nuclear | 1.°parte
No hay comentarios:
Publicar un comentario