sábado, 25 de enero de 2025

La inteligencia artificial menosprecia los costos que no paga | 2.° parte

La central nuclear de Palisades. Crédito: Kyle Davidson / Michigan Advance.


Los “hermanos de la tecnología”, los supermillonarios Bill Gates, Jeff Bezos, Elon Musk, Mark Zuckerberg, Larry Ellison y otros que se cuentan entre los hombres más ricos del mundo, están empeñados en impulsar la inteligencia artificial (IA). Precisamente, por la riqueza de la que disponen, pueden perseguir su objetivo “cueste lo que cueste”. Pero eso es en cuanto a dinero se refiere. Hay otros costos.

Por Juan Vernieri

Conscientes que la producción de electricidad a partir de la energía nuclear es la más cara que existe, no les importa. Pero eso es en cuanto a costo dinerario, que no es el único costo a considerar, hay otros más importantes que tampoco les importan.

Tal vez porque interpretan que no serán ellos quienes tendrán que pagarlos, ignoran o menosprecian las desventajas conocidas y significativas de la energía nuclear, incluidos la radiación que emiten al exterior los reactores, los riesgos de proliferación de armas nucleares, la contaminación ambiental por la minería de uranio, la imposible eliminación de desechos de alta radiactividad sin destino, los peligros de accidentes y los largos tiempos de construcción. Solo los dos últimos podrían afectarlos a ellos directamente, los restantes costos los pagará la humanidad.

Para colmo de insensatez, intentan acelerar el impulso a la IA mediante la reactivación de reactores atómicos cerrados.

¿Inconsciencia, insensatez, necedad, irresponsabilidad, indiferencia, desinterés, desidia, indolencia, insensibilidad? ¿Cuál el calificativo que les cabe? ¿O les caben todos?

Palisades en Michigan, Duane Arnold en Iowa y Three Mile Island en Pennsylvania, son tres centrales que los “hermanos” “justifican” reactivar con el argumento de que las nuevas construcciones de centros de datos necesitan abundante electricidad, que en la actualidad no se les puede abastecer porque la demanda superará la oferta.

La planta nuclear de Palisades, en Michigan, tiene planeado reabrir en octubre de 2025.

La Comisión Reguladora Nuclear federal calificó en su día como uno de los reactores nucleares de peor rendimiento del país y, en 2013, filtró más de 300 litros de residuos al lago Michigan. La planta abrió en 1971 y cerró en 2022 tras un fallo en una barra de control.

Las centrales eléctricas suelen tener una vida útil de 30 años, aunque algunas funcionan más; Palisades estuvo abierta durante 51.

No puede ser que los dueños de los centros de datos tiren por la borda toda precaución y los gobiernos acepten tal actitud.

Afirma Kevin Kamps, del grupo de defensa Beyond Nuclear, dijo que es “imprudente, vergonzoso e inaceptable” reiniciar las centrales nucleares cerradas, generar más residuos nucleares y desmantelar las leyes de protección medioambiental, solo para impulsar el negocio de los supermillonarios.

Por otra parte, 16 millones de personas en Michigan, Indiana, Illinois y Wisconsin dependen del lago Michigan para obtener agua potable, para riego, y mucho más. Otro de los costos que no pagarán los “hermanos” sino la sociedad. No pueden arriesgar tal abastecimiento.

Según Kamps, recurrir a la energía nuclear obliga a las autoridades a jugar a la “ruleta rusa radiactiva en términos de riesgos extremadamente altos para la seguridad, la salud y el medio ambiente, así como para la agricultura”.

El uso de Palisades y Three Mile Island representa “amenazas directas para la agricultura y el agua dulce para beber y para riego”.


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