La firma
Blancaley impulsa una explotación a cielo abierto cerca de la
localidad ubicada a unos 50 kilómetros de Córdoba Capital. Vecinos
se oponen y denuncian que ya se escuchan explosiones en la zona. Este
martes 17 habrá una audiencia pública.
por Adrián
Camerano
El debate sobre
tolerar o no una nueva cantera a cielo abierto en José de la
Quintana pone en juego dos modos opuestos de pensar el hábitat
humano. Uno propone reforzar el perfil de explotación de recursos
naturales que la zona desarrolló a lo largo del siglo XX; otro, más
reciente, plantea un modo de estar más amigable con el entorno
natural. Esas dos maneras antagónicas de ver el mundo y la relación
con la tierra serán los ejes sobre los que girará la discusión
sobre si es viable o no un nuevo proyecto minero en la localidad.
En la zona está
todavía fresca la lucha que se inició en 2016, cuando una porción
mayoritaria de la población -incluyendo a Villa San Isidro- se
movilizó para impedir la apertura de la cantera “Sol de Venus”
en un campo muy cercano. Amparo mediante, el proyecto a la fecha está
paralizado, y sin perspectivas de avance a corto plazo. Pero mientras
los vecinos aguardaban novedades judiciales, avanzó el expediente
solicitando la explotación de un frente abierto en un campo cercano.
Y volvieron a resurgir las tensiones que ya se había explicitado con
“Sol de Venus” dos años atrás.
“¿Qué hay
peor que una cantera? Dos!” destacaron los vecinos en su página de
Facebook, y aseguraron que el proyecto de impacto ambiental
presentado ante Ambiente “desconoce la existencia de nuestro
pueblo”. La “Cantera La Quintana” está proyectada en 25
hectáreas de un campo de unas 1200. En rigor, la explotación sería
sobre una porción acotada del predio, pero se prevé una superficie
más amplia para erigir instalaciones y la playa de maniobras de
máquinas y camiones.
En el sitio
ubicado a unos dos kilómetros y medio del poblado, Blancaley prevé
extraer carbonato de calcio por diez años, a razón de 2.500
toneladas mensuales. La intención no es nueva: el expediente se
inició en 2014, cuando Blancaley alquiló el predio e ingresó los
papeles en Minería provincial. Pasados los años el alquiler –un
contrato entre privados- feneció, pero el expediente siguió su
lento derrotero y tendrá este martes 17 la audiencia pública
establecida por ley. En la reunión, prevista desde las 10 en la
Cooperativa de Anisacate, confrontarán argumentos representantes de
los dos modelos a los que hace referencia el inicio de esta nota.
La década
taladrada
En La Quintana la
empresa Blancaley apunta a explotar un filón mediante “voladuras
controladas”. Intenta la firma explotar viejos frentes de cantera
que llevan años en desuso, e incluso, si el expediente avanza,
existe la posibilidad de una segunda explotación -La Virginia- en el
mismo campo. Pero para ello debe conseguir la habilitación de
Minería, la licencia ambiental de Ambiente y la licencia social,
esto es el acuerdo de los pobladores de la zona. De los tres
requisitos es este último, al parecer, el más difícil de obtener.
Además precisaría una habilitación municipal, pero como el sitio
está en una “zona gris”, debiera pedirlo a la comuna más
cercana o a la Comunidad Regional.
“Mi pueblo no
es tu cantera”
Sensibilizados aún por la fallida instalación de Sol de Venus, los vecinos organizados en el colectivo “Mi pueblo no es tu cantera”, señalaron en un comunicado que “las voladuras se escuchan tres veces por semana sin que los vecinos sepamos de dónde provienen”. Y afirman que tiempo atrás la cantera fue clausurada por Ambiente, porque presuntamente trabajaba “en la clandestinidad”.
“Esa cantera
viene operando ilegalmente y ya ha sido clausurada por lo menos tres
veces”, rememoró Gonzalo Montiel, integrante del grupo de vecinos
organizados, y completó: “Metió un par de explosiones muy
fuertes, hay compañeros a los que se les rompieron los vidrios de
las casas. Llamamos, venían, la clausuraban… eso pasó varias
veces”.
Desde la ruta
provincial E-56, a unos 500 metros se ve parte de una sierra
“volada”, drásticamente modificada por la acción minera. Es, ni
más ni menos, que el frente de la cantera que se quiere explotar.
La vecina
Florencia López Peze tomó vista del expediente y corroboró que el
trámite de habilitación “no está terminado, por lo que la
cantera no puede trabajar. Sin embargo, eso ha estado sucediendo”,
denunció. “En los últimos meses estamos escuchando voladuras casi
semanalmente, y es visible cómo se está comiendo la montaña. El
grupo Calderón ha estado explotando esta cantera sin habilitación,
infringiendo la ley ambiental”, cerró.
Llamativo estudio
de impacto ambiental
La empresa
Geoambiental es la responsable del estudio de impacto ambiental que
presenta Blancaley. En él se asegura que la cantera se emplaza en
una zona rural, sin asentamientos poblacionales en las inmediaciones;
sin embargo, más adelante se reconoce la existencia de viviendas a
mil metros, y de un poblado al que denomina “San José de la
Quintana” (sic). Además referencia a Anisacate como la localidad
más próxima, a la que atribuye “234 habitantes según censo 2001” -en la actualidad viven unas 6.500 personas- y la denomina
“comuna”, cuando es municipio desde hace casi una década.
El estudio
técnico reconoce que en el predio existe “un pasivo ambiental”,
consistente en “taludes de hasta 10 metros de altura por 30 de
ancho y 20 de largo”, y escombreras. Eso es precisamente lo que se
quiere reactivar. Y sostiene que la cantera a cielo abierto “trae
consigo beneficios económicos en el orden local, generando puestos
de trabajo y economía local a la zona”. Más abajo, empero, señala
que los puestos de trabajo previstos son cuatro, y que ni las
maquinarias se repararían en la zona.
Los minerales
serían procesados en San Agustín, de donde es originaria la
empresa. Según Geoambiental, en José de La Quintana “no hay
oposición a los trabajos a realizarse”, pero distinto opinan los
vecinos organizados que ya frenaron Sol de Venus y adelantaron su
rechazo al nuevo emprendimiento.
“Nos interesa
el yacimiento, pero no queremos un conflicto grande”
Miguel Calderón se llama igual que su abuelo y que su padre. Pertenece a una familia vinculada desde 1958 al negocio de las canteras, con dos plantas en San Agustín –unos 150 empleados- y una fábrica de cal viva en San Juan. En diálogo con La Nueva Mañana, el joven empresario detalló que la actividad principal de la firma es “el fabricado de cales, triturados para la construcción y molienda de carbonato de calcio, para suplementos de nutrición animal”. Sobre el nuevo proyecto, aseguró: “La Quintana es un pueblo que ha sido minero muchos años. Hay un yacimiento privado, le alquilamos el campo y nosotros presentamos un informe en 2014 para trabajar. Normalmente cuando iniciás un informe de impacto ambiental por ahí te dejan, viste, dicen ´bueno, presentá un informe´ y te metés a trabajar, por lo menos a hacer algún movimiento de suelo. Empezamos a trabajar, y presentaron un informe de impacto ambiental de una cantera que se llama Sol de Venus, en La Quintana, que era un proyecto mucho más… que en realidad no se sabe ni quién era, en el rubro no lo conoce nadie”, recordó.
De este modo
Calderón reconoce que se trabajó sin habilitación –que a la
fecha no la tiene- y también se refiere a la clausura de Ambiente.
“Cuando se arma el quilombo de Sol de Venus no sé qué pasó, si
hicieron una explosión o que es lo que hicieron estos Sol de Venus,
pero alguien denunció que fuimos nosotros. Estábamos haciendo el
movimiento de pala, el destape, sin hacer nada grande todavía”,
admitió.
Lamentó las
demoras administrativas, detalló que los trabajos consistirán en
“extracción, zarandeo y carga de la piedra gruesa” y que “en
su momento los vecinos decían que lo que más les afectaría sería
el paso de los camiones”. “Nosotros ofrecemos un camino de tierra
que sale a Despeñaderos; serían tres camiones diarios, si
estuviéramos a full”, explicó.
“No sé a quién
pedirle la habilitación municipal”
Por otro lado, se
desmarca de las detonaciones recientes denunciadas por los vecinos
–“puede haber algún furtivo, desconozco”-, y señala que “no
tengo claro si el campo pertenece a un ejido en particular”. “Para
mí tendría que pertenecer a Quintana, pero también está cerca de
Anisacate. Es el problema de las famosas zonas grises… yo no sé a
quién pedirle la habilitación municipal”, confesó.
El empresario
lamenta aún un largo conflicto de tiempo atrás, cuando un barrio
entero en Tercera Usina se opuso firmemente a otro proyecto de
explotación. “Aquella vez gastamos más en abogados que en
geólogos, no es la idea”, dijo, y cerró: “Nos interesa el
yacimiento sobremanera, pero no queremos llegar a ningún conflicto
grande”.
Fuente:
Adrián Camerano, El proyecto de una nueva cantera tensiona a José de la Quintana, 16/07/18, La Nueva Mañana. Consultado 17/07/18.
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