¿Crees que el
cambio climático no existe? Visita esta isla… pero hazlo antes de
que desaparezca.
por Nicholas
Kristof
KUTUBDIA,
Bangladés - Cualquiera que tenga dudas sobre el cambio climático
debería venir a esta adorable isla baja, bañada por suaves olas y
hogar de cerca de 100.000 personas.
Pero ha de venir
pronto si aún quiere encontrarla aquí.
“Mi casa estaba
ahí”, dijo Zainal Abedin, un agricultor, señalando las olas a
aproximadamente 30 metros de la orilla. “Cuando la marea está
baja, todavía podemos ver señales de nuestra casa”.
Gran parte de
Kutubdia ya ha sido tragada por el creciente nivel del mar, dejando a
incontables familias sin nada. Nurul Haque, un campesino que perdió
todas sus tierras, pues quedaron cubiertas por el mar, me dijo que
quizá tendrá que sacar a su hija, Munni Akter, de 13 años, de la
escuela y casarla con un hombre mayor que busque una segunda o
tercera esposa, pues a él le quedan pocas opciones económicas para
mantenerla.
“Realmente no
quiero casarla, porque no es bueno para las niñas”, dijo,
taciturno. “Pero lo estoy considerando”. Insistió en que si no
fuera por las aguas crecientes y el empobrecimiento en el que
resulta, no pensaría en buscar un esposo para su hija.
Una de las
paradojas del cambio climático es que las personas más pobres y más
vulnerables -que no contribuyen casi nada al calentamiento del
planeta- terminan siendo las más afectadas.
Se espera que
Bangladés sea particularmente golpeado por la elevación de los
mares, pues gran parte del país está a solo unos cuantos metros por
arriba del nivel del mar.
“El cambio
climático está destruyendo el futuro de los niños”, señaló
Justin Forsyth, director ejecutivo adjunto de la división de
Asociaciones de Unicef. “En Bangladés, decenas de millones de
niños y familias están en riesgo de perder su hogar, sus tierras y
su sustento debido a que el nivel del mar está aumentando, a las
inundaciones y a la mayor intensidad de los ciclones”.
Forsyth dijo que
un bangladesí promedio produce solamente un décimo del promedio
mundial de emisiones de carbono per cápita al año. En contraste,
Estados Unidos ha generado más de un cuarto de las emisiones de carbono acumuladas desde 1850, más del doble que cualquier otro
país.
Si sacan a Munni
de la escuela y la casan, no será la única. Los datos de Unicef indican que el 22 por ciento de las niñas en Bangladés se casan a
los 15 años, una de las tasas más altas del mundo.
“Los cambios en
el clima parecen estar aumentando la cantidad de niñas que son
obligadas a casarse”, concluyó un estudio académico de tres años en Bangladés.
Hace un año
conocí en Madagascar a una familia lista para casar a una niña de 10 años, Fombasoa, debido a una sequía vinculada con el cambio
climático. Hay cada vez más informes de que la pobreza relacionada
con el cambio climático está conduciendo al matrimonio infantil en Malawi, Mozambique y otros países.
En Kutubdia, el
cambio climático no es el único problema. El nivel del mar se
eleva, pero la isla misma parece estar hundiéndose: su línea
costera se ha retraído casi un kilómetro desde la década de los
sesenta, dicen los campesinos. Incluso cuando la tierra está seca en
su mayor parte, las mareas altas ocasionales o el oleaje por las
tormentas llevan agua salada que envenena los arrozales. Miles de
refugiados por el clima ya han huido de Kutubdia y han formado su
propio vecindario en la ciudad interior bangladesí de Cox’s
Bazaar.
Una injusticia
similar puede verse en muchos países pobres. “El cambio climático
contribuye al conflicto”, señaló Neal Keny-Guyer, director
ejecutivo de Mercy Corps, el grupo de ayuda. Observó que se cree de
manera generalizada que el clima más seco causó desastres en la
agricultura, tensiones y migraciones que desempeñaron un papel en la
guerra civil siria, el genocidio en Darfur y la guerra civil en el
noreste de Nigeria.
Además de
reducir las emisiones de carbón, dijo Keny-Guyer, los países
occidentales pueden hacer mucho más para generar resiliencia en los
países pobres. Esto puede incluir apoyar cultivos resistentes a las
sequías o al agua salada, y ofrecer microseguros a los agricultores
y ganaderos de manera que una sequía no sea devastadora para ellos.
Mercy Corps está desarrollando actualmente esos microseguros.
La evidencia del
cambio climático es cada vez más seria, con los últimos cuatro años como los más calurosos registrados desde que comenzó a
monitorearse la temperatura en la década de 1880.
También estamos
comenzando a entender que el cambio climático podría causar un gran
caos, cambiando las corrientes marinas, matando a los arrecifes de
coral y promoviendo ciclos de realimentación que aceleran el
calentamiento. Resulta que el 99 por ciento de las tortugas verdes demar que salen del cascarón al norte de la Gran Barrera de Coral ahora son hembras porque su sexo está determinado por la
temperatura.
La mayoría de
los aldeanos con los que hablé tanto en Madagascar como en Bangladés
nunca habían oído hablar de Donald Trump. Sin embargo, el
pronóstico para sus descendientes puede depender de las acciones que
él tome, y el retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París sobre
el cambio climático es una renuncia poco cooperativa del liderazgo
estadounidense.
Hace poco los
estadounidenses se horrorizaron por un video viral de un oso polar
muerto de hambre, cuya condición podría estar relacionada o no con el cambio climático. Esperemos que podamos indignarnos por lo menos
en igual medida por el impacto del cambio climático en los niños
como Munni.
Fuente:
Nicholas Kristof, Una isla tragada por el mar, 23/01/18, The New York Times. Consultado 28/01/18.
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