En 2011, el cuarto terremoto más grande de la historia sacudió a la costa de Japón, generando un devastador tsunami. Científicos y satélites tuvieron una visión sin precedentes de la catástrofe. Estas imágenes ofrecen un vistazo de la destrucción en gran escala, de la recuperación un año después, y de algún nuevo conocimiento científico surgido.
Situada a lo largo de la costa del noreste de Japón, la
ciudad de Rikuzentakata alguna vez presentaba un tranquilo paisaje marino, incluyendo pinos y playas de arena blanca.
Pero cuando un terremoto de magnitud 9.0 se produjo frente a la costa noreste de Japón y provocó un tsunami el 11 de marzo de 2011, una de las zonas más afectadas fue la ciudad de Rikuzentakata. Al final de un estrecho, la ciudad de unos 8.000 hogares perdió el 75 % de los mismos.
La imagen superior de color natural del satélite WorldView-2
muestra Rikuzentakata tres días después, el 14 de marzo. El Mainichi Daily News expresó: "Rikuzentakata ha sido borrada".
A raíz del tsunami, varios edificios grandes se destacan entre un paisaje de escombros. La ciudad y la bahía cercana aparecen en tonos
de marrón, las tierras de cultivo al sur de la localidad se encuentran anegadas, mientras los sedimentos colorean el agua frente a la costa. El barro en la Bahía de Hirota fue arrastrado desde la rica vegetación de la isla de la barrera, que alguna vez se interponía entre la
ciudad y el mar. (Otras imágenes satelitales de la NASA muestran esta área en
2011 y en 2007, cuando la isla de la barrera todavía estaba intacta).
Unos dos siglos atrás, los colonos plantaron más de 60.000
árboles a lo largo de la playa para proteger los campos del interior de la sal
y la arena. Después del tsunami de 2011, un solo pino sobrevivió, convirtiéndose en un símbolo de esperanza para los residentes de Rikuzentakata. Sin embargo para febrero de 2012 el árbol se estaba muriendo, envenenado lentamente por el agua salada del suelo.
Según un informe de prensa de diciembre de 2011, los daños estimados en Rikuzentakata ascendieron a u$s 1,5 mil millones. Sin embargo, signos positivos de recuperación estaban surgiendo. La construcción
de viviendas de emergencia se inició a los pocos días del tsunami, y una nueva planta de energía solar abrió sus puertas en junio de 2011. Para diciembre se había establecido en la ciudad una clínica y muchas pequeñas empresas reabrían sus puertas.
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El Advanced
Spaceborne Thermal Emission and Reflection Radiometer (ASTER) del satélite Terra de la
NASA observó cambios dramáticos en
Rikuzentakata. ASTER combina longitudes de onda infrarrojas, rojas y verdes de la
luz para producir imágenes en falso color que distinguen entre el agua y la
tierra. El agua es azul, edificios y superficies pavimentadas aparecen de color
azul-gris. Los campos agrícolas varían en color desde el marrón al beige o al
rosa. La vegetación es de color rojo y tonos brillantes indican la vegetación
más robusta.
A raíz del tsunami, la costa de Rikuzentakata se reformó
por completo. En 2007 era visible una larga playa de la barrera, con buena vegetación terrestre, para 2011 ha desaparecido casi por completo de la línea de
costa. Al norte el agua anega los campos agrícolas.
Al este de Rikuzentakata, los restos flotantes eran visibles como una gran masa de color melocotón. Los escombros, tanto flotando como depositados sobre
la tierra, se extendían al este hasta Otomo, muchas de estos se extienden por lo que habían sido granjas. La masa de escombros probablemente contenía material arrastrado de Rikuzentakata. Si se amplía la imagen, se puede ver lo que eran las corrientes de
desechos saliendo de la costa japonesa.
Los científicos han sabido durante años que la forma del
fondo del mar juega un papel importante en cómo las ondas de tsunami se adicionan al acercarse a la costa. La topografía submarina también determina por qué algunas zonas son impactadas peor que otras.
No obstante, a raíz del tsunami de Tohoku-oki, ahora los
científicos saben que la topografía del fondo marino afecta a la fuerza y
la altura de un tsunami, incluso en las profundidades del océano y a grandes
distancias del génesis de la ola. Los científicos habían sospechado que las
montañas submarinas y simas, así como las islas, desempeñaron un papel en desviar
las ondas de tsunami en algunos lugares y amplificarlas en los demás. Pero no
fue hasta que tres satélites pasaron sobre estas ondas, en marzo de 2011, que se pudo confirmar.
Los investigadores del Jet Propulsion Laboratory de la NASA (JPL) y la Universidad Estatal
de Ohio (OSU) utilizaron altímetros satelitales para observar la fusión de frentes de onda de tsunamis que se combinan para formar ondas
individuales con el doble de altura que la anterior. Estas ondas pueden viajar cientos
o miles de kilómetros sin perder el poder.
La imagen de arriba proviene de un modelo de computadora
basado en datos que muestran cómo las ondas pueden refractar, doblar, y fundirse cuando se propagan. Los picos de las olas se representan en color
rojo-marrón, mientras que las depresiones en la superficie del mar aparecen en
azul-verde. En escala de grises se muestra la ubicación de las dorsales oceánicas,
picos, e islas. También puede ver el modelo animado, que revela el
movimiento a través de la cuenca del Pacífico.
El equipo examinó mediciones de los frentes de onda que
se reunieron de los satélites Jason-1, Jason-2 y Envisat, cada uno de ellos sobrevoló el
tsunami desde diferentes ubicaciones. Altímetros en cada uno midieron los cambios del
nivel del mar con una precisión de unos pocos centímetros. Ellos
encontraron que el tsunami de marzo 2011 se duplicó en intensidad al pasar por escarpadas
cordilleras oceánicas y alrededor de islas en medio del Océano Pacífico. Ellos
verificaron sus observaciones por satélite mediante la comparación con los
datos de Sistema de Posicionamiento Global (GPS), sensores y boyas de datos de la National Oceanic and
Atmospheric Administration’s Deep-ocean Assessment and Reporting of Tsunami (DART).
"Fue una de diez millones de posibilidades de
que hemos sido capaces de observar esta doble onda con los satélites", dijo
Tony Song, investigador principal del estudio y científico en el JPL. "Los
investigadores han sospechado durante décadas que esas fusión de tsunamis podría haber sido responsable por el tsunami chileno de 1960 que mató a
unas 200 personas en Japón y Hawai, pero nadie había observado definitivamente
la fusión de un tsunami hasta ahora. Era como mirar a un fantasma. Jason pasó por el lugar correcto en el momento adecuado para capturar la doble onda".
A raíz del terremoto y tsunami, se inundaron grandes extensiones de Ishinomaki, Japón. El Advanced
Spaceborne Thermal Emission and Reflection Radiometer (ASTER) del satélite Terra de la NASA captó esta
imagen satelital el 14 de marzo de 2011, tres días después de la sacudida de
la tierra y del muro de agua que devastó la ciudad.
Esta imagen en falso color está diseñada para distinguir
entre el agua y la tierra. El agua es azul, la vegetación es de color rojo, y
el suelo desnudo y áreas urbanas varían en color desde el azul-gris a
rosa-beige. El agua cubre los campos de cultivo alrededor de la ciudad,
formando rectángulos azules. Las inundaciones son más evidentes en ambos lados
del río, y al norte del campo de aviación (identificable por sus pistas de
aterrizaje, en la imagen inferior izquierda).
Ishinomaki se encuentra a lo largo del extremo norte de la Bahía de Sendai. La planicie
costera baja a lo largo de la bahía permitió a las aguas del tsunami penetrar profundamente en el interior, Ishinomaki fue una de las ciudades más afectadas de Japón.
Once meses después del terremoto de Japón y el tsunami, se habían retirado las
aguas que alguna vez inundaron Ishinomaki, drenando lejos de los
campos agrícolas. El Advanced Land Imager (ALI) sobre el satélite Observing-1
(EO-1) de la NASA capturó esta imagen el 21 de febrero de 2012.
Al igual que la imagen ASTER anterior, adquirida en los días inmediatamente posteriores al tsunami, este
punto de vista en falso color está dirigido a distinguir entre el agua y la
tierra. El agua es azul, la vegetación es de color rojo, y el suelo desnudo y
áreas urbanizadas son de color azul-gris o en tonos tierra.
Esta escena muestra una ciudad más seca que la
primavera anterior, pero de ninguna manera a vuelto a la normalidad. El evento de
marzo 2011 destruyó alrededor de 28.000 hogares y dejó a la economía local en
ruinas.
VER SEGUNDA PARTE
Referencias
Blake, L. 12/12/11. In Japan, life-support for tsunami-torn town. JapanRealTime. Wall Street Journal. Consultado 07/03/12.
National Public Radio. 01/04/11. “Tree of hope” stands as poignant symbol in Japan. Consultado 07/03/12.
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Staff. 19/03/11. Temporary housing construction begins in quake-stricken areas. The Asahi Shimbun. Consultado 07/03/12.
Glanz, J., Onishi, N. 11/03/11. Japan’s strict building codes saved lives. The New York Times. Consultado 17/03/11.
Kyodo News. 17/03/11. Identification of dead taxing as toll soars. The Japan Times. Consultado 17/03/11.
Mikami, K., Inagaki, T. 14/03/11. City in Iwate erased by tsunami. The Mainichi Daily News. Consultado 17/03/11.
Imágenes por Robert Simmon y Jesse Allen, usando datos ©2011 DigitalGlobe, GSFC/ METI/ ERSDAC/ JAROS, equipo U.S./ Japonés ASTER Science, Tony Song (NASA/JPL), ALI del equipo ED- 1. Textos Michon Scott y Michael Carlowicz.
Fuente:
NASA Earth Observatory, Tohoku Earthquake and Tsunami: Looking Back from Spaces. Consultado 16/03/12.
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