viernes, 18 de octubre de 2019

Los errores nucleares se pagan caros: 30 años del accidente nuclear en Vandellós I

por Raquel Montón

El año 1989 se recordará por la caída del muro de Berlín, la creación del Partido Popular, las protestas y represión en Tiananmén, y también el accidente nuclear en Vandellós I (Tarragona) seguido de unas elecciones generales a finales de ese mismo mes.

Mañana se cumplen 30 años del accidente en la central nuclear de Vandellos I y mientras que todos estos acontecimientos han quedado en el pasado, la nuclear de Vandellós I sigue necesitando, financiación, gestión y seguridad. Esta es la realidad de la energía nuclear, con o sin accidentes, es muy cara.

La noche del 19 de octubre de 1989 Vandellós I sufrió un accidente, las alarmas comenzaron a sonar y se escucharon explosiones, un fallo mecánico en el generador había desencadenado el incendio (1).

Vandellós I comenzó su explotación comercial en 1972, bajo la responsabilidad de la compañía Hispano-Francesa de Energía Nuclear S.A. (Hifrensa). Tras 17 años de funcionamiento la planta cesó su actividad en 1989 y su cierre definitivo el 31 de julio de 1990. En la actualidad se encuentra en su nivel 3 de desmantelamiento del cajón del reactor. La última fase de clausura de la central será ejecutada por Enresa, en torno al año 2028, y consistirá en la retirada del cajón del reactor y de todas las estructuras internas. Se liberará completamente el emplazamiento.

Treinta años después sabemos que los accidentes nucleares no son casos aislados: un accidente nuclear catastrófico como los de Fukushima o Chernóbil puede producirse en algún lugar del mundo una vez cada 10 o 20 años (2). Al igual que en Fukushima el responsable del accidente fueron los errores de los reguladores y de la industria nuclear (3), en el caso de Vandellós tres años antes del accidente el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ordenó a Hifrensa que hiciera correcciones en el sistema de seguridad, pero cuando se produjo el accidente todavía no se habían instalado la protección del sistema eléctrico ni los sopladores de emergencia solicitados (4).

La OIEA alertaba sobre la gravedad del accidente, el más grave tras el accidente de Chernóbil que se había producido hacía 3 años y medio (5), aunque al día siguiente indican que se reservaban la opinión hasta no ver las instalaciones (6), y diez años después explicaban que la culpa fue del operador por una vigilancia inadecuada de este, que a su vez le echaba la culpa al fabricante (7) el cual no iba a tener ningún problema porque según los principios sobre la responsabilidad nuclear el único responsable es el operador. Asimismo el regulador español en un principio (8), y ante la comisión de Industria del Congreso, había hablado de «la excesiva confianza de la dirección del explotador de la nuclear», «los fallos de diseño original del complejo» o «la redundancia ineficaz de los sistemas ante determinados sucesos como un incendio». Posteriormente, en el juicio que se llevó a cabo, esta rotundidad no sólo quedó atenuada sino contradicha, porque las modificaciones que eran exigidas en los propios informes del CSN fueron descritas por sus responsables como medidas atenuantes, para de este modo evitar las responsabilidades del regulador. (9)

Desde el año 1990 hasta 1997 Hifrensa realizó la primera parte del desmantelamiento, la descarga del reactor, la evacuación del combustible gastado, el acondicionamiento de los residuos de operación y la extracción de los residuos almacenados en los silos de grafito. En 1998 se transfería la titularidad de la instalación a la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa), a la vez que autorizaba la ejecución de las actividades de desmantelamiento (Nivel 2). En el año 2003, finalizó con éxito el Nivel 2 de desmantelamiento, que consistente en la retirada de todos los edificios, sistemas y equipos externos al cajón del reactor. Este último, sin combustible nuclear, está encerrado en una especie de sarcófago y se mantiene así por un período de 25 años, en el que decae de forma natural la radiactividad. En 2028 se procederá al desmantelamiento del cajón del reactor para liberar totalmente el emplazamiento.

Respecto al combustible gastado (uranio enriquecido) Enresa firmó un primer acuerdo con el fabricante del reactor, Cogema (subrogado posteriormente Areva, y actualmente Orano Cycle), para la custodia y reprocesamiento del combustible a cambio de unos 250 millones que sufragaron los consumidores mediante un recargo en el recibo de la luz del 0,7%. A partir de 2010 estos gastos se sufragan en su mayor parte con la tasa que pagan las eléctricas y que está ligada a la producción de energía de cada central. Por lo tanto, tal y como está configurada, las eléctricas dejan de pagarla si cierran sus centrales.

Los residuos debían regresar en diciembre de 2010, al incumplir este acuerdo Enresa tenía que pagar 65.000 euros diarios como penalización; en octubre de 2012 amplió el acuerdo para retrasar el regreso de los residuos hasta junio de 2017 (y recuperar las penalizaciones diarias) pagando 194 millones más y cuatro contenedores para el transporte. Los residuos siguen en La Hague (Normandía), y desde julio de 2017 la penalización se ha elevado a unos 75.000 euros diarios. Estas penalizaciones pagadas por este concepto serán devueltas a Enresa en el momento del último retorno de residuos, que con los acuerdos actuales debe ser a mediados de 2023.(10) (11)

No es fácil discriminar cuánto nos ha costado hasta el momento pagar por el desmantelamiento y gestión de los residuos de Vandellós I y cuando nos queda por pagar, pero sin duda podemos decir que desde hace 30 años no lo pagan los que se lucraron con su uso, y que los siguientes 30 años tampoco lo pagarán.
Raquel Montón es responsable de la campaña antinuclear de Greenpeace España
Notas:
  1. La explicación de este incendio según el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) fue la siguiente: “en el grupo turboalternador principal número dos a consecuencia de un fallo mecánico generado por un proceso de figuración en las ranuras de anclaje de los álabes correspondientes a la rueda número ocho de la turbina principal, y como consecuencia la pérdida repentina de 36 alabes consecutivos de los 98 que posee la rueda, que al girar a 3.000 revoluciones por minuto, produjo la rotura por cizalla de las tuberías de aceite y vapor, originando puntos calientes suficientes para producir la ignición de la mezcla aire-aceite y una explosión en los cojinetes, así como la rotura de la Bomba número 3 con salida de hidrógeno, que al inflamarse produjo una segunda explosión, la cual causó la inflamación del aceite de lubrificación que salía en ese momento como consecuencia de las roturas de las tuberías de alimentación de los cojinetes, provocando todo ello un incendio de grandes proporciones que afectó en cadena a gran número de sistemas relacionados con la seguridad de la central”. 
  2. El País 23 de mayo de 2012. El riesgo de accidente nuclear es mayor de lo calculado. El Instituto Max Planck prevé un incidente grave cada 10 o 20 años https://elpais.com/sociedad/2012/05/23/actualidad/1337798912_067447.html 
  3. https://www.researchgate.net/publication/311807286_Informe_de_la_comision_independiente_sobre_el_accidente_nuclear_de_Fukushima_2012_traduccion_al_espanol 
  4. La prensa explicaba en aquellos momentos que “se habían producido más de sesenta averías entre los dos grupos (Vandellós I y II), que Vandellós I había sufrido unas treinta averías desde su inauguración, en 1972, y que los problemas más frecuentes se debían a escapes de vapores y desperfectos en las instalaciones eléctricas. Sin embargo, las averías nunca habían supuesto la paralización de la actividad por un periodo largo. Los incidentes más recientes se habían producido en el segundo grupo, el cual, desde que comenzó a funcionar en marzo de 1988, había fallado en más de treinta ocasiones”. Más de sesenta averías entre los dos grupos. La Vanguardia 20 de octubre e 1989 http://hemeroteca.lavanguardia.com/preview/1989/10/20/pagina-28/33082486/pdf.html?search=Vandellos%20I 
  5. El País 25 de octubre de 1989. https://elpais.com/diario/1989/10/25/portada/625273201_850215.html 
  6. El País 26 de octubre de 1989. https://elpais.com/diario/1989/10/26/portada/625359601_850215.html 
  7. Los directivos de la central de Vandellòs I culpan del accidente nuclear a la constructora. Un organismo internacional certificó que la vigilancia de la turbina era deficiente. El País 21 de enero de 2000. https://elpais.com/diario/2000/01/21/sociedad/948409206_850215.html 
  8. Vandellós 1 no aplicó todas las reformas que propuso Seguridad Nuclear tras el siniestro de Chernobil. El País 22 de octubre de 1989. https://elpais.com/diario/1989/10/22/espana/625014008_850215.html 
  9. El ex presidente del CSN se retracta de sus críticas a la central Vandellòs I. Fuejo declara en el juicio por el accidente. El País 26 de octubre de 2000. https://elpais.com/diario/2000/01/26/sociedad/948841205_850215.html 
  10. Enresa, Informe anual 2018 http://www.enresa.es/documentos/Informe-anual-2018.pdf 
  11. eldiario.es 15 de julio de 2018. Francia eleva a 74.603,14 euros diarios la multa que cobra a España por guardar residuos nucleares https://www.eldiario.es/economia/Francia-penalizacion-Espana-residuos-nucleares_0_791971765.html
Fuente:
Raquel Montón, Los errores nucleares se pagan caros: 30 años del accidente nuclear en Vandellós I, 18 octubre 2019, Contrainformación. Consultado 18 octubre 2019.

No hay comentarios:

Publicar un comentario