domingo, 17 de febrero de 2019

“La energía nuclear es un desastre ecológico y económico”

La central nuclear de Fessenheim, la más vieja Francia, en este país hay 58 reactores en operación, el 75 % de la electricidad es de origen nuclear.

por Cristian Basualdo

VALLE DE CALAMUCHITA, 12 febrero 2019.- En la Reserva Natural Pumakawa se realizó el conversatorio: “Hacia una democracia energética, políticas para salir de la energía nuclear”, con la participación de Bernard Cottier, ciudadano francés, ingeniero en Energías Eléctricas, docente en Electrotecnia y Energías Renovables, y uno de los administradores de la red Sortir du nucléaire (Salir de la energía nuclear).

Se habla de la nuclear como una energía limpia, en el sentido de que no se ven las radiaciones, no se huelen, no se escuchan, y parece que está todo perfecto” señaló Cottier, para advertir que la situación es más complicada de lo que parece, “los reactores emiten isótopos radiactivos, por ejemplo en el lago de Embalse hay tritio, un isótopo del hidrógeno que se fuga inclusive cuando el reactor funciona de manera normal”. En relación a los problemas que la radiactividad provoca en la salud de las personas, dijo que “cada vez que se afecta una molécula orgánica del cuerpo, cuanto más joven es el organismo mayor es el daño, por eso hay que proteger mucho a los niños y a las madres embarazadas”.

A continuación realizó una reseña de los impactos ambientales del programa nuclear francés, que fue implementado una vez terminada la Segunda Guerra Mundial, con la creación del organismo denominado Commissariat à l'Energie Atomique. El general De Gaulle hizo construir una pila atómica para producir el plutonio necesario para la bomba atómica, “ahora Francia es una potencia grande” dijo después del primer ensayo. Los franceses realizaron un poco más de 200 ensayos nucleares, primero en Argelia y después en la Polinesia francesa. Estados Unidos, Rusia y Reino Unido también realizaron ensayos de este tipo, que dispersaron radionucleidos en todo el planeta. Si se analizan en Argentina se detectarán dichas partículas radiactivas.

Un mapa de Francia con las instalaciones nucleares diseminadas en su territorio, permite apreciar la encrucijada en que se encuentra un país que apostó fuertemente por la energía nuclear. La crisis petrolera de 1973 fue aprovechada por el lobby nuclear y algunos políticos, que impulsaron la construcción de reactores en una decisión nada democrática, sin que el Parlamento diera su visto bueno. Bajo el eslogan “en Francia no tenemos petróleo pero tenemos ideas” escondieron todos los peligros de la energía nuclear. Actualmente hay 58 reactores en operación, ubicados en 19 centrales, el 75 % de la electricidad es de origen nuclear.

Riesgos y costos de extender la vida de los reactores nucleares

La central nuclear Saint-Laurent tiene 4 reactores, de los cuales se accidentaron 2. El primero en 1969, cuando se recalentó el núcleo y empezó a fundirse, algo muy peligroso porque después es muy difícil detener la fisión nuclear. Entonces inyectaron ácido bórico, con lo justo lograron parar el reactor y bajar la temperatura. Como algunos átomos de la barra fundida salieron de los tubos, se realizó una limpieza cuyos residuos se depositaron en tanques en un primer momento, para después descargarlos en el río Loira, donde apareció cesio y también plutonio en los sedimentos; es un panorama problemático ya que queda radiactivo durante miles de años, una cantidad de plutonio para perder la mitad de la radiactividad necesita 24 mil años. En 1980 el segundo reactor comenzó a fundirse, y de nuevo descargaron partículas en el río Loira.

La central nuclear de Saint-Laurent, sobre el río Loira. Sus 2 reactores más antigüos se accidentaron en 1969 y 1980 respectivamente. En los sedimentos del río se encontró plutonio, un elemento que permanece radiactivo durante decenas de miles de años.

Otro accidente muy grave se produjo en la central de Blayais, debido a una subida del mar que inundó sus instalaciones con metro y medio de agua, tal como pasó en Fukushima, solo que esta vez los generadores de emergencia pudieron hacer funcionar las bombas y refrigerar los reactores. Dicen que los ingenieros franceses son parte de la excelencia nuclear, pero a veces la naturaleza vence a los ingenieros.

¿Por qué la situación es cada vez más preocupante? Un reactor nuclear es una caldera que sirve para hervir agua, que sale con presión y hace girar a la turbina que mueve al generador eléctrico. Estas máquinas están envejeciendo, fueron construidas para funcionar 30 años y casi todas superaron el límite de diseño. Actualmente en Francia hay todo un debate si se puede prolongar o no su funcionamiento, sabiendo que los materiales han sufrido radiaciones, choques térmicos, y no se sabe exactamente si van a aguantar muchos años más. Se dijo que extender la vida de cada reactor iba a costar 500 millones de euros, pero una vez empezadas las tareas la cuenta asciende a 1000 millones. Si hacen lo mismo con 58 reactores la cantidad de dinero a gastar es verdaderamente descomunal.

Para alimentar a tantos reactores, Francia abrió unas 200 minas en su territorio, y ya no funciona ninguna; pero sus residuos siguen allí, porque cuando se extrae uranio del subsuelo no está puro, hay que procesarlo, lixiviarlo, y siempre quedan residuos radiactivos ¿De dónde viene el uranio que Francia necesita? De África, de Niger, un pueblo que se llama Arlit, de Kazajistán, de Canadá, un poco de Australia. En Arlit es un desastre porque se trata de una mina a cielo abierto, utilizan dinamita para deshacer las rocas, vuelan partículas, están contaminando toda la zona, incluyendo la gente que trabaja allí. Para lixiviar esos minerales bombean agua fósil que no se renueva, y así están agotando toda el agua de la zona.

La compañía Areva es una de las 2 grandes compañías que gestionan lo nuclear en Francia (la otra es Électricité de France), hizo malas inversiones y el año pasado quebró, ahora son los ciudadanos franceses quienes pagan todo esto. No solo se trata de un desastre ecológico, además es un desastre económico.

La crisis global de los residuos nucleares

Es el título del informe difundido recientemente por Greenpeace Francia, más de 60 años de funcionamiento de los programas nucleares comerciales han generado materiales radiactivos que seguirán siendo peligrosos para el ser humano y para el medio ambiente por un periodo de tiempo muy superior a la existencia de la civilización humana. Hay un dato clave: la industria nuclear a nivel mundial lleva acumuladas 250 mil toneladas de combustible nuclear gastado.

La planta de reprocesamiento de combustible nuclear de La Hague, en Normandía, donde hay almacenadas miles de toneladas de plutonio.

Por su parte, Bernard Cottier resumió esta problemática en Francia empezando por la planta de La Hague, donde se reprocesa el combustible gastado para separar los materiales de alta actividad de los de menor actividad. Las instalaciones tienen unas 400 hectáreas, y si bien no se informa cuánto plutonio hay almacenado, algunos estiman entre 2 mil y 5 mil toneladas (con 5 kilogramos de plutonio se produce la criticidad). Esta instalación es muy peligrosa, y además tiene otro problema: como los residuos están calientes se genera hidrógeno, por lo que se debe ventilar bien para evitar una explosión.

A medida que pasan los años el combustible gastado se acumula en las centrales francesas, y los nucleócratas decidieron almacenarlos bajo tierra, un poco como el gato que esconde sus excrementos. Para ello crearon una agencia especial denominada Agencia Nacional para la Gestión de los Residuos Radiactivos (Andra), que en 1987 intentó implantar un repositorio subterráneo, legitimando técnicamente y minimizando políticamente los potenciales peligros. Pero se trataba de poner residuos calientes, que van a interferir con el subsuelo, y cuando ingresa agua acelera la corrosión de los contenedores que son de acero, luego el agua puede contaminar toda la cadena alimentaria. Finalmente la resistencia social hizo caer el proyecto.

30 años después están implementando el mismo proyecto en el este de Francia, en Bure, una zona donde hay menos de 7 habitantes por kilómetro cuadrado, así evitan la oposición ciudadana. Cavaron un pozo de unos 500 metros, y después una galería horizontal de aproximadamente 1,5 kilómetros; ahí están simulando la presencia de cuerpos muy calientes y midiendo cómo se comporta la arcilla. Este proyecto fue denominado Centro Industrial para el Almacenamiento Geológico (Cigéo), tiene previsto excavar 260 kilómetros de galerías subterráneas, la realidad supera a la ficción.

La gente empezó a movilizarse, a instalarse allí, en un bosque donde está previsto instalar chimeneas de ventilación. El año pasado el Gobierno envió las Fuerzas Armadas y ahora es una zona militarizada, otra vez lo nuclear civil y lo nuclear militar son la misma cosa. Se dijo que iba a costar 25 mil millones de euros, pero lo nuclear siempre duplica o triplica el presupuesto original. Cottier remarcó los altos costos de la industria nuclear diciendo que “hay una fuga financiera que no se sabe como va a terminar, por eso digo que esta locura nuclear va a llevar a Francia a la quiebra. Me acuerdo del argumento que yo escuchaba cuando era niño de que la energía nuclear era barata, es totalmente falso”.

Laboratorio subterráneo en Bure, al este de Francia, donde el Gobierno pretende construir un repositorio para los residuos nucleares que tendrá unos 260 kilómetros de galerías subterráneas.

Sobriedad + Eficiciencia + Renovables

En paralelo con lo que se decide a nivel Gubernamental, en Francia hay todo un trabajo colectivo de asociaciones para hacer las cosas de otra manera, tal es el caso de la asociación Negawatt. La primer propuesta es la sobriedad, eso supone que cada uno tenga un coportamiento inteligente, cuidadoso, para reducir el consumo. También debemos buscar la eficiencia de todos los aparatos que utilizamos.

Claro siempre vamos a necesitar energía, pero ahí podemos utilizar fuentes renovables, como la que nos obsequia el sol, que también es de origen nuclear, porque el sol es un gigantesco reactor nuclear con la ventaja que los residuos se quedan allí. También podemos utilizar las fuentes eólica, de biomasa y geotérmicas. Deberá estudiarse bien, requiere tiempo y voluntad, pero es posible, y si no se empieza ahora, de un momento a otro la realidad nuclear nos va a afectar a todos, porque no hay solución para los residuos nucleares.

Durante su visita a la Argentina, Bernard Cottier participó en conversatorios o charlas en la ciudad de Córdoba, en el Valle de Calamuchita, y en las ciudades de Viedma y Trelew. Junto a su esposa Colibrí Cottier promocionan el segundo Foro Social Mundial Antinuclear (FSM AN) que se realizará en Madrid en junio de 2019 de la mano del Movimiento Ibérico Antinuclear.

Sortir du nucléaire es una red antinuclear libre e independiente, conformada por más de 930 asociaciones, que tiene como objetivo una Francia y un mundo libre de energía nuclear y armas nucleares. Después de Chernóbil y Fukushima, cada vez más personas y asociaciones comparten la demanda ciudadana de opciones de ahorro de energía y producción de energía descentralizada sin energía nuclear.

Pumakawa es una organización no gubernamental dedicada a la conservación ambiental de especies autóctonas en detrimento numérico o en riesgo de extinción en la región centro de Argentina.

Bernard Cottier (abajo a la derecha) participó del conversatorio "Hacia una democracia energética, políticas para salir de la energía nuclear" en la Reserva Natural Pumakawa, Valle de Calamuchita, el martes 12 de febrero de 2019.

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