viernes, 25 de enero de 2019

El principal río de Europa empieza a secarse y amenaza transportes estratégicos

El Rin, principal eje de transporte fluvial, está perdiendo gran parte de su caudal.

El ferry de coches de Kevin Kilps revuelve las aguas del río Rin en Alemania mientras se dirige hacia la orilla frente a Kaub, una aldea pintoresca justo al sur del risco cuyo nombre homenajea a la legendaria sirena Lorelei. Normalmente, es una parte muy concurrida de la vía fluvial. En un día común, el transbordador lucha por abrirse camino entre gabarras que llevan insumos a las fábricas en el sur y bienes alemanes a los puertos en el Mar del Norte, y con barcos turísticos que se dirigen a los castillos medievales y viñedos de la zona.

Tras una prolongada sequía en el verano boreal, el fuerte tránsito en uno de los puntos menos profundos del Rin estuvo paralizado durante casi un mes a finales del año pasado, con lo cual quedó inhabilitada una arteria fundamental de transporte. El impacto afectó la maquinaria industrial alemana y desaceleró el crecimiento económico en el tercer y el cuarto trimestre. Fue la señal más reciente de cómo hasta las economías industriales avanzadas luchan cada vez más contra los efectos del calentamiento global.

Se puede ver que los niveles del agua están cada año más bajos”, dijo Klips, que agregó equipos de flotación extra al barco de 150 toneladas durante la paralización para que pudiera volver a cruzar el río. “Asusta ver cómo cambia el clima”.

El Rin nace en las alturas de los Alpes suizos y serpentea 1.300 kilómetros por las zonas industriales de Suiza, Alemania y Países Bajos antes de desembocar en el mar en Róterdam, el puerto más activo de Europa. Es un conducto fundamental para fabricantes como Daimler, Robert Bosch y Bayer.

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