Buenos Aires, 3
de agosto de 2018.- Ante las propuestas que el gobierno nacional está
evaluando para introducir la industria de cultivo de salmones en los
mares de Tierra del Fuego, Greenpeace consideró la iniciativa como
un error descomunal. La organización lleva adelante una intensa
campaña para frenar la salmonicultura intensiva en los mares
patagónicos chilenos, lo que está afectando gravemente los
ecosistemas marinos de la zona.
“Efectivamente
el ejemplo de la salmonicultura en Chile debe servir para ilustrar el
impacto ambiental, sanitario, social y económico de una actividad
esencialmente contraria a la sustentabilidad. Argentina está a
tiempo de evaluar lo nefasto que sería esta industria para el
desarrollo sostenible de la Patagonia”, señala Estefanía
González, coordinadora de la campaña océanos de Greenpeace Andino.
El Foro para la
Conservación del Mar Patagónico calificó la idea de introducir
salmonicultura en la Patagonia como “un error histórico que
lamentaremos para siempre” y dio a conocer un estudio que encendió
la alerta respecto de las graves consecuencias ambientales que
implicaría el inicio de estas actividades en las aguas patagónicas
argentinas.
El Foro expuso la
realidad salmonera chilena, el segundo productor mundial de salmones
después de Noruega, que lleva tres décadas de explotación. En
2017, Chile produjo 791.000 toneladas de salmones, en sus centros
repartidos en una amplia zona del sur del país. Algunos de ellos, se
encuentran dentro de reservas nacionales pertenecientes al Sistema
Nacional de Áreas Silvestres Protegidas y otros en zonas que han
pertenecido desde tiempos ancestrales a pueblos indígenas.
Como parte de la
investigación, se identificaron varios problemas ambientales
asociados a la explotación de salmones. La fuga de salmones es uno
de ellos. En Chile, por ejemplo, se han registrado fugas de un millón
de peces y con recapturas que, en general, no supera el 2 %. A esto se
suman la acumulación de residuos sólidos y líquidos en el fondo
marino, derivada de los alimentos no consumidos, heces y mortalidad
de las especies marinas; y los desechos industriales que las empresas
abandonan.
De acuerdo con el
informe, la amenaza salmonera en Argentina está relacionada con la
iniciativa “Innovación Acuicultura Argentina-INNOVACUA”,
gestionada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación
Productiva de la Nación, que cuenta con la colaboración técnica
del gobierno fueguino para instalar una granja integrada para el
cultivo de diversas especies marinas. A su vez, Argentina ha firmado
recientemente un convenio con Noruega para llevar adelante el
“Proyecto de Acuicultura Nacional” para evaluar la factibilidad
del desarrollo de acuicultura basada en salmones en Tierra del Fuego.
El informe
concluyó en que la salmonicultura en la Argentina, por ser una
actividad basada en especies exóticas, causaría graves impactos
ambientales, sanitarios, sociales y económicos, y no cumpliría con
las condiciones esenciales de sustentabilidad que requieren las
iniciativas actuales de desarrollo.
El Dr. Claudio
Campagna, presidente del Foro para la Conservación del Mar
Patagónico, sostuvo: “En base a la abundante información
científica y técnica disponible, el cultivo de especies
introducidas en un ecosistema tan rico y frágil como el mar
patagónico representaría un error histórico que lamentaremos para
siempre. Las graves implicancias ambientales de la salmonicultura,
sobre todo en ecosistemas donde estas especies no son nativas, están
totalmente comprobadas y son irreversibles”.
Fuente:
Los “salmones zombie” que pretenden llegar a Tierra del Fuego, 03/08/18, Greenpeace Argentina. Consultado 07/08/18.
No hay comentarios:
Publicar un comentario