Grupos indígenas
brasileños intentan proteger sus tierras de ganaderos y madereros.
Algunos están recurriendo a sus teléfonos móviles para evitar el
apoderamiento de tierras y la destrucción del medio ambiente.
por Ciara Long
Jabson Nagelo da
Silva se alarmó al ver aparecer un pequeño grupo de casas en las
afueras de la remota Serra da Moça, en el extremo norte de Brasil.
"Simplemente
se asentaron allí”, cuenta Nagelo. "Se estaban apropiando de
nuestras tierras”, critica.
Esas tierras
pertenecen a los Macuxi. Nagelo, hijo de uno de los líderes de la
tribu que falleció en los últimos años, describe la situación
como una invasión y una amenaza para su comunidad y su forma de
vida. Las intenciones de los recién llegados no son claras, pero
Nagelo se preocupa por experiencias pasadas.
Desde que los
Macuxi entraron en contacto por primera vez con extraños hace más
de 200 años, han luchado por mantener su lengua y costumbres, así
como la tierra en la que sus antepasados vivieron durante siglos.
Olas de
buscadores de minas, leñadores y ganaderos se han movido en y
alrededor de sus tierras indígenas durante años, incluyendo Serra
da Moça. En algunos casos, los Macuxi se han enfrentado a amenazas e
incluso a la violencia física cuando se han opuesto a la invasión.
Pero antes de que
Nagelo pudiera alertar a las autoridades sobre la presunta intrusión,
tuvo que demostrar que el asentamiento se encontraba en territorio
Macuxi, a pesar de que la tribu no tenía una copia de los mapas
oficiales mostrando las fronteras reconocidas por primera vez en
1984.
La prueba llegó
de forma inesperada, mediante una aplicación para teléfonos
inteligentes.
Herramientas
digitales para garantizar los derechos sobre la tierra
Desarrollada por
el Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonía (IPAM, por
sus siglas en portugués), una organización no gubernamental con
sede en Brasil, la aplicación, llamada SOMAI, hace un seguimiento de
las precipitaciones y la deforestación, y proporciona mapas que
demarcan los territorios indígenas.
A principios de
2018, Nagelo asistió a un taller sobre cómo utilizar la herramienta
digital junto con otros 100 indígenas brasileños. Cuando accedió
al mapa de los territorios Macuxi a través de la aplicación, se
confirmaron sus sospechas sobre las nuevas casas. Con un teléfono
inteligente en la mano, podría presentar una queja a las
autoridades.
"Sospechábamos
que era una invasión, pero no teníamos las herramientas para
cartografiar nuestro territorio”, cuenta. "Cuando vi el mapa
de la tierra indígena demarcada, me alegré de tener esta
aplicación. Con ella, los indígenas podemos monitorizar nuestras
tierras”.
Según el IPAM,
su aplicación gratuita ha ayudado a verificar varios casos similares
a los de los Macuxi. En junio de 2017, el pueblo Kayapó -conocido
por sus coloridas fiestas tradicionales- observó deforestación a
las afueras de sus tierras y lo reportó a través de la aplicación.
Con ello, fueron capaces de preservar la tierra, así como las
tradiciones agrícolas.
Aunque muchas de
estas comunidades viven en zonas remotas, según Fernanda Bortolotto,
coordinadora de grupos indígenas del IPAM, ahora están más
conectadas. Bortolotto estima que más de 100 personas están usando
la aplicación, aunque no está segura del número total, ya que los
teléfonos celulares a menudo son compartidos dentro de las
comunidades.
"En mi
trabajo, es mucho más fácil comunicarse con ellos a través de
Facebook o WhatsApp que por correo electrónico”, cuenta Bortolotto
a DW. "Poseen teléfonos móviles desde hace mucho tiempo, pero
no como herramienta para monitorizar sus territorios”, aclara.
Haciendo frente
al cambio climático
Según los
representantes indígenas, las aplicaciones también están siendo
utilizadas para hacer frente a las amenazas debidas al cambio
climático. Las sequías extremas están aumentando en el Amazonas,
lo que aumenta las posibilidades de incendios forestales.
Herramientas como SOMAI pueden ayudar a las comunidades a evitar
estos puntos calientes y combatir los incendios.
Asimismo, la
información sobre la temperatura y las precipitaciones también está
ayudando a las comunidades a planificar y adaptarse mejor a la sequía
y a otros eventos climáticos extremos. Los usuarios de la aplicación
también pueden añadir sus propios datos de seguimiento climático.
"Vimos una
oportunidad para producir información desde dentro de las
comunidades indígenas con la aplicación”, explica Sineia do Vale,
miembro del grupo indígena Uapixana y gerente ambiental del Consejo
Indígena de Roraima, una organización no gubernamental en el estado
de Roraima, donde viven los Macuxi.
"Las
comunidades pueden crear sus propios mapas climáticos y tener mayor
capacidad de recuperación”, explica.
Pero la
supervivencia de los indígenas de Brasil no es sólo una cuestión
de derechos sobre la tierra o de beneficios ambientales locales,
según los grupos de derechos indígenas.
Investigaciones
recientes han demostrado que la deforestación amazónica se
encuentra en un "punto de inflexión”, lo que significaría
que la selva tropical podría convertirse en una sabana. En ese
escenario, el mundo podría perder una de las reservas de CO2 más
importantes del planeta.
Diversos estudios
muestran que la deforestación es mucho menor en territorios
protegidos e indígenas que fuera de ellos. Las comunidades de los
bosques están desempeñando un "papel sin precedentes” en la
protección de los 54,5 millones de kilotoneladas métricas de
carbono almacenadas en los bosques tropicales.
Amenazas en curso
Sin embargo, las
leyes propuestas en Brasil podrían hacer aún más difícil para las
comunidades indígenas reclamar sus tierras. Los territorios
indígenas demarcados representan el 13 por ciento del territorio del
país, de los cuales el 98,5 por ciento se encuentra en la región
amazónica.
La demarcación de tierras es un proceso largo que está sujeto a varios niveles de
investigación por parte de los órganos gubernamentales, incluido el
Ministerio de Justicia. Una propuesta actual conocida como "sello
de tiempo” exigiría a los grupos indígenas la obligación de
demostrar su presencia en sus tierras en 1988, cuando la Constitución
brasileña entró en vigor, para poder permanecer.
En 2016, Victoria
Tauli-Corpuz, relatora especial de la ONU sobre derechos de los
pueblos indígenas, visitó Brasil para identificar los problemas que sufría la comunidad indígena y describió como grave la situación
que observó.
En los últimos
años, la Fundación Nacional del Indio (FUNAI), el organismo del
gobierno brasileño responsable de las políticas relacionadas con
los pueblos indígenas, ha visto reducido su presupuesto casi a la
mitad, socavando los esfuerzos de vigilancia, protección y
demarcación.
Mientras tanto,
los grupos indígenas denuncian que se enfrentan de nuevo a amenazas
a veces violentas por parte de madereros y mineros, así como de la
industria agraria.
Las comunidades
indígenas que comparten las tierras de Macuxi declararon al medio
periodístico de investigación Amazonia Real, que los miembros de su
grupo habían sido amenazados "nueve veces” en los últimos
años por individuos asociados con la empresa maderera FIT Manejo
Florestal, que está talando a lo largo de las fronteras del país.
(DW se ha puesto en contacto con la FIT para recabar comentarios,
pero no ha podido llegar a ellos hasta el momento de la publicación).
El IPAM cree que
su aplicación, premiada con el Google Social Impact Challenge en
2016, podría desempeñar un papel importante a medida que las
comunidades indígenas se vean cada vez más presionadas.
"Nuestro
objetivo es que estos datos principalmente estén a disposición de
los pueblos indígenas”, dice Bortolotto, "de forma que puedan
utilizarlos como una herramienta en la lucha por sus derechos”.
Fuente:
Ciara Long, Grupos indígenas de Brasil se “movilizan” para proteger el bosque, 07/08/18, Deutsche Welle. Consultado 09/08/18.
No hay comentarios:
Publicar un comentario