El lago San Roque
y la planta capitalina Bajo Grande son los dos grandes puntos
concentradores de contaminación.
por Fernando
Colautti
La provincia de
Córdoba atrasa en el reloj del saneamiento ambiental. En 2010, el
Censo nacional mostraba que sólo el 38 por ciento de los habitantes
cordobeses contaban con redes cloacales, ante una media nacional del
53 por ciento.
Si las varias
decenas de obras anunciadas e iniciadas por la Provincia en los dos
últimos años en numerosos pueblos y ciudades se culminan, en una
década el número de cordobeses conectados a redes cloacales pegaría
al fin un salto notorio.
En las dos
principales ciudades, la Capital y Río Cuarto, las redes cloacales
llegan hoy al 40 y al 80 por ciento de sus zonas urbanas,
respectivamente. Pero, en ambas, los desechos recolectados se
acumulan en plantas municipales con tratamiento casi nulo, por lo que
la mayor parte termina cayendo cruda a los ríos. Casi como si el
sistema cloacal de nada sirviera.
En ambas
ciudades, hay ahora obras en marcha, financiadas por Provincia y
Nación, para optimizar esos servicios. El caso de la Capital es
sustancial, por su tamaño y por el impacto de contaminación ya
acumulada por décadas en el río Suquía.
A ese uso del río
como desagüe cloacal se suma el aporte del Valle de Punilla, donde
el Suquía nace: por similares carencias de infraestructura básica,
allí sólo el 21 por ciento de sus habitantes cuenta con redes
disponibles. En esa zona serrana, el degradado estado del lago San
Roque es una muestra inocultable de esa contaminación.
El Primer plano
de hoy está dedicado a profundizar ese cuadro de situación, con un
relevamiento sobre los 200 kilómetros que recorre el Suquía, desde
que nace en las Sierras hasta que entrega sus aguas a la laguna Mar
Chiquita, donde -bien vale advertir- ya se perciben los primeros
indicios de afectación en el punto de desembocadura del río.
A la vez, el
informe indaga sobre las obras que están en marcha y que podrían
ayudar a mitigar el evidente deterioro ya provocado, como también
releva la lista de las que siguen faltando y continúan en zona de
promesas.
Fuente:
Fernando Colautti, En deuda con el Suquía, de Punilla a Mar Chiquita, 29/06/18, La Voz del Interior.
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