Los dos últimos
años registraron la mayor pérdida global de superficie forestal.
Los bosques tropicales en América del Sur y África Central están
desapareciendo con una velocidad alarmante. Una mala noticia para
todos.
por Katharina Wecker
Los bosques nos
dan refugio, alimentos, seguridad energética y agua. Alrededor del
80 por ciento de las especies de animales y plantas terrestres del
mundo están en los bosques.
Los árboles
tienen cumplen un rol fundamental en la purificación del aire que
respiramos y son los mayores depósitos de CO2 terrestres. Solo los
océanos absorben mayor cantidad de gases del efecto invernadero que
causan el cambio climático.
Cuando los
bosques desaparecen, se van con ellos los ecosistemas. Y esto tiene
consecuencias nefastas para todos.
A pesar de todo,
seguimos cortando más árboles en lugar de sembrarlos, advierten los
expertos. En 2017, el mundo perdió 29,4 millones de hectáreas en
bosques, territorio equivalente a más del doble del tamaño de
Alemania. Esto fue solo un poco menor que el récord de 2016 de 29,7
millones de hectáreas, según los nuevos datos de Global Forest
Watch.
"Las cifras
son desalentadoras", advierte Frances Seymour, experta forestal
del think tank World Resources Institute (WRI) de Estados Unidos, que
supervisa al Global Forest Watch.
La industria de
la soja, la carne de res, el aceite de palma y otros productos
básicos que se comercializan a nivel mundial son los que están
desapareciendo los bosques. "Gran parte de la tala es ilegal y
está vinculado con la corrupción", sostiene Seymour.
Desastres
naturales como incendios forestales y tormentas tropicales, que son
los causados por el cambio climático, cumplen cada vez un papel más
importante en la pérdida de bosques, agrega.
Los números
récord de 2016 fueron ocasionados por incendios forestales, tanto
los provocados por humanos para desbrozar terrenos, por las altas
temperaturas y la sequía, como a causa del fenómeno de El Niño.
La lucha contra
el cambio climático
Los bosques son
determinantes en la lucha contra el calentamiento global. Los árboles
absorben dióxido de carbono y convierten a los bosques en un
sumidero natural de CO2. La deforestación destruye esa eliminación
natural de CO2. Cuando se despeja la tierra mediante el uso del
fuego, equivale a un doble golpe porque esto libera más CO2 al aire.
Por esta razón,
la comunidad internacional debe dar mayor importancia a los bosques,
afirma Andreas Dahl-Jorgensen, subdirector de la Iniciativa
Internacional sobre el Clima y los Bosques de Noruega. "Simplemente
no lograremos cumplir con los objetivos climáticos que acordamos en
París, sin una reducción drástica en la deforestación tropical y
tala de bosques en todo el mundo", advierte.
Esta semana,
funcionarios de gobierno, organizaciones ambientales, líderes
indígenas y representantes de la industria se reunirán en el Foro
de Bosques Tropicales de Oslo para analizar las regulaciones y los
incentivos para reducir la deforestación. El objetivo de la
conferencia es identificar los desafíos pendientes del programa de
las Naciones Unidas "Reducción de Emisiones de la Deforestación
y Degradación Forestal" (REDD), fundada en 2008. El programa
REDD permite a los países en desarrollo recibir una compensación si
reducen sus emisiones para proteger sus bosques.
Los críticos
señalan que el apoyo financiero actual a través de REDD no es
suficiente para competir con los fuertes incentivos del mercado de
tala de bosques. Seymour, por su parte, manifiesta que el
financiamiento climático para la conservación de los bosques
alcanzó un promedio de 1.000 millones de dólares anuales en la
última década, a la que califica como "banal" en
comparación con las "cien veces más que ese dinero, disponible
para la agricultura y otras inversiones que ponen a los bosques en
riesgo".
Grupos
ambientalistas y de desarrollo están buscando conseguir el
compromiso de las partes interesadas en el Foro de Bosques Tropicales
en Oslo, para obtener más dinero para el programa y así convencer a
las empresas que dejen de comprar productos cultivados en tierras
recientemente deforestadas.
Cada vez menos
bosques tropicales
El Global Forest
Watch detectó que la tala forestal sigue predominando en los bosques
tropicales. En 2017, fueron deforestados un equivalente a 40 campos
de fútbol de árboles tropicales por minuto.
La República
Democrática del Congo, donde se encuentra parte del segundo bosque
húmedo tropical más grande del mundo, sufrió una pérdida récord
de extensión forestal en 2017. El país centroafricano perdió 1,47
millones de hectáreas de bosques, debido a la agricultura, a la
producción de carbón y a la minería. Mientras que en Brasil, se
destruyeron 4,5 millones de hectáreas de bosques; equivalente a un
16 por ciento menos que el récord de 2016. Aunque esa cifra sigue
siento más alta que cualquier otro año, según el informe.
Casi un tercio de
la superficie arbórea que Brasil perdió en 2017 fue del Amazonas,
la selva tropical más grande del mundo.
En Colombia, el
Amazonas también experimentó un fuerte aumento de deforestación.
Más de 0,4 millones de hectáreas de bosques fueron destruidas el
año pasado en este país. Esto representa un 46 por ciento más que
en 2016 y el doble de la pérdida promedio entre 2001 y 2015.
El proceso de paz
en curso en Colombia podría tener un efecto negativo en los bosques,
según opina Mikaela Weisse, analista de investigación en WRI. "La
desmovilización de las FARC dejó un vacío de poder que ha llevado
al desbroce ilegal, erradicación manual de la coca, la explotación
minera y la tala por grupos armados; así como la especulación
desenfrenada de tierras", agrega Weisse.
Buenas noticias
desde Indonesia
Pese a la
tendencia negativa en la mayoría de los bosques tropicales de todo
el mundo, hay una historia positiva: Indonesia.
El país del
sudeste asiático logró reducir la deforestación en un 60 por
ciento en bosques primarios, en 2017. En comparación con 2016,
cuando los incendios forestales causaron la mayor pérdida de
superficie de árboles registrada. La drástica disminución se debe
a que para 2017, el Niño ya había pasado, pero también por los
esfuerzos del gobierno para proteger los bosques. Así lo afirma
Putera Parthama, representante del Ministerio de Medio Ambiente y
Bosques de Indonesia.
En 2016, el
gobierno indonesio aprobó una moratoria sobre la destrucción de
bosques de turberas que prohibía cualquier tipo de actividad que
pueda dañar los humedales de turba del país. El año pasado,
también se extendió una moratoria forestal por otros dos años y se
invirtió en monitorear y enjuiciar las actividades ilegales de
deforestación.
"Indonesia
es ahora el único país en los trópicos con tasas decrecientes de
deforestación", afirma Parthama. "Un año no es una
tendencia, pero estamos comprometidos a comenzar uno", concluye.
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Fuente:
Katharina Wecker, El mundo pierde sus bosques más rápido que nunca, 30/06/18, Deutsche Welle.
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