La falta de
cloacas tiene costos impensados, y van desde los problemas de salud
hasta menos visitas de turistas.
Tim Harford
asegura que el sifón en forma de “S” es uno de los 50 inventos
que cambiaron el mundo, según publica el economista en su último
libro.
Una creación tan
sencilla transformó la vida de los habitantes de Londres en 1775,
cuando Alexander Cumming patentó la simple idea de doblar la
cañería, pero luego también transformó la vida en las ciudades de
todo el planeta. El diseño evitaba que los olores y los efluentes
cloacales volvieran a las calles y a los hogares.
La falta de un
sistema de saneamiento tiene costos impensados, y van desde los
problemas de salud que genera tener cloacas a cielo abierto hasta la
pérdida de ingresos por turistas reticentes a presenciar un paisaje
tan desagradable.
En el medio está
el impacto ambiental sobre las aguas superficiales y subterráneas,
como ocurre en Córdoba.
En África, los
países que han invertido en saneamiento ahora son más ricos. La
falta de este servicio genera una pérdida de entre el uno y el siete
por ciento del PIB de un país, según datos de la Organización de
las Naciones Unidas (ONU).
El problema con
la red de cloacas y la posterior conexión de los hogares a ellas es
que, si bien los beneficios de tener una ciudad saneada son comunes a
todos sus habitantes, el costo de conexión a la red muchas veces
debe pagarlo el particular. Entonces hay poca adherencia al sistema.
Harford compara
la red de saneamiento con el celular, un bien que compra un
particular y que casi todos sus beneficios los disfruta ese
particular. Por eso, en el mundo hay más personas con teléfonos que
con un sistema de saneamiento.
Esta lectura
parece que también está presente en los políticos. Desde esta
perspectiva, es mejor construir calles, rutas o colocar alumbrado
público que construir cloacas.
Parece ser que
las cloacas no mueven el amperímetro electoral. Están ocultas y su
construcción molesta, como se observa en la ciudad de Córdoba.
Quizá eso
explique la falencia que tiene Córdoba (y Argentina en general) con
este servicio. De lo contrario, no se explica por qué a lo largo de
la cuenca del Suquía existen tantos habitantes sin conexión a las
cloacas.
El cuadro ya es
insostenible para la salud del río. Y es hora de pagar esta deuda
ambiental.
Fuente:
El valor oculto del saneamiento para una ciudad, 29/06/18, La Voz del Interior.
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