viernes, 29 de junio de 2018

El valor oculto del saneamiento para una ciudad

La falta de cloacas tiene costos impensados, y van desde los problemas de salud hasta menos visitas de turistas.

Tim Harford asegura que el sifón en forma de “S” es uno de los 50 inventos que cambiaron el mundo, según publica el economista en su último libro.

Una creación tan sencilla transformó la vida de los habitantes de Londres en 1775, cuando Alexander Cumming patentó la simple idea de doblar la cañería, pero luego también transformó la vida en las ciudades de todo el planeta. El diseño evitaba que los olores y los efluentes cloacales volvieran a las calles y a los hogares.

La falta de un sistema de saneamiento tiene costos impensados, y van desde los problemas de salud que genera tener cloacas a cielo abierto hasta la pérdida de ingresos por turistas reticentes a presenciar un paisaje tan desagradable.

En el medio está el impacto ambiental sobre las aguas superficiales y subterráneas, como ocurre en Córdoba.

En África, los países que han invertido en saneamiento ahora son más ricos. La falta de este servicio genera una pérdida de entre el uno y el siete por ciento del PIB de un país, según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

El problema con la red de cloacas y la posterior conexión de los hogares a ellas es que, si bien los beneficios de tener una ciudad saneada son comunes a todos sus habitantes, el costo de conexión a la red muchas veces debe pagarlo el particular. Entonces hay poca adherencia al sistema.

Harford compara la red de saneamiento con el celular, un bien que compra un particular y que casi todos sus beneficios los disfruta ese particular. Por eso, en el mundo hay más personas con teléfonos que con un sistema de saneamiento.

Esta lectura parece que también está presente en los políticos. Desde esta perspectiva, es mejor construir calles, rutas o colocar alumbrado público que construir cloacas.

Parece ser que las cloacas no mueven el amperímetro electoral. Están ocultas y su construcción molesta, como se observa en la ciudad de Córdoba.

Quizá eso explique la falencia que tiene Córdoba (y Argentina en general) con este servicio. De lo contrario, no se explica por qué a lo largo de la cuenca del Suquía existen tantos habitantes sin conexión a las cloacas.

El cuadro ya es insostenible para la salud del río. Y es hora de pagar esta deuda ambiental.

Fuente:
El valor oculto del saneamiento para una ciudad, 29/06/18, La Voz del Interior.

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