A pesar de los
múltiples problemas que aquejan a Santiago, el arquitecto y
urbanista chileno Luis Eduardo Bresciani tiene una visión optimista
sobre el futuro de la capital chilena. Los desafíos no son pocos.
por Victoria
Dannemann
El profesor de la
Universidad Católica de Chile y Presidente del Consejo Nacional de
Desarrollo Urbano, Luis Eduardo Bresciani, augura un buen futuro para
Santiago. El arquitecto y urbanista compartió con DW su diagnóstico
y mirada sobre la capital chilena.
DW: ¿Cómo se
imagina la ciudad de Santiago en el futuro?
Luis Eduardo
Bresciani: Soy optimista. Existen aprendizajes institucionales y
nuevas políticas urbanas en curso que auguran mayores avances en el
acceso a mejores infraestructuras y viviendas, con nuevos mecanismos
de financiamiento, de integración social de hogares, transporte
público sustentable y provisión equitativa de bienes públicos.
¿Cómo se
llevarán a cabo estas políticas?
Serán
articuladas y profundizadas por los recientes cambios
constitucionales chilenos que otorgarán más poderes a las áreas
metropolitanas, en particular al Gobierno Metropolitano de Santiago.
¿En qué ayudará
el que exista este gobierno metropolitano?
En Chile hay
consenso que la alta fragmentación en la gobernanza y planificación
de las ciudades es una de las principales causas de la limitada
efectividad de las políticas sectoriales. Un ejemplo es la
segregación social, la cual en parte es causada por políticas de
vivienda que no se coordinan con las de transporte público,
equipamiento social y gestión del suelo. La elección democrática
de un gobernador con mayores poderes de coordinación y planificación
podría significar grandes progresos para la ciudad.
¿Qué desafíos
enfrenta?
El explosivo
crecimiento de más del 8% anual del uso del automóvil por encima
del transporte público y la creciente oposición de las comunidades
locales a la renovación de barrios interiores de la ciudad, podría
impulsar la construcción de nuevos suburbios segregados y distantes
de los actuales centros de empleo, afectando los actuales
equilibrios. Sin una mejor planificación metropolitana, se dificulta
compatibilizar la protección de la identidad de los barrios con la
necesaria densificación de la ciudad.
¿Qué mejoras se
esperan en el futuro?
La ampliación de
las redes del ferrocarril metropolitano, que hacen del Metro de
Santiago el 25° en extensión en el mundo, la mejora del transporte
público de superficie y la renovación de las avenidas asociadas, la
construcción de nuevos parques metropolitanos y las recientes leyes
que obligan al sector inmobiliario a mitigar sus impactos y aportar
al desarrollo de espacios públicos, tendrán efectos positivos en el
desarrollo urbano y en el acceso equitativo a los beneficiarios de la
ciudad.
¿Qué obstáculos
podrían tener estos planes?
La principal
amenaza radica en la capacidad de coordinar la planificación urbana
local con la metropolitana. El Área Metropolitana de Santiago tiene
un territorio fragmentado en 52 municipios, lo que dificulta la
coordinación de la planificación del suelo y las inversiones
urbanas. De no haber acuerdos estables, los niveles de segregación
social, desigualdad o congestión en el transporte podrían
incrementarse producto de las acciones municipales.
¿Cuáles son sus
propuestas o consejos para mejorar la calidad de vida en Santiago?
No existen balas
de plata. Esto depende de la combinación en el tiempo de liderazgos
claros y múltiples instrumentos y proyectos con énfasis en la
provisión de bienes públicos. Pero existen tres condiciones para el
éxito de las políticas urbanas sostenibles en un área como
Santiago: un gobierno metropolitano fuerte, planificación urbana
integrada y mecanismos fiscales y económicos que corrijan las
distorsiones de los mercados del suelo, incrementen el financiamiento
urbano y garanticen incentivos para prácticas sostenibles en
transporte y desarrollo urbano.
¿Es posible
pensar en una ciudad más amigable?
Santiago tiene
todas las condiciones para ser una ciudad amigable si prioriza
mayores niveles de equidad y calidad en el acceso a bienes públicos.
Sus siete millones de habitantes permiten que exista diversidad
social y cultural, sumado a unas dinámicas económicas globales
fuertes que otorgan oportunidades a sus habitantes. Tiene una larga
tradición de centros urbanos vibrantes y caminables, una extensa red
de transporte público, barrios y comunidades con fuertes identidades
y una geografía en relación privilegiada con su paisaje natural.
Aunque como en otras ciudades, la inseguridad es un tema recurrente,
Santiago aún tiene índices bajos de delitos.
¿De qué manera
la Conferencia Habitat III puede contribuir a mejorar la ciudad?
Para un país
como Chile, es una gran oportunidad para poner de relieve el rol de
las ciudades en el desarrollo de las naciones y poner en las agendas
las nuevas políticas urbanas sustentables que estamos discutiendo en
Chile, que han aprendido de los errores de los países
industrializados y de las innovaciones de los países emergentes.
Santiago de
Chile: Proyectos para una capital más limpia
El urbanista y
decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad del
Desarrollo, Pablo Allard está convencido de que “Santiago puede
llegar a ser una de las ciudades con mejor calidad de vida en
Latinoamérica”.
por Victoria
Dannemann
Con poco más de
6,5 millones de habitantes, las tasas de crecimiento demográfico
indican que nunca llegará a los 10 millones, es decir, nunca será
una mega ciudad como Buenos Aires, Río o Ciudad de México, con sus
problemas asociados. “Pero sí tiene la masa crítica para ser una
ciudad y centro de negocios atractivo. Es la capital más segura de
Latinoamérica, tiene estabilidad económica, política y social, con
un entorno natural pivilegiado (a los pies de la Cordillera de los
Andes) y un sector privado que colabora en el desarrollo de la
ciudad”, indica. Aquí tres proyectos destacados:
Mapocho 42k
Surge de una
iniciativa académica de la Escuela de Arquitectura de la Universidad
Católica y hoy se implementa en conjunto con autoridades de gobierno
y municipales.
Consiste en un
sistema de parques continuos y ciclovía de cerca de 42 kms en la
ribera sur y norte del río Mapocho, que atraviesa once comunas de
Santiago. “Este proyecto recupera el río Mapocho y esta zona que
siempre había sido considerada que le daba la espalda a la ciudad”,
destaca el arquitecto.
El cicloparque se
ha ido implementando por tramos y en varias comunas ya hay algunos en
uso. “Esta es una iniciativa muy interesante que promueve un
transporte limpio y sustentable como es la bicicleta, recupera un
espacio público y el corredor ecológico que representa el Mapocho”,
agrega Allard.
Esta columna
vertebral metropolitana en sentido oriente-poniente permitirá
conectar geográfica y socialmente la ciudad. A finales de 2016, debe
haberse construido la mitad.
Teleférico
Bicentenario
“Este es un
proyecto muy innovador. Será el primer teleférico que se usa como
transporte público en Chile, lo que es una tendencia que ya se ha
visto en Medellín, Bogotá, Caracas y La Paz”.
Debido al
obstáculo geográfico que representa el Cerro San Cristóbal, era
necesario encontrar una solución que uniera las comunas que están a
cada lado. En este caso, el teleférico conectará desde la estación
de metro en Costanera Center (gran centro de negocios, servicios,
comercio y aglomeración de personas), con la Ciudad Empresarial en
la comuna de Huechuraba. Se trata de un centro de negocios, servicios
y equipamiento muy importante de la capital chilena.
Actualmente esos
dos puntos tienen muy mala conectividad. El teleférico reducirá
considerablemente el tiempo de viaje para quienes trabajan en un
extremo u otro, y ayudará a desincentivar el uso del automóvil,
disminuyendo la congestión de las calles.
Es una propuesta
del sector privado que se incorporó al sistema de concesiones del
Ministerio de Obras Públicas y que debe salir a licitación a
principios del 2017.
Nuevas autopistas
urbanas
Pablo Allard
destaca dos autopistas que están en proyecto también en el sistema
de concesiones del Estado: la Costanera Central y la Américo
Vespucio Oriente, que ofrecen vías de conexión rápida para largas
distancias dentro de la ciudad.
La autopista
Costanera Central conectará la ruta 78, que tiene su origen en la
costa, con una de las comunas más habitadas (Puente Alto) donde hay
problemas de conectividad vial.
La autopista
Américo Vespucio Oriente pasará por debajo del parque de la actual
avenida del mismo nombre. “Se está diseñando con un cuidado
especial por el entorno urbano. Va a ir subterránea en todo su
trayecto y permitirá completar el anillo de Américo Vespucio con
una oferta de mucha mayor calidad”, destaca Pablo Allard.
Las obras de
construcción de ambas autopistas no comenzaron aún. Sólo se
adjudicó el primer tramo de la Américo Vespucio Oriente y se está
afinando el diseño para salir a licitación de la Costanera Central.
Fuentes:
Victoria Dannemann, “Santiago tiene todas las condiciones para ser una ciudad amigable”, 17/10/16, Deutsche Welle.
Victoria Dannemann, Santiago de Chile: Proyectos para una capital más limpia, 17/10/16, Deutsche Welle.
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