por
Christian Martin Kübler
Tras
realizar varias pruebas de estrés en dos de sus centrales y de haberse reunido
con expertos y representantes de la UE, la NEA y el OIEA, la autoridad nuclear
belga aseguró que sus plantas son seguras.
Con
las dudas expresadas por los países vecinos acerca de la seguridad de los
reactores nucleares belgas, y teniendo en cuenta la preocupación ante posibles
ataques terroristas, la noticia de que uno de los reactores en disputa sufrió
un nuevo e inesperado apagón el jueves (21.04.2016) no resulta alentadora.
A
última hora de la tarde, el operador público Engie Electrabel anunció que el
reactor Doel 3 -puesto en marcha hace ya 34 años y situado a las afueras de la
ciudad de Amberes, cerca de la frontera con Holanda- se apagó automáticamente
durante una prueba rutinaria. “Un procedimiento normal si registra una
anomalía”, explicó un portavoz de la planta. La agencia de noticias Belga
anunció que se espera que el desperfecto dure 24 horas.
Horas
antes, Engie alertó también de que el reactor Doel 1, apagado desde el pasado
13 de abril para realizar trabajos de mantenimiento durante varios días,
permanecerá fuera de servicio hasta el 31 de mayo con el fin de llevar a cabo
“análisis adicionales” y “mantenimiento operativo”. Hasta que el Parlamento
belga decidió prolongar su vida útil otros diez años, estaba programado que el
Doel 1 y el Doel 2, en funcionamiento desde mediados de la década de 1970,
fueran apagados definitivamente en el año 2015, después de 40 años de servicio.
En
los últimos dos años, los siete reactores nucleares que hay en territorio belga
registraron cerca de 10 apagones causados por diversos problemas técnicos o
emergencias menores como incendios. En lo que va de año se han producido 4.
El
miércoles, la ministra de Medio Ambiente alemana, Barbara Hendricks, pidió al
gobierno belga que desconectara los reactores Doel 3 y Tihange 2, situados
cerca de la oriental ciudad de Lieja, por un período indefinido, para
garantizar la seguridad “hasta que las investigaciones adicionales puedan
llevarse a cabo”.
Su
petición llegó tras una reunión entre representantes del Ministerio de Medio
Ambiente alemán, la independiente Comisión de Seguridad de Reactores alemana
(RSK, por sus siglas en alemán) y la Agencia Federal para el Control Nuclear de
Bélgica (FANC, por sus siglas en francés) a principios de abril, en la que
Alemania expresó su preocupación acerca de las pequeñas grietas surgidas en los
recipientes a presión de los dos reactores, descubiertas en 2012.
Hendricks
señaló que RSK no había podido confirmar que los reactores sean seguros, e
instó a realizar más pruebas que demuestren que Bélgica “se toma en serio lo
que dicen sus vecinos alemanes”. La central nuclear de Tihange está situada a
aproximadamente 60 kilómetros de la frontera alemana, por lo que la decisión de
volver a poner en funcionamiento el reactor Tihange 2 preocupa mucho a los
habitantes de la cercana ciudad de Aquisgrán.
La
ministra belga de Energía y Medio Ambiente, Marie-Christine Marghem, no quiso
hacer comentarios al respecto.
"No
hay necesidad de apagarlos”
En
respuesta a la ministra alemana, FANC dijo que después de haber realizado
varias pruebas de estrés y de haberse reunido con expertos internacionales y
representantes de la Unión Europea (UE), la Agencia de Energía Nuclear (NEA,
por sus siglas en inglés) y el Organismo Internacional de Energía Atómica
(OIEA), creen que ambos reactores “cumplen con los estándares internacionales
de seguridad”.
"Aunque
nuestros colegas alemanes han hecho multitud de preguntas, no han planteado
ninguna cuestión que no hayamos tenido en cuenta durante las pruebas realizadas
en los reactores Doel 3 y Tihange 2", explicó el director general de FANC,
Jan Bens. "Es por eso que estamos convencidos de que no es necesario
apagar estos reactores desde el punto de vista de la seguridad nuclear".
Algo
que el líder del partido belga Ecolo/Groen, Jean-Marc Nollet, considera
"falso". Nollet dice que la preocupación mostrada por los expertos
alemanes es la misma que expresaron los consultados por la FANC y el Partido
Verde Europeo. Además, señala que Jan Bens, ahora director general de FANC, fue
el director de la planta de Doel entre 2004 y 2008, lo que representa "un
enorme conflicto de intereses". "Es un gran problema, un problema muy
serio", concluye.
Entradas relacionadas:
Fuente:Christian Martin Kübler, Alemania duda de la seguridad nuclear belga, 22/04/16, Deutsche Welle. Consultado 23/04/16.
No hay comentarios:
Publicar un comentario