sábado, 28 de febrero de 2015

Devolver su espacio a los ríos, clave para reducir las crecidas

Antes las numerosas inundaciones y crecidas habidas durante los últimos días en la mitad norte del país, el investigador señala que los problemas derivan en numerosas ocasiones de los diques (de tierra compactada), que “dificultan el desbordamiento de los ríos”.

Los diques y embalses tienen "muchas deficiencias" en la gestión de crecidas e inundaciones, afirma en una entrevista con EFE el científico y profesor de geografía física Alfredo Ollero, que propone "imitar" al río, dejándole espacio para desbordarse.

Antes las numerosas inundaciones y crecidas habidas durante los últimos días en la mitad norte del país, el investigador señala que los problemas derivan en numerosas ocasiones de los diques (de tierra compactada), que “dificultan el desbordamiento de los ríos”.

Además el agua discurre tan “constreñida” que se inyecta a la capa freática y, consecuencia de ello, se inundan también los campos de cultivo más lejanos al propio río.

Los sistemas humanos de defensa “son poco útiles y muchas veces contraproducentes cuando hablamos de ríos de llanura (no de montaña)”, añade Ollero, autor de una guía metodológica sobre buenas prácticas en gestión de inundaciones.

Estudios científicos y técnicos realizados en todos los países desarrollados demuestran un continuo aumento en los daños económicos por inundaciones, pese al incremento de medidas estructurales (presas, diques, escolleras) para controlar las crecidas.

Ante las crecidas, afirma el profesor de la Universidad de Zaragoza, el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) de las confederaciones hidrográficas es “muy bueno” y permite predecir con suficiente antelación.

Otra cosa es cómo se gestionan los embalses para reducir la punta de las crecidas -con desembalses parciales-, un sistema que “tiene ventajas y desventajas”.

De un lado, “se logra bajar la punta, pero la crecida sale escalonada y dura más tiempo, lo que suele causar inundaciones muy prolongadas que generan más daños en cultivos y zonas anegadas”.

Por todas estas razones, el investigador es partidario de “imitar” al río para minimizar los perjuicios.

Los cursos fluviales “tienen que tener crecidas y disponer de su propio sistema para regular las crecidas: desbordarse. Hay que devolver espacio al río, echar las defensas hacia atrás”.

“Cuánto más espacio tenga el río, mejor se autorregulará y generará menos daños en las zonas externas”, aunque “lógicamente habría que cambiar usos del suelo dentro de esa zona no protegida”.

Entre las alternativas menciona plantaciones compatibles con las inundaciones, por ejemplo choperas, o apostar por usos ganaderos.

Recuerda, en este contexto, que a comienzos de siglo ni se construía ni se cultivaba tan cerca de los cauces, pero a partir de los años 60 ó 70 esto cambia en muchas zonas del país.

Por último, denuncia la posibilidad de dragar los ríos -como están proponiendo actualmente algunas administraciones para luchar contra estos fenómenos- por el serio daño medioambiental que implica para el ecosistema, entre otras razones porque el río, no solo es solo agua que se observa, concluye.

Los pueblos del Ebro no quitan ojo a los muros que protegen campos y casas

Los alcaldes de estas localidades han declarado a Efe que viven una tensa espera ante la llegada de la punta de la crecida. Los pueblos zaragozanos de la ribera del Ebro no quitan ojo a las motas (defensas de tierra) que protegen los campos y las casas de la crecida extraordinaria que registra el río, que ha inundado miles de hectáreas de cultivo sin que haya afectado de forma grave a los núcleos urbanos.

Los alcaldes de estas localidades, cuyos vecinos han pasado la noche en vela para vigilar el estado de las defensas, han señalado a Efe que viven una tensa espera ante la llegada de la punta de la crecida, que ha pasado por Castejón (Navarra) con más de siete metros de altura y un caudal de 2.400 metros cúbicos por segundo.

El Centro de Coordinación Operativa en Emergencias (Cecop) del Gobierno aragonés se ha reunido hoy para evaluar la situación y la subida del caudal del río, que registra la cuarta crecida en este mes de febrero y por la que se ha evacuado, como medida preventiva, una residencia de ancianos en el barrio de Monzalbarba (zaragoza).

Novillas, una población aragonesa limítrofe con Navarra, ha sido la que más ha sentido hasta ahora la crecida, ya que desde anoche los bomberos y miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME) achican el agua que ha inundado los bajos de unas catorce casas próximas al cauce del río.

El alcalde de Pradilla, Luis Eduardo Moncín, ha dicho a Efe que la situación está tranquila y que esperan que las motas de tierra aguanten la crecida, que pasa con una altura de 7,15 metros y que ha inundado unas 300 hectáreas de huerta.

Alagón
Los vecinos de Alagón han hecho guardia toda la noche y no dejan de mirar al río y a las motas, ha indicado a Efe su alcalde, José María Becerril, quien ha señalado que el caudal ya supera los siete metros y que esta avenida “será extraordinaria del todo”.

El alcalde ha vuelto a denunciar la situación del cauce del río, ha exigido la limpieza del cauce y ha señalado que los pueblos de la ribera tienen la sensación de que sus términos municipales son “como una especie de aliviaderos” antes de que la crecida llegue a Zaragoza.

“La situación va cada vez a peor” y hay una sensación de “indefensión” frente a las “excusas” de las administraciones responsables ante estos episodios, Gobierno de Aragón y la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), a las que ha exigido la limpieza del río y la retirada de gravas.

Tras criticar las motas que protegen grandes fincas, el alcalde ha expresado su preocupación ante la posibilidad de que se tenga que cortar la carretera comarcal A-126, por la que se accede a un puente sobre el río, y que afecte al polígono industrial de La Ciruela.

Alcalá de Ebro
Otra de las poblaciones amenazadas por el río es Alcalá de Ebro, cuyo alcalde, José Miguel Achón, ha dicho a Efe que la mayor preocupación se centra en el comportamiento de la mota que protege al pueblo, porque no se sabe “cómo va a evolucionar el río”, que ya ha inundado más de 400 hectáreas de campos.

En este pueblo, donde la crecida llegará en unas doce horas, trabajan también soldados de la UME para reforzar las defensas y grupos de vecinos voluntarios vigilan por turnos y revisan las motas, en algunas de las cuales hay filtraciones.

En Boquiñeni, la situación es de “preocupación”, ha indicado a Efe el alcalde, Miguel Ángel Sanjuán, quien ha señalado que el agua ha inundado unas 500 hectáreas de campos de cultivo y que el agua llega a las defensas que protegen el casco urbano.

Por su parte, según han informado a Efe fuentes de la CHE, en principio no hay constancia de que se hayan producido incidencias en motas de contención y en estos momentos se están recabando datos de caudales máximos registrados.

Responsables de la CHE
Técnicos del organismo de cuenca, junto con el presidente de CHE, Xavier de Pedro, han recorrido los pueblos para comprobar “in situ” el estado de las motas, especialmente las que protegen los cascos urbanos en Novillas, Pradilla, Boquiñeni, Alcalá de Ebro o Cabañas.

Desde la CHE han indicado que gracias a la gestión de distintos embalses se ha conseguido reducir en torno a 800 m3/s el caudal del Ebro a su paso por Castejón (Navarra), donde ha alzando a medianoche un máximo de unos 2.400 m3/s y actualmente registra unos 2.126 m3/s.

La punta de la crecida llegará a la capital aragonesa el domingo de madrugada, con un caudal entre 2.000 y 2.200 metros cúbicos por segundo.

Ecologistas en Acción reclama ampliar las reservas naturales fluviales del Ebro

La reserva natural fluvial es una figura de protección para garantizar la protección y el mantenimiento de los tramos no alterados por la acción humana. Ecologistas en Acción considera que las reservas fluviales incluidas en el plan hidrológico de la cuenca del Ebro son, en general, "insuficientes".

Las reservas naturales fluviales son una figura de protección incluida dentro de los planes de gestión de cuencas para garantizar la protección y mantenimiento de aquellos tramos de ríos y cauces que no se han visto alterados por la acción humana.

Se incluyen básicamente las cabeceras de los ríos hasta la primera toma o vertido.

En 2009, la Agencia Catalana del Agua (ACA) propuso a la Confederación Hidrográfica Española (CHE) la inclusión de 38 reservas fluviales incluidas en la parte catalana de la cuenca del Ebro, y 5 en la cuenca del Garona (15.635 km2).

Sin embargo, sólo 5 de estas zonas han sido incluidas por la CHE en el nuevo plan hidrológico de la cuenca del Ebro.

Ecologistas en Acción insta a la CHE a incluir todas las áreas propuestas por la ACA en el nuevo plan hidrológico y que haga un análisis real del resto de la cuenca, con el fin de incrementar el número.

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Crecida extraordinaria del Ebro: 2.500 m3/s en el tramo medio
Fuentes:
Devolver su espacio a los ríos, clave para reducir las crecidas, 27/02/15, EFEverde. Consultado 28/02/15.
Los pueblos del Ebro no quitan ojo a los muros que protegen campos y casas, 27/02/15, EFEverde. Consultado 28/02/15.
Ecologistas en Acción reclama ampliar las reservas naturales fluviales del Ebro, 27/02/15, EFEverde. Consultado 28/02/15.

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